jueves, 23 de julio de 2020

CUARENTENA, PRISIÓN DOMICILIARIA, PERMISOS, ENCIERROS, LA RUINA TOTAL: ¿TERMINAREMOS ALGUNA VEZ CON ESTA LOCURA?


La verdad, todo me lleva a responder que no.

Algunos pocos, muy pocos, comenzamos a luchar contra toda esta locura más o menos desde Enero, bajo la burla de todos. Y no me estoy victimizando. Los insultos sólo ratificaron mi posición. Lo digo para que se advierta la locura general. Liberal dogmático, negacionista, conspiranoico, fueron los calificativos más frecuentes, a mí y a varios, además de pasar por alguien desaprensivo, ideologizado, economicista, que no le importa la vida de la gente, ojalá que te mueras del virus, etc etc etc, cosas que, vuelvo a decir, no me afectaron en absoluto, sólo las recuerdo para que sea vea el nivel de alienación colectiva, aún por parte de personas que “creían creer” en la libertad.

Hasta sucedió que, más o menos unos 5 o 6, hicimos en Facebook un grupo secreto, “La resistencia”, donde posteábamos toda las visiones alternativas. Parecíamos los primeros cristianos marcando el pez en el suelo ante la mirada vigilante del Emperador. Lo hicimos para no perjudicar a nuestras familias. Por suerte yo seguí insistiendo en mi blog e imposible fue que el Quijote demente que habita en mí no publicara directamente en mi muro.

Pero no sólo éramos algunos locos liberales. Muchos médicos y epidemiólogos comenzaron a sumarse a “la resistencia”. El primero, héroe total, desde el principio, fue Pablo Goldschmid. Y ahora puedo decir que, a esta altura, incontables más. En Marzo publiqué en mi blog, dos veces, todas esas voces alternativas. Cada vez eran más o menos unas 10. Hoy ya no me alcanza el tiempo para hacerlo de vuelta. Gracias a Dios.

Pero, por supuesto, todas esas voces han sido silenciadas y perseguidas. Han sido removidos de youtube, de Facebook, y sólo sobreviven porque los nuevos maquis los subimos de vuelta permanentemente. Son ignorados y perseguidos por los gobiernos. Y no estamos hablando de los que se tiran contra Bill Gates y etc. Hablamos de simples exposiciones elementales de cómo funciona el sistema inmunológico y basta. Ninguna teoría conspirativa es necesaria para denunciar esta locura.

Pero sospechar no es ser delirante. Ante la censura, ante la utilización política del virus por parte de todos (TODOS) los gobiernos intervencionistas del mundo, uno no puede evitar preguntarse qué está sucediendo realmente.

En toda América la situación no podría ser peor. Comencemos por América Latina. En un continente donde millones y millones de personas vivían al día, sin ahorros, sin viviendas dignas, los encerraron inmisericordemente, y luego los encerraban de vuelta en cárceles inmundas si salían de sus “casas”. Hay países que directamente impusieron toque de queda, estado de sitio, y cuantas cosas más pudieron hacer para convertirse en la nueva Unión Soviética. Si lo hubieran hecho con una enfermedad realmente grave, igual hubiera sido absolutamente inmoral (repito, para aumentar mi fama de extraterrestre: si lo hubieran hecho con una enfermedad realmente grave, igual hubiera sido absolutamente inmoral). Pero para colmo lo hacían no sólo cuando en Europa comenzaba a calmarse (by the way, las explicaciones alternativas de por qué lo sucedido en España e Italia también fueron censuradas) sino cuando más y más científicos se atrevían a salir del closet y jugarse su carrera y su fama por el non harm de su juramento hipocrático. Pero nada. Presidentes que incluso eran médicos parecían ignorar repentinamente lo más elemental de la inmunología. ¿Por qué?

En los EEUU fue aún peor. (1) TODOS, TODOS, sin excepción, los alcaldes y gobernadores demócratas convirtieron a sus ciudades y a sus estados en nuevas Coreas del Norte. Para Trump es más fácil hablar con Kim Yong-un que con las autoridades de Chicago. ¿Por qué?

Nunca, en la historia de Occidente, la filosofía fue tan evidente y, a su vez, tan negada. Miles y miles de textos explicando los límites de la ciencia, cientos de libros escritos por Popper, Kuhn, Lakatos y Feyerabend explicando los límites de la ciencia, miles y miles de artículos explicándolos, y para nada, excepto para llenar de manera aburrida a journals insoportables. Casi todos los científicos, no la ciencia, aparecieron con toda su soberbia y autoritarismo, exactamente como Feyerabend había explicado y predicho, diciéndonos qué hacer con lo más sagrado de nuestras vidas, ante una opinión pública mundial carente de pensamiento crítico, alienada y masificada.

Nunca en la historia de Occidente se vieron con toda su crudeza las explicaciones de Freud, Fromm y Ortega sobre la masificación y la alienación. Deben estarse preguntando, sin embargo, para qué se mataron tanto. Como si no hubieran escrito nada. Al menos cuando la alienación colectiva puso en el poder al psicópata Hitler, era claro, para polacos, franceses, ingleses y norteamericanos, quién era Hitler, al menos desde 1939. Ahora, sin disparar un solo tiro, sin desplegar tropas, el Hitler llamado OMS nos ha invadido totalmente y sus generales y lugartenientes, llamados expertos, ocupan puestos privilegiados en todas las Casas Blancas, Rosadas y casas variopintas del mundo.

Para qué eminentes filósofos como Gadamer, Wittgenstein, Ricoeur, Eco, y cientos que los entienden y los explican, se han matado explicando los límites del lenguaje humano y la importancia de las interpretaciones. De vuelta, parecen sólo existir para lucir curriculums pero no para tomarlos en serio. Como el post-moderno que perdió la paciencia cuando yo le estaba ganando la discusión, y reveló lo que realmente pensaba: “¡Gabriel, los hechos son los hechos!!!”. Nunca se ha hablado tanto de hechos, datos, cifras y números, incluso los científicos que están en contra de esta locura. Inútil parece explicar una vez más que no hay textos sin contextos. No. El mundo se ha convertido en el imperio más cruel del bruto positivismo, y los post modernos para los cuáles lo único importante era cómo te percibes, hoy son los adalides de “los hechos” que avalan las medidas totalitarias de sus amados gobiernos.

Nunca fue tan espantoso el doble standard ni nunca fue tan alevosa la hipocresía.

TODOS, TODOS los demócratas norteamericanos, que no cesan de perseguir y denunciar a quienes pretendan ejercer su libre comercio y su libertad religiosa, callan sus imbéciles bocas cuando se trata de “salir” para destruir, amenazar, robar y saquear. Se acuerdan del “límite al poder” para señalarle a Trump que no debe enviar a federales hacia sus ciudades y sus estados, pero del real  limited government, ni hablar.

Y de las religiones mejor no hablar. En lo que a mí me toca, el Catolicismo, que debería haber sido un ejemplo para el mundo, que debería haber retomado la gloriosa tradición de los primeros cristianos, que daban su vida antes que no ir a Misa, ja ja, olvídense. A sus autoridades, rendidas ante el cientificismo mundial, rebosantes en su ignorancia o qué se yo, indolentes y acomodaticias, olvidadas de la sagrada libertad religiosa, no les ha temblado la mano para apoyar la prohibición lisa y llana de los más sagrados sacramentos. Como siempre, algunos han salvado el honor, pero bajo el silencio, e incluso la burla, de por suerte la no más alta autoridad de la Iglesia.

Y mientras tanto aquí seguimos, tramitando permisitos, esperando como esclavos ansiosos y sometidos que los esclavistas nos den autorizaciones para respirar y vivir.

¿Hasta cuándo seguirá esta locura?

No soy optimista, pero gracias a Dios mi pesimismo es irrelevante. Lo relevante es que creo que el mundo entero ha cruzado una línea después de la cual es muy difícil volver. Lo dije también bajo el rechazo de casi todos: en la lucha contra el terrorismo, Videla, Bush, etc., cruzaron una línea que NO se debía cruzar. Ahora todos lo niegan o se arrepienten. Veremos en este caso si en algunos años hay algún arrepentido, veremos si hay alguien pidiendo disculpas.

Y de las causas, tengo algo más de certeza. Se llama constructivismo (Hayek), razón instrumental (Adorno, Horkheimer). Que la izquierda intelectual odie al primero, ok, pero que se haya comportado igual que el monstruo predicho por la Escuela de Frankfurt, es otra muestra de lo poco que importan las ideas cuando el temor atávico a la muerte, el verdadero emperador, domina sus académicas vidas.

Termino estas, como siempre, quijotescas e inútiles reflexiones, preguntándome si esos autores no han sido sino excelentes médicos forenses que indicaron cómo hacer la autopsia de toda la humanidad.

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(1) http://gzanotti.blogspot.com/2020/07/alguien-que-advierte-la-terrible.html 


miércoles, 22 de julio de 2020

ALGUIEN QUE ADVIERTE LA TERRIBLE GRAVEDAD DE LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO


"...Nothing of this caliber has ever happened in the history of this country, and nothing has ever been a bigger threat to liberty. In fact, if this plot is allowed to continue, we will face an apocalyptic loss of freedom, and will be relegated to a life based on servitude".

"...What we now face is a war against all humanity, a war without end. We face constant surveillance, forced vaccination, and home imprisonment. We face a total loss of normal interaction and communication with others. We face complete restriction or elimination of travel. We face the prospect of a total loss of medical freedom. We face having to present papers in order to move about or transact business. We face the possibility of being chipped, and the requirement of implants and tracking device mandates. We face the elimination of normal employment leading to financial ruin. We face starvation and extreme poverty. We face gene-altering technologies. We face all this and more in what has been mistakenly called the freest country on earth".


"...The recent ramping up of this ‘virus’ propaganda has reached a level that should have been unimaginable to most, but instead of question and dissent, the general population has taken this all in stride, and have acquiesced to most every order given. Any that properly disagree with the state’s false narrative, and any that choose to fight against this tyranny, will face extreme prejudice because those seeking the truth will always be a small minority in this land of obedient order takers. Mass compliance of state guidelines leads to the shaming and threatening of those sane individuals not obeying politicized orders, and this pathetic and submissive behavior by the masses is the epitome of the common American mindset today. What once was a land of intelligent, freethinking individuals has turned into a society of manageable fools".

lunes, 20 de julio de 2020

FILOSOFÍA Y PSICOLOGÍA DE LA MANO DE WOODY ALLEN


ELEFE
😊

ESCUELA LIBRE DE ESTUDIOS FILOSÓFICOS Y EPISTEMOLÓGICOS
😊

(Aprobada por el Ministerio de Educación del Planeta Marte, Resolución Ministerial Nro. 28.599.938.577.356.454.376.768.589)

ANUNCIA SU CURSO:
FILOSOFÍA Y PSICOLOGÍA DE LA MANO DE WOODY ALLEN



DICTADO POR EL INSOPORTABLE E INFUMABLE GABRIEL ZANOTTI!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Marciano Profesional


Método:

1.TODOS PUEDEN ESTAR EN CONTRA DE LOS QUE DICE ZANOTTI, INCLUSO CON ESTO ÚLTIMO

2.NO HAY QUE SABER PARA OPINAR, HAY QUE OPINAR PARA SABER

3.TODO LO QUE DIGA SERÁ TRANSFORMADO EN MARAVILLOSO

4.EL QUE SABE SE SACA 10, EL QUE NO SE SACA 9

5.   a) El expositor introduce la película, que NO hay que ver antes
b) se pasan fragmentos comentados de la peli
c) se debate libremente.

TEMARIO:

1.    Introducción a la filmografía y temas de Woody Allen.

2.   La alienación, el yo y el individuo en Zelig

3.   La metafísica en La rosa púrpura de El Cairo

4.   El sentido de la vida en Hannah y sus hermanas


5.   Una terapia psicoanalítica en La otra mujer

6.   Crimen y castigo en Delitos y faltas

7.   Otra terapia psicoanalítica en Alice


Bibliografía sobre Woody Allen
Bjorkman, S.: Woody por Allen, Plot, Madrd, 1995.
Colombani, F.: Woody Allen, 2010.
Lax, E.: Woody Allen, la biografía, Primer Plano, Barcelona, 1992
Schickel, R.: Woody Allen por sí mismo, Robinbook, Buenos Aires, 2005

Libros y blogs de Gabriel Zanotti sobre Woody Allen:
Filosofía para los amantes del cine, JC Ediciones, Rosaril, 1996. (https://riu.austral.edu.ar/bitstream/handle/123456789/152/Filosof%C3%ADa... ) Se analizan La Rosa Púrpura de El Cairo, Hanna y sus Hermanas, La Otra Mujer, Zelig y Crímenes y Pecados.



EL CURSO SERÁ DICTADO ON LINE LOS DÍAS JUEVES, DEL 6 DE AGOSTO AL 22 DE OCTUBRE DE 2020, DE 19 A 21

Inscripción, a gabrielmises@yahoo.com
Costo, $ 3000



domingo, 19 de julio de 2020

LA MAGIA DE LOS LIBROS VIVIENTES




Estaba preparando una charla sobre la obra de papá. Repasaba una vez más su libro Etapas histórica de la política educativa, mientras meditaba una vez más sobre la importancia que la novela Amor y pedagogía, de Unamuno, había tenido sobre el “giro” de mi padre. Porque el apasionado y metódico maestro, maestro normal nacional, fue desde el más estricto positivismo pedagógico hasta su tercera etapa de la política educativa, donde, como Copérnico, arrasa limpiamente con el paradigma dominante en el que se había formado.

De repente no sé qué cruzó por mi cabeza (bueno, siempre fue así) pero sentí una irresistible curiosidad en leer la novela de Unamuno. Fui a buscar los viejos y nobles ejemplares que alguien me hizo rescatar de la venta de Tacuarí. Y allí estaban, todos juntos, los sobrevivientes ejemplares de Espasa-Calpe, todos de la década del 40 y del 50. El de Amor y pedagogía había sido dedicado por mamá en 1955 (http://gzanotti.blogspot.com/2020/07/unamuno-y-maria-susana-montefusco-de.html). Todos los demás (El sentimiento trágico de la vida, Vida de Quijote y Sancho, Abel Sánchez, etc.) eran más o menos de la misma época. Las hojas ajadas y amarillas, con los subrayados y anotaciones de papá. Me dejé inundar lentamente por el fogoso Español de Unamuno, que hacía con las palabras lo mismo que Bach con las notas. Comencé a sentir cómo él y papá revivían y me hablaban a través de ese ejemplar, absolutamente insustituible. Como abriendo el ropero de una crónica de Narnia, un mundo escondido se despertó, lleno de kamis como en el Shinto japonés.  Comencé a leer al mismo tiempo Vida de Don Quijote y Sancho y El sentimiento trágico de la vida. Unamuno me gritaba, enojado, que recién ahora lo visitara, y papá sonreía pícaramente. Todos ellos habían estado allí, desde esa época, en la vida de mis padres. Ejemplares que desde los 50 vivieron primero en Carlos Calvo, (1953-60) fueron luego a Ituzaingó, (60-72) luego a Tacuarí, (73-2919) donde estuvieron hasta el 2019, y ahora sobreviven en un resquicio de mi desordenada biblioteca. Pero tienen vida de vuelta. Me hablan todos los días. Vida de Don Quijote y Sancho me llevó, claro, a Don Quijote. Y Cervantes también me está gritando, una por una, todas sus quijotadas, acompañadas por los bramidos de Unamuno en su comentario. Si algún lector piensa que soy un bárbaro, un especialista, como diría Ortega, que nunca había leído Don Quijote, tiene razón. De joven yo leía sólo traducciones de los grandes filósofos (Santo Tomás, Descartes, Kant) que no eran precisamente cuentistas. Las analogías, los símbolos, las metáforas, había que extraerlos con sudor, y no se derramaban en mí como los ríos vivientes de las bellas y fogosas metáforas unamunianas. La situación no mejoró cuando pude leer a Santo Tomás en mi vacilante Latín y a Popper en mi intermidate Inglés (esto último, también una traducción), porque eran un razonamiento tras otro, uno tras otro, uno tras otro, apasionados, sí, pero inglesitos. Las novelas no me llegaron nunca, a excepción de tres de Cronin (traducidas). Amor y pedagogía fue la cuarta.

No es que ahora llegué, sino que el tiempo me llegó. Por eso las lecturas obligatorias no tienen sentido, porque no tiene sentido tomar un café con alguien obligatoriamente. Porque los grandes libros son personas. Siempre han estado vivos para mí. Cuando los abro cobran vida, y es verdad. Cuando no, sólo duermen. Y te hablan apenas alguna rendija se abre en tu corazón. Eso es lo que aprovecharon Cervantes, Unamuno y papá. Ahora hablo con ellos todos los días y me danzan alrededor. Cuando me voy a dormir (si puedo) ahí están, al día siguiente, esperándome, para llevarme de la mano a sus mundos reales, sus inmortales mundos 3 (Popper) como la famosa forma sustancial subsistente que tanto molestó a Don Miguel, que ahora se debe haber amigado con Santo Tomás.

Tuve otra sorpresa incluso. De la misma época (1949) era el enorme ejemplar, editado por la UBA de entonces, de El drama religioso de Unamuno, de Hernán Benítez, otro incunable que habitó también todo Carlos Calvo, Ituzaingó y Tacuarí, que también me estuvo esperando unos 70 años y que se juntó (con permiso de ellos) a los tres grandes que ahora no dejan de hablarme. Lo comencé a leer sin saber quién era el autor. Grave error que ahora se soluciona con internet, y antes se solucionaba con mi padre. Me entero de que fue un famoso sacerdote que resultó ser el confesor de Eva Perón. Me río de mí mismo al saberlo. Una fina broma de Dios. Dios hace bromas, gente. Todos los días. Sépanlo.

Unamuno y Cervantes han llegado en el momento justo. Cuando la prisión de este mundo llegó a su punto culminante, Quijote fue la libertad. El es el caballero es la Fe que arremete contra la razón racionalista. No contra la razón, sino contra la razón racionalista, pero en la Providencia de Dios, Don Miguel no está llamado a hacer distinciones sino a despertarte. Siempre vivimos el sueño de las batallas ganadas. Pero no, el valor de la vida, y su esperanza, consiste en ser Don Quijote, apaleado una y otra vez en las reales batallas que lo sacaron del imaginario mundo de la abulia y la indolencia, del saco y corbata sin pasión, de la procesión sin corazón, del artículo escrito con un frío corazón.

Don Quijote, el caballero de la fe loca (Sciacca dixit), me ha dicho quién, qué y para qué soy. Unamuno es su vocero, otro caballero de la Fe, que mis padres me habían regalado desde siempre.

lunes, 13 de julio de 2020

VEAN LA IMPORTANCIA ACTUAL DEL LIBRO "LA CIENCIA EN UNA SOCIEDAD LIBRE" DE FEYERABEND (1978)

Miren parte del índice:

 4. El juicio democrático rechaza la "Verdad" y la opinión de los expertos; 

5. La opinión de los expertos es a menudo interesada y poco fiable y requiere un control exterior; 

7. El hombre de la calle puede y debe supervisar la ciencia; 

8. Los argumentos de la metodología no prueban la excelencia de la ciencia; 

10. La ciencia es una ideología más y debe ser separada del Estado de la misma forma que la religión está ya separada de éste; ..........

domingo, 12 de julio de 2020

VALE LA PENA DECIRLO UNA VEZ MÁS: EL CRISTIANISMO ES RAZÓN

DOMINGO, 23 DE DICIEMBRE DE 2012


EL CRISTIANISMO ES RAZÓN


En un debate menos conocido que el que tuvo con Habermas, el entonces Cardenal Ratzinger volvió a afirmar algo que hoy es el programa de su pontificado: la Fe no es un sentimiento, la Fe no es seguir una tradición, sin motivo: la Fe tiene razones.

En efecto, Paolo Flores d´Arcais le dijo a Ratzinger, el 21 de Febrero de 2000[1], que lo que le resultaba más insólito e inaceptable de su catolicismo no es que fuera una religión “como cualquier otra”, sino que pretendiera tener “razones para la fe”. Eso era lo absolutamente inaceptable. Ello no sólo conduciría al totalitarismo –acusación habitual que fue fácilmente despejada por Ratzinger, uno de los mejores defensores de la libertad religiosa- sino que es un absurdo: ¿cómo una religión va a erigirse a sí misma pretendiendo tener “razones para la fe”? Para este típico filósofo post-kantiano, ello sería contradictorio con la esencia misma de lo religioso. Si querés ser busdista, selo; si querés ser católico, selo, si querés creer en la energía de las pirámides, dale nomás, pero no vayas a pretender decir………. ¡que tienes razones para ello!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

He allí el actual escándalo y absurdo del Catolicismo, he allí la razón del rechazo y el recelo que causa. Si: los católicos no somos católicos por un sentimiento religioso. Ninguna sola emoción nos sostiene. Tampoco lo somos porque fuimos bautizados de chiquititos. Lo somos –los que lo somos- porque tenemos razones (por gracia de Dios) para NO decirle que NO a la gracia de Dios. Y en estas fechas, eso es lo que convendría reflexionar.

El cristianismo (esto es, el judeo-cristianismo) es en sí mismo una desmitificación, como Ratzinger ha enseñado constantemente. Lo fue de los antiguos politeísmos y panteísmos, proclamando la racionalidad de un Dios único, creador del mundo y distinto al mundo. El cristianismo es la mirada profunda a la naturaleza humana, porque el pecado original no es una leyenda, sino la condición humana más profunda que explica todas las miserias de la humanidad. Coherentemente, la lectura de Evangelio nos convence de que Jesús es Dios mismo que ha venido a salvar y a perdonar, porque habla palabras que jamás podrían haber venido de la sola naturaleza humanaCristo en la Cruz es precisamente el pensamiento del pecado original al revés. Es todo lo que el hombre, por sí mismo, jamás habría imaginado ni concebido. Y por eso Dios es el Padre que anuncia la salvación y el Hijo que redime, y por eso es el mismo Espíritu que se queda con nosotros, porque la redención es permanente.

El Cristianismo es razón porque la razón humana universal se descubre en el diálogo que todo ser humano espera tener con otro. Y el Cristianismo es desde el principio una llamada al diálogo universal. A dar razones de la Esperanza. Por eso dialoga y asimila a la razón griega, produciendo un nuevo horizonte del cual depende totalmente la cultura Occidental. Introduce la noción de persona, su dignidad, sus derechos; introduce la noción de ciencia, porque la desmitificación implica que la naturaleza del mundo físico no está revelada; distingue entre el poder civil y el poder eclesial, porque ya no se confunden Dios con el César; guarda lo mejor de la filosofía antigua en sus conventos; produce el renacimiento carolingio, las universidades, el common law británico; el neoplatonismo cristiano del s. XVI produce la nueva ciencia física; los ideales (no digo formas de gobierno) de la revolución francesa y norteamericana son en sí mismos cristianos, e incluso los primeros esbozos concretos de democracia política y economía de mercado se dan en el pensamiento católico de la Segunda Escolástica española del s. XVI. El Cristianismo (y por lo tanto, Israel) ha creado a Occidente, y Occidente es universal, porque la noción de derechos humanos universales integra a todas las culturas, dado que es integradora de lo humano. El racionalismo anticristiano, las filosofías radicalmente anticristianas, la fusión del trono con el altar, el colonialismo y los autoritarismos y totalitarismos son, como dijo García Venturini, patologías de Occidente: basta poner al Cristianismo en su lugar para terminar con ellas, y eso fue el Concilio Vaticano II.

El judeo-cristianismo no es, por ende, como entrar a una heladería y pedir un helado de vainilla y chocolate. El cristianismo no es un porque sí. No es un salto al vacío, no es un gusto, no es una moda, no es la catequesis del colegio, no es una costumbre cultural. El cristianismo implica una vivencia volitiva e intelectual que compromete a todo el yo, que no existiría sin la Gracia de Dios, pero a la vez sería nada sin la razón del hombre, que al dialogar con Dios, encuentra lo mejor de sí misma. Hay razones para la Trinidad, hay razones para la Encarnación. Son razones que superan la noción de razón como solo cálculo, un tipo de razón que ni siquiera está en la ciencia, como han demostrado Popper, Kuhn, Lakatos y Feyerabend. Son el círculo hermenéutico de la Fe, enseñado por San Agustín: creo para entender y entiendo para creer, en un sentido de “entender” que tuvo que ser explicado nuevamente por Husserl en el siglo XX.

El Cristianismo, sin embargo, no demanda un post-grado (nunca mejor dicho, gracias a Dios). Sólo un corazón abierto al encuentro con Dios, y para eso, el Espíritu de Dios sopla donde quiere y cuando quiere. El cristianismo es como la Virgen, que muy racionalmente pregunta: cómo puede ser esto. Y Dios responde, contrariamente al sistema educativo formal, sin enojarse, con un lenguaje poéticamente sublime y totalmente entendible. El Cristianismo es diálogo, es no juzgar, es misericordia, es escucha, es silencio, es comprensión.

Cristianismo es Cristo, y quien quiera ser cristiano, que tome su razón y sígalo.



[1] Ratzinger, J., y Flores d´Arcais, P.: ¿Dios existe? Espasa Calpe, Buenos Aires, 2010.

jueves, 9 de julio de 2020

ORDENA, ESTADO, QUE TU SIERVO ESCUCHA


Recordaba el Padre Santiago Martín, en el 2012: “…En estos días me he acordado mucho de algo que ocurrió en una pequeña población del norte de África hace muchos años, en Abitene. Era el año 304 y la persecución del sangriento emperador Diocleciano arreciaba y sembraba el Imperio de mártires. En esa población la policía imperial sorprendió a 49 cristianos celebrando la Santa Misa. Cuando les ofrecieron perdonarles la vida a cambio de que no lo hicieran más, la respuesta fue: “Sine dominico non possumus” (Sin el domingo no podemos vivir). Así era y así sigue siendo. Sin el domingo, sin la Eucaristía, sin comulgar, sin recibir la fuerza y el consuelo que Jesús nos da, no podemos vivir. ¿De dónde vamos a sacar la energía para seguir luchando? ¿De dónde la fuerza para continuar llevando la cruz de cada día?



Como vemos, los primeros cristianos fueron un ejemplo en la defensa de su libertad religiosa. Pero qué lejos estamos hoy de ello. La OMS da una orden, todos los gobiernos del mundo obedecen, el Papa obedece y con él todos los obispos. El reinado de Marsilio de Padua a nivel mundial, donde la soberanía de los estados es absoluta. Pero no. No es así. Los estados no tienen soberanía ante las conciencias. No pueden violar la libertad religiosa. La palabra “salud” en latín (salus) es el origen también de “salvación”. Pero ahora la única salvación, lo único en lo que se cree, es en una pobre vida sobrevivida en la propia ratonera, rodeada por el pánico. Que triste concepción de vida, qué adecuada, además, a un estado burocrático donde todos son la cadena de la banalidad del mal. Sí, porque esta tiranía, como dijo Arendt, es una tiranía sin tirano visible. Las personas han obedecido y creído que un virus justifica el arresto domiciliario de todos, y todos se han convertido en pequeños SS que denuncian incluso a sus conciudadanos. Qué horror. Qué lejos estamos de la convicción de los primeros siglos. Qué ejemplo para el mundo si la Iglesia Católica hubiera dicho su “non possumus” como lo hacía cuando no había sido invadida por burócratas de un estado llamado Vaticano. No, allí están, desde el primero hasta el último (cosa que en la Fe tiene sus “vueltas”) obedeciendo al estado como borregos acríticos, ganados (ganados, nunca mejor dicho) por una visión secularizada de la existencia, mientras los pocos sacerdotes que se oponen han sido llamados adolescentes por el Romano Pontífice.

Por lo menos en el 304 Dioclesiano era Dioclesiano y la Iglesia era la Iglesia.

domingo, 5 de julio de 2020

¿ALGÚN "CUARENTENISTA" QUIERE RESPONDER LA PREGUNTA DE RICARDO ROJAS?



Una pregunta para los amigos que apoyan la cuarentena rígida. Todos los años mueren en Argentina unas 30.000 personas por influenza y neumonía, es decir por causa de un virus, para el cual existen vacunas a pesar de lo cual muere toda esa gente (al igual que el Covid19, los infectados son infinitamente más, los muertos son una muy pequeña porción, y en general no muere la gente por el virus, sino que ya trae condiciones de base que los vuelve particularmente vulnerables).
Mi pregunta es, teniendo en cuenta que ese virus se intensifica en el invierno: ¿estarían dispuestos a que todos los años se haga una cuarentena estricta como la actual durante los cuatro meses de frío? Piensen que se trata de 30.000 muertos al año.
Si están dispuestos, mi pregunta es: ¿por qué se bancaron entonces tantos años de tener tantos muertos de gripe, y jamás pidieron cuarentenas?
Si no están dispuestos, mi pregunta es: ¿qué tiene de especial Covid 19 para justificar esta cuarentena, que no tenga la influenza con sus 30.000 muertos por año?

UNAMUNO Y MARIA SUSANA MONTEFUSCO DE ZANOTTI


Estaba repasando nuevamente la obra de papá y la importancia que él le daba a la novela Amor y pedagogía del gran Miguel de Unamuno. De repente mi escritorio viajó en el tiempo y se encontró con Don Miguel. Amor y pedagogía, El sentimiento trágico de la vida, Vida de Don Quijote y Sancho, me hablaban desde las profundidades del Español castizo y denso del gran pensador. No pude sino maravillarme ante sus ironías, sus agudos pensamientos, sus maravillosas tomaduras de pelo a la gente supuestamente seria. Cómo sufren las mentes independientes, qué poco supieron acogerlo sus contemporáneos, su patria y su religión.

Pero de repente mi mente hizo otro viaje en el tiempo. Abro el ejemplar de Vida de Don Quijote y Sancho, una edición de Espasa Calpe de 1949, con sus hojas ajadas y amarillas, y me encuentro con esta dedicatoria:



Sí, allí estaba, yo nunca la había visto. ¡1955! Los dos vivían en el departamento de Carlos Calvo. Luego vino Pablo, en 1958, inmediatamente el viaje a Roma, hasta avanzado el 59, donde yo me anuncié habiendo sido concebido, creo, en el océano. Luego Ituzaingó y sus heroicos años, luego la inolvidable casa de Tacuarí a partir del 73………… Y todo voló con una velocidad insólita. En 1955 papá tenía 27 años, yo ahora tengo 60.

Pero volvamos a esa dedicatoria. Siempre me impresionaron las dedicatorias. Son como un viaje en el tiempo: la tinta deja impreso un trozo inefable de tiempo, de circunstancia, de humanidad profunda. Esta me impresionó especialmente. Fue encontrarme nuevamente con ambos. Me imaginé los momentos previos y posteriores. El ir a comprar el libro, el momento exacto de la dedicatoria, seguramente sentada con su gesto de resolución y decisión, las horas anhelantes hasta que papá lo recibiera, la felicidad de ambos en ese momento, el abrazo, el beso.

“Cada día más feliz”. Qué impresionante que es todo matrimonio bendecido. La intimidad sin espectáculos, el todo, el universo completo, que constituyen ambos, superior al universo entero y a la vastedad del espacio y el tiempo. Sólo ellos existen, con todo lo que “ellos” implica: sus hijos, sus amigos, sus familiares, sus proyectos, sus anhelos, sus esperanzas, sus sufrimientos, pero nada menos…. Ni nada más. Me río de mí mismo cuando me siento tan ínfimo ante lo infinito de la Historia. Mamá no se sentía así. Ese momento era todo, ya no era necesario nada más. Sentada, escribiendo su dedicatoria, totalmente concentrada en ese momento, pensando sólo en él. Eso era todo. Eso bastaba. Y todos los momentos presentes de todos los días de su vida, que constituyeron el tiempo total no pensado y por eso vivido con intensidad.

“Para Jorge, en nuestro segundo aniversario, cada día más feliz”. Parece un haiku japonés o un aforismo zen, rebosante de lacónica sabiduría. “Para Jorge, el que….. Quien…… A quien……”, no, no era así. Eran sólo 10 palabras. Nada más. Densas, totales, completas.

Un saludo desde la Tierra, papis. Ya se deben haber encontrado en el aniversario que no tiene fin.

miércoles, 1 de julio de 2020

COVID19: ¿ESTÁ JUSTIFICADA LA OBSESIÓN POR CONTAR EL NRO. DE CASOS?


Hoy voy a escribir desde las conjeturas. Tengo la certeza de que los derechos de la persona (esos sí que son “esenciales”) NO se pueden violar por ningún motivo -ni para luchar contra el terrorismo ni para luchar contra un virus-, pero hoy voy a hablar de cuestiones de las que no hay certeza, pero cabe sin embargo hacer varias preguntas.

Cada vez que enseño Popper y su posición sobre la probabilidad en el método hipotético-deductivo, no me meto en cuestiones matemáticas, pero explico lo que él dice y dejo abierta la pregunta a las matemáticas. Popper decía que cuanto más es lo que una hipótesis científica explica, menos probable es. Lo llamaba probabilidad de enunciado. Sean las letras a, b, c, n.., los enunciados. En ese caso, si una hipótesis dice
a.b
su probabilidad de ser refutada es
-a.-b
A su vez si la hipótesis dijera
a.b.c,
su probabilidad de ser refutada aumenta a
-a.-b.-c
Y así sucesivamente, de lo cual Popper deduce que la probabilidad de enunciado de una hipótesis es MENOR cuando MAS sea lo que dice, lo cual implica, parta poner un ejemplo, que la teoría de Newton es en sí misma menos probable que la de Ptolomeo.

A su vez, si vamos al razonamiento experimental, Popper nos recuerda que en los experimentos controlados controlamos sólo las variables conocidas, pero las DES-conocidas pueden ser infinitas. Y que un nro. finito de variables conocidas versus un nro. infinito de variables DES-conocidas tiende a cero.

Cada vez que explicado estas cuestiones, no me pronuncio, doy la bibliografía secundaria correspondiente y dejo el debate abierto a los que saben matemáticas (habitualmente, en cursos de post-grado, hay muchos ingenieros). Pero en mis ya casi 35 años de enseñar Popper nunca vi que nadie reaccionara mal. A lo sumo, citan el teorema de Bayes y etc. y ya está. El debate con respecto a la probabilidad sigue abierto. Sin embargo, siempre agrego una cosa más: Popper está hablando de las altas leyes de la Física. No se refiere a disciplinas prácticas como la medicina. Sabe perfectamente que cuando se dice “del total de pacientes observados, un 80% tal cosa o tal otra…”, es que se ha “restringido el universo del discurso”, esto es, se sabe cuál es el 100%. Pero cuando decimos “TODO cuerpo se comporta según el ppio de inercia”, la cuestión es si conocemos el universo del discurso para ver si ello tiene un 100% de probabilidad. O sea, ante la hipótesis de un universo infinito en el espacio y el tiempo, ¿cuál es el 100%? No sabemos, o mejor dicho, es infinito, con lo cual si un inductivista afirma haber visto el 100% del universo para establecer la probabilidad del comportamiento de un cuerpo según el ppio. de inercia, entonces habría que elogiar su apertura a una Revelación Divina.

Por lo tanto, habría que ver si lo mismo sucede con el número de “casos” del Covid19.

Porque, cuando se habla de un “caso” se habla de una persona que ha sido “infectada”, si por ello se entiende que el virus está en su organismo.

Pero según creo -corríjanme- en nuestro organismo hay un número potencialmente muy alto de virus y bacterias, algunas benignas, como la mayoría del tracto digestivo, y otros y otras patógenas pero que no nos afectan precisamente porque el sistema inmunológico lo impide. Creo que todos sabemos que si no fuera por el sistema inmunológico, muchos desarrollaríamos enfermedades infecto-contagiosas pero no sólo porque entrarían fácilmente sus microorganismos, sino porque ya los teníamos dentro y sin embargo el sistema inmunológico los mantenía a raya de desarrollar la enfermedad.

Con lo cual llegamos a la conclusión de que infectado es una cosa y enfermo es otra.

Ello NO quiere decir que sea deseable que tengamos dentro microorganismos patógenos. Significa que los humanos nos hemos acostumbrado a convivir con un entorno hostil de gérmenes patógenos, o de lo contrario la vida humana sería imposible.

Por ejemplo, hay casos no detectados donde el virus de la Tuberculosis permanece como “encapsulado” por el sistema inmunológico. Ello es lo que nos ha impedido enfermarnos a pesar de que todos los inviernos circulamos por ambientes cerrados donde el virus circula como Pedro por su casa. No es deseable que así circule, pero esto quiere decir que fomentar el pánico no está justificado.

Lo mismo con el virus que produjo la varicela cuando éramos niños: no desaparece, sino que queda latente y si bajaran mucho las defensas, desarrollaríamos el Herpes-zoster.

De igual modo, hay virus corona que producirían resfríos, hay neumococos que producirían catarros, anginas, bronquitis, pero estoy usando el potencial porque una persona con su sistema inmune fuerte, habitualmente no es afectado por esos microorganismos aunque penetren en su tracto respiratorio.

Por eso la medicina preventiva sabe que lo mejor que podemos hacer es fortalecer el sistema inmune, sobre todo para virus o bacterias ante las cuales no haya vacunas.

Y por ello todos los años hay que tener especial cuidado con personas mayores o inmunodeprimidos por patologías pre-existentes. Pero eso es así todos los años, no es algo que hayamos descubierto en el 2020.

Por eso me pregunto, con todo respeto a los matemáticos, médicos, virólogos e inmunólogos, si esta obsesión cotidiana por contar el nro. de casos de Covid19 está justificada. Porque el problema no es, como hemos visto, el nro. de casos, sino el nro. de enfermos y, a su vez, el verdadero problema es el nro. de enfermos que desarrollan gravemente la enfermedad.

Ello no quiere decir que sea deseable que aumente el nro. de casos asintomáticos de Covid19. Tampoco fue deseable, años anteriores, que aumentara el nro. de casos asintomáticos de personas infectadas con todo tipo de micro-organismos pero protegidas por su sistema inmune, como tampoco fue deseable que hubiera muchas personas que atravesaran de pie, trabajando incluso, diversos resfríos o catarros con muy pocas líneas de fiebre que remitían espontáneamente. Por supuesto, en esos casos hay que tener cuidado. Si los síntomas no remiten o aumentan, ir a una guardia, tomar la medicación correspondiente, quedarse en casa con certificado médico, no viajar, etc. Pero ello, todos los años.

Ahora bien, cuando decimos que “no quiere decir que sea deseable” también decimos que no es algo por lo cual alarmarse. Los casos asintomáticos de ese tipo de enfermedades pueden ser in-contables y convivimos con ellos todos los años sin terrores apocalípticos, salvando los cuidados higiénicos correspondientes. Yo hace décadas que uso alcohol en gel, me saco los zapatos, no saludo con 80.000 besos si estoy resfriado, no sólo en el 2020.

En ese sentido, ante un virus nuevo, hay que tratar a los enfermos, cuidar a mayores e inmunodeprimidos, y atender además a las diversas opiniones sobre posibles tratamientos, porque las opiniones únicas -que es lo que se ha hecho- son contradictorias con la falibilidad de la ciencia (Popper) y del conocimiento humano en general. Y seguir con la vida.

Contar el nro. de casos es, por lo que hemos explicado, inconducente. Porque si cada vez que los casos a-sintomáticos aumentan, declaramos nuevamente la cuarentena, vamos a seguir así por los siglos de los siglos amén. Porque los casos asintomáticos pueden ser miles de millones, incontables, y pueden siempre aumentar -especialmente si muchos salen luego de meses y meses de encierro-  y aunque NO sean deseables, tampoco son un grave problema, es más, es algo bueno que alguien sea protegido por su sistema inmunológico. Y sobre el tema de la probabilidad, creo que se cumple lo de Popper. El nro. tiende a cero, si comparamos el nro. de enfermos graves ante el nro. potencialmente infinito de casos asintomáticos (si alguien no está de acuerdo con Popper, está en todo su derecho). El problema no consiste en el nro. de “casos” SIN hacer las distinciones que hemos explicado. El problema consiste en el nro. de enfermos graves (lo dice alguien que casi muere de neumonía en el 2013). El problema NO está en el nro. de casos.

Conclusión: gobernantes de todo el mundo, medios de comunicación: dejen de contar el nro. de casos, porque cabe la sospecha de que lo estén haciendo NO por motivos médicos.