martes, 28 de noviembre de 2017

UNA TARDÍA RESPUESTA A ASTARITA

En un raro momento de tiempo, lucidez y pilas, he logrado comentar este blog de Astarita, (https://rolandoastarita.blog/2011/11/15/respuesta-a-una-critica-a-la-teoria-del-valor-de-marx/) del cual no me había percatado en su momento y que me hizo recordar hoy Fernando Pereyra.

Por lo demás, muy interesantes las respuestas de Nicolás Cachanosky....

Ver mis respuestas abajo, intercaladas.


1) La no publicación de los tomos 2 y 3
Comienzo con una cuestión secundaria, la sugerencia de que Marx no habría publicado los tomos 2 y 3 de El Capital por la aparición de la teoría de la utilidad marginal. La realidad es que la mayoría de los comentaristas y estudiosos de Marx coinciden en que no conoció la obra de los primeros marginalistas. Ni en la correspondencia, ni en los borradores, aparecen mencionados Jevons, Menger o Walras. Los dos primeros publicaron en 1871, Walras en 1874, y Marx murió en 1883. En esos años la influencia del marginalismo en Alemania fue débil. Las principales críticas a Marx las hicieron seguidores de Rodbertus y otros autores influenciados por Ricardo, o representantes de la escuela histórica. Los escritos polémicos de Marx giran en torno a estas problemáticas. En lo que hace a la redacción de El Capital, al final de su vida Marx estuvo trabajando en los esquemas de reproducción; no parece que el marginalismo haya ocupado su atención de ninguna manera.  Recordemos, además, que la obra de Walras pasó casi desapercibida, por lo menos hasta entrado el siglo XX. En realidad, los críticos de Marx tendieron a decir que no publicaba los tomos 2 y 3 porque no podía “cerrar” su sistema, debido a la contradicción entre valores y precios de producción (el tema que toma Cachanosky más adelante).


La verdad no le veo a esto mayor importancia. Haya conocido o no Marx a la teoría de Menger, la cuestión es que esta última es su real refutación.



2) No se sabe qué respondería Marx a la utilidad marginal
Aunque Marx no conoció la teoría de la utilidad marginal, sí conocía la obra de Condillac, quien ya a fines del siglo XVIII sostenía que el valor de los objetos se funda en la utilidad; algunos otros autores tomaron esta idea. Pero Marx apenas trató esta teoría.

Ese es el problema!!!!!



Todo indica que consideraba tan imposible que alguien pudiera fundar una teoría del valor basada en la utilidad, que pensó que no era necesario dedicar mucho tiempo al asunto. Cuando en el capítulo 1 de El Capital  realiza la deducción para encontrar el elemento en común que permite comparar los valores de cambio, descarta la utilidad.


Lo hace precisamente porque sigue a Aristóteles.




 Parece pensar que si la utilidad se deriva de las apreciaciones subjetivas, no hay manera de establecer una base común de medida, y que por lo tanto no habría manera de cuantificarla (sobre el concepto de medida, ver más abajo). Cuando discute el origen de la plusvalía, Marx menciona la teoría de Condillac, pero para descartar que el incremento de la utilidad que se obtiene al participar del intercambio mercantil, pueda ser la razón de la valorización del capital. Lo cual es acorde con la idea de que el valor de uso no puede explicar el valor. Si se revisan los índices de los 3 tomos de Teorías de la Plusvalía, o de los Grundrisse, el nombre Condillac no figura. Por supuesto, Marx no podía conocer todas las cuestiones que debatirían luego los partidarios de la teoría subjetiva del valor, sobre si es posible otorgar a la utilidad una magnitud cardinal, si se le podía aplicar una magnitud ordinal, etc.
3) El “subjetivismo” de Marx
Entramos ahora en las cuestiones más sustanciales. Cachanosky sostiene que Marx adoptó, casi, una teoría subjetiva del valor, al tratar el valor de uso. Sin embargo, en este punto Cachanosky comete el error de aplicar a Marx el esquema que él ha establecido al comienzo de su trabajo, que dice “valor de uso = valor” y “valor de cambio = precio”. Dado que Marx sostiene que las mercancías tienen valor de uso, Cachanosky concluye que Marx admite que el valor está dado por el valor de uso. Pero la realidad es que Marx no asimila el valor de uso al valor, sino el valor al valor de cambio el cual, por otra parte, es el precio (a partir del surgimiento del dinero).  Para comprender esto es necesario tener presente que Marx distingue entre valor, precio y valor de uso en un sentido distinto del que lo hace Cachanosky. Lo explico con un ejemplo:
Supongamos que tengo una mercancía A, que no representa un valor de uso para mí, cuyo precio en el mercado es $50, y que la intercambio por la mercancía B, que tiene valor de uso para mí, y cuyo precio en el mercado también es $50. Para que el propietario de B acepte mi mercancía A, es indudable que A debe poseer valor de uso para él;


Why? No!!!!!!!!! NO hay valor de uso en el mercado!!!!!!



 así como la mercancía B debe tener valor de uso para mí. Desde este punto de vista (el de la utilidad) ambos hemos ganado. Así, la utilidad



Me temo que Astarita cree que la utilidad es objetiva……………



explica el hecho de que el propietario de B demande A, y que yo demande B. Pero esto no da cuenta de por qué A y B valen $50. Lo cual es importante, porque desde el punto de vista del valor de cambio, nadie ha salido ganancioso (por eso en el intercambio no puede surgir la ganancia del capital, según Marx). Lo que afirma Marx entonces es que  las utilidades respectivas son una condición para que A y B puedan venderse, y para que “valgan” $50, pero no explican el precio de $50. El precio, dirá, estará regido, o determinado, por los tiempos de trabajo socialmente necesarios objetivados en A y B, esto es, por los valores. Y estos valores se expresan en los precios (véase más abajo).


Justamente, el trabajo no tiene nada que ver con la demanda subjetiva en el mercado, que es lo que explica los precios, ya sea $50 o lo que fuere……………….




 Por este motivo, Marx jamás pudo haber dicho que el valor de uso era el valor de la mercancía, ni que lo fundara.


OK en eso.



 El valor de uso es una condición necesaria para que haya valor, pero no lo determina.


Todo esto sigue suponiendo la distinción entre valor en uso y valor de cambio en el mercado, lo cual es falso………………




Aquí tal vez valga el siguiente ejemplo: puedo decir que la existencia de un medio físico es necesaria para que se transmita el sonido, pero el medio no determina la transmisión del sonido (sobre el concepto de determinación, véase más abajo). Por eso, Marx jamás puede decir que el valor de uso determina el valor. Por otra parte, la distinción entre valor de uso y valor lleva a entender por qué a lo largo de la historia hubo muchas sociedades en las que había valores de uso, pero no valores. Esto es lo opuesto de lo que sostiene la teoría del valor-utilidad, ya que para ésta, basta con que haya valor de uso, para que haya valor.


NO. Basta con que haya demanda subjetiva en el mercado para que haya precio.



 Esto porque el valor surge de la relación directa del ser humano con los bienes. En la concepción de Marx, en cambio, para que haya valor es necesario que  haya mercado y precio (véase más abajo); pero el mercado es un producto del desarrollo social, no existió siempre.


El mercado siempre existió pero en diferentes grados.





 Por lo tanto, no pudo haber valores en tanto no hubo mercado; a pesar de que los seres humanos valoraran la utilidad de los bienes.
4) Aristóteles, Hegel, medida e intercambio
Uno de los pasajes más citados del capítulo 1 de El Capital es el que presenta la “deducción” del trabajo socialmente necesario como el elemento común que tienen las mercancías,


El error más garrafal de Marx………… Emanado de su lectura de Aristóteles……………….




 que las hace comparables y permite el intercambio. Marx explica que debido a la diversidad de los valores de uso, y de los trabajos concretos para producirlos, no pueden ser éstos el elemento en común. Concluye por lo tanto que es el trabajo en su aspecto abstracto, en cuanto gasto humano de energía, la sustancia del valor. Cachanosky dice que aquí se ve la influencia de Aristóteles.


Obvio……………..



Si bien esto tiene una parte de verdad,  en la deducción que comentamos no es Aristóteles la principal inspiración metodológica de Marx, sino Hegel.


Peor. Es Aristóteles leído por Hegel. Peor que peor.



 Es que el desarrollo expositivo de esta parte de El Capital sigue las figuras de la Lógica, particularmente la categoría de medida.



No hay “medida objetiva” de la demanda subjetiva en el mercado. Lo único que hay es el precio de mercado ex post el intercambio que tiene que ver a su vez con el estado natural de reposo del mercado (el precio de cierre de la Bolsa). Mises. ABC.




Recordemos que en Hegel la medida alude a una proporción,


Por ende todo lo que sigue es incorrecto………………..




 que a su vez nos llevará a la razón o ley que la gobierna. Marx toma esta idea cuando parte de los valores de cambio, esto es, de lo que aparece a primera vista al examinar el mercado. Es que en principio, los valores de cambio parecen aleatorios. Por caso, las mercancías A y B se intercambian en una relación A/B = 4; las mercancías C y D en relación C/D = 7; A/D = 3; etc. Pero a poco que se examine, se encontrará que determinadas relaciones se mantienen, a pesar de oscilaciones contingentes. Por ejemplo, un automóvil X se intercambiará por 500 bicicletas Z, en promedio (a veces por 502 bicicletas, a veces por 495, etc.) pero siempre dentro de ciertos rangos; esto significa que hay proporción, medida, no es una relación arbitraria. Por lo tanto, hay que preguntarse por la ley que  gobierna esta proporción, lo que lleva a pasar de la superficie a lo que está por debajo. Así, la idea de sustrato que introduce Marx, no solo hace alusión a que es necesario tener una cualidad común para medir (la medida contiene en sí la cualidad y la cantidad; sin la primera no hay medida), sino también, y principalmente, al principio regulador que está por detrás de las diferentes expresiones numéricas del valor de cambio, y que es capaz de explicarlas (en esto, véase Tombazos, 1994).
Esta cuestión conecta con lo que explicamos en el anterior punto, a saber, que el valor de uso no puede explicar la proporción regular en que se están cambiando las mercancías A, B, C, D, las bicicletas y el automóvil, etc. El valor de uso explica que haya demanda de estas mercancías,


No, el valor en uso no explica la demanda, la demanda sólo se explica por los valores subjetivos de los individuos.



 pero no el porqué de la medida promedio de los intercambios. A fin de hacer comprensible este aspecto a alguien que está entrenado en la idea de que los valores de cambio se determinan por la acción de la oferta y la demanda, aclaremos que lo que sostiene Marx es que la oferta y la demanda, por sí mismas, no pueden explicar por qué el valor de cambio del automóvil de nuestro ejemplo, ronda regularmente las 500 bicicletas, y no 4, 5 o cualquier otro número arbitrario.


Eso porque no pudo entender la relación entre demanda subjetiva y precio.





 Lo mismo se puede expresar de esta manera: si la curva de oferta es horizontal (lo cual sucede si la oferta de las mercancías reproducibles con trabajo humano son reproducibles a costos constantes, o incluso decrecientes en una amplia franja), la demanda sólo determinará la cantidad de bienes comercializados, pero no el valor de cambio promedio. Es por esto que los costos de producción juegan entonces el rol de los centros de gravitación. Y los costos de producción se resuelven en trabajo social incorporado, que  se objetiva en las mercancías dando lugar a la propiedad de “valer”.


Los costos de producción son nada sin la demanda subjetiva. ABC………………





En consecuencia, la definición de un equilibrio en términos de valores (tiempos de trabajo como centros de gravitación) es distinto del equilibrio determinado por la oferta y la demanda. Como señala Tombazos, el desequilibrio de la oferta y la demanda solo se puede pensar como un equilibrio en términos de precios que es diferente del equilibrio en términos de valores. Por ejemplo, si en promedio el auto de nuestro ejemplo se vende en 500 bicicletas, pero en determinado momento comienza a aumentar la demanda de autos, y el valor de cambio sube a 600 bicicletas (sin que haya habido modificaciones en los tiempos de producción respectivos), estaremos ante un desequilibrio en términos de valores, pero no en términos de oferta y demanda (al precio de 600 bicicletas la oferta y la demanda se han equilibrado). La deducción de Marx que hemos mencionado está vinculada a esta cuestión. En este respecto la posición de Marx es muy distinta de la de Samuel Bailey, quien decía que el valor de cambio era solo una relación cuantitativa, y no había que buscar más allá de ello (véase la crítica a Bailey en Marx, 1975, t. 2.).
5) Tiempo de trabajo socialmente necesario
Cachanosky dice que el tiempo de trabajo socialmente necesario “es un promedio de las fuerzas individuales de trabajo”, y que se promedian “los trabajos del torpe y del hábil”. Según esto, pareciera que da lo mismo trabajar de manera torpe que hábilmente; lenta o intensamente. Pero la realidad es que Marx plantea que los valores se establecen a partir de promedios ponderados de trabajos de distintas intensidades y que aplican diferentes tecnologías (esto considerando sólo el tipo de trabajo simple). En base a esto, sostiene que aquellos que empleen tecnologías superiores a los promedios (o trabajen con más intensidad), generarán másvalor por hora de trabajo que el promedio; y que lo inverso sucederá con los que empleen tecnologías inferiores a los promedios (o trabajen con menos intensidad que el promedio).


No dudo que Marx diga eso, pero que diga eso no quiere decir que sea verdadero lo que dice…………………..



 Este aspecto de la cuestión queda desdibujado en la descripción de Cachanosky, pero es vital para comprender las ganancias extraordinarias


¿Quién juzga si una ganancia es extraordinaria? ¿Qué significa eso dada la demanda subjetiva en el mercado, que determina las ganancias?????





 que obtienen los capitales que emplean tecnologías adelantadas; o la renta diferencial de la tierra. El trabajo “del torpe” genera menos valor que el trabajo “del hábil”, y si “el torpe” no se pone a tono, será barrido por la competencia del mercado (de hecho, los “torpes” generalmente poseen tecnologías inferiores, o tierras de peor calidad, etc., que los “hábiles”).
Pero además, Cachanosky pasa por alto otra cuestión fundamental, que es que Marx distingue dos aspectos (o determinaciones) de “socialmente necesario”. La que acabamos de mencionar hace referencia al lado de la oferta, y es tratada en el capítulo 1 de El Capital. Es la única que tiene en cuenta Cachanosky. Sin embargo, en el capítulo 3. Marx señala que por “socialmente necesario” hay que entender también el trabajo social que se está dispuesto a entregar a cambio de determinada mercancía. Este punto alude por lo tanto a la demanda. Es digno de señalarlo porque es un error común, que comete Marshall, por ejemplo, decir que Marx no tiene en cuenta la demanda.


No tiene en cuenta la demanda subjetiva de los individuos como origen del precio. Justamente, como era hegeliano, no lo podía entender.




 Además, esta segunda determinación de tiempo de trabajo abre la posibilidad de que cuando la demanda supera a la oferta de una rama, los precios aumenten por encima de los precios determinados por los tiempos de trabajo empleados. Esta divergencia estará indicando la necesidad de destinar más trabajo social a esa rama. Lo inverso sucede cuando la oferta supera las necesidades del mercado. Estas oscilaciones están demostrando, además, que ya en el tomo 1 Marx plantea que está en la naturaleza del valor que haya discrepancias entre valores (tiempos de trabajo invertidos) y precios. Lo cual tiene que ver con la relación entre forma del valor y valor.
6) Relación entre forma de valor y valor, y fetichismo
Debido a que Cachanosky asoció indebidamente valor con valor de uso, y precio con valor de cambio, pasó por alto la relación entre valor y precio (o valor de cambio). Pero ésta es esencial para comprender por qué Marx insiste en que está en la naturaleza del valor que el mismo no se exprese mecánicamente en los precios.


¿Y quién dice que el valor se expresa “mecánicamente” en los precios??????





En muchos pasajes del tomo 1 de El Capital (o sea, antes de llegar al tercero) Marx plantea esta cuestión. Sostiene, en primer lugar, que los precios del mercado pueden desviarse de los precios que corresponderían a los valores (trabajos sociales objetivados)


“¡desviarse”!!!!!! En fin………….



 por causas aleatorias, y por lo tanto los valores son centros de gravitación. Luego, ya vimos, plantea que los precios pueden apartarse de los determinados por los costos de producción debido a variaciones de la demanda. Cuando se producen estas modificaciones de la demanda, los precios tenderán a revertir hacia los precios determinados por los tiempos de trabajo invertidos, a medida que se adecue la oferta. Es por esto que Marx anota que todas las mercancías, en la medida en que son valores de cambio, “sólo son expresiones relativas del trabajo social”, y que esa relatividad no consiste en modo alguno en la relación en que se intercambian entre ellas, “sino en la relación de todas ellas con ese trabajo social que es su sustancia” (Marx, 1975, p. 146, t. 2). Con esto Marx está diciendo que los tiempos de trabajo rigen los precios de las mercancías, pero ello no significa que los determinen mecánicamente (vuelvo sobre esto más abajo).
Por otra parte, comprender la relación entre forma del valor y valor permite entender por qué, en opinión de Marx, no es condición suficiente el que haya trabajo invertido para que haya valor. Esta última idea es más propia de Ricardo, que de Marx. En Marx, para que exista valor tiene que haber mercado, y tienen que realizarse las ventas. Sólo a través de la venta, del cambio de la mercancía por dinero, el trabajo abstracto se objetiva como propiedad de la mercancía, como valor.



No, lo que se expresa es la demanda subjetiva, no el “trabajo abstracto”, y eso sólo tiene una “señal” capaz de ser vista por otros en el precio como expresión de la escasez relativa en el mercado (Hayek)……………




 Por esta razón, y como se ha señalado alguna vez, en Marx el valor surge de la articulación entre producción y mercado. Una cuestión que pasa desapercibida con el esquema que Cachanosky le impuso a la teoría de Marx. Por este motivo es que Cachanosky formula mal la pregunta de ¿qué determina el valor de cambio, el trabajo socialmente necesario o la competencia a través del mercado? Es que ha interpretado que en el primer tomo de El Capital Marx habría dicho que el valor de cambio (o precio) está determinado solo por el trabajo invertido (socialmente necesario), y en el tomo 3 por la competencia en el mercado. La realidad es que ya en el tomo 1 se explica que los dos factores entran en la determinación del valor; y en el tomo 3 se mantiene esta idea básica, aunque con los cambios que veremos. Por último, dejo señalado que la distinción entre valor y forma de valor en Marx implica la crítica al carácter fetichista de las relaciones sociales que subyacen a la producción mercantil. La teoría del fetichismo de la mercancía es consustancial a la teoría del valor trabajo de Marx. Cachanosky no menciona esta cuestión.



Como si el famoso fetichismo de la mercancía refutara la teoría de la demanda subjetiva…………………….




7) Valor y dinero
Al haber pasado por alto la relación entre valor y precio, Cachanosky no puede dar cuenta de la concepción de dinero de Marx. Pero el tema conecta directamente con la teoría del valor. Marx decía que la verdadera prueba de una teoría del valor es la teoría monetaria; en esto puede apreciarse, además, la diferencia entre su teoría del valor, y la de Ricardo (la adhesión de este último a la teoría cuantitativa, y la crítica de Marx a la misma, conectan con sus diferentes concepciones sobre el valor). No puedo desarrollarlo aquí, y por lo tanto señalo sólo dos cuestiones. En primer lugar, el dinero en Marx surge de forma endógena al mercado. No es introducido “ex post” en una economía de trueque, como sucede en la teoría del mainstream, donde el dinero no es esencial para la existencia del mercado más o menos generalizado. Significa también que en la teoría de Marx no se presentan los problemas de “integración del dinero”, que son habituales en los modelos walrasianos (véase, por ejemplo, Patinkin, 1963). En segundo término, la existencia del dinero permite entender que la reducción de los trabajos concretos a tiempos de trabajo social abstracto opera en la realidad del mercado, aunque a través de esta forma fetichizada. Cuando Marx dice que al igualar sus diferentes productos en cuanto valores, en el intercambio, los seres humanos están igualando los diferentes tipos de trabajo en tanto trabajos humanos -aunque no sean conscientes de ello-, explica que esa igualación procede a través del dinero. La manera de comparar los valores de las mercancías A, B, C, D, automóviles, bicicletas, etc., es a través de la relación monetaria. “Como realización de un determinado tiempo de trabajo, la mercancía es valor de cambio;


Es que una mercancía NO es realización de un determinado tiempo de trabajo……….. Es sólo lo demandado en el mercado…………….




en el dinero, la cuota de tiempo de trabajo que ella representa es al mismo tiempo medida y colocada en su forma intercambiable universal (NB: esto es, en dinero), correspondiente al concepto” (Marx, 1989, t. 1, p. 95). En este punto la diferencia con la teoría del valor-utilidad no puede ser más marcada.
8) La ganancia es un robo”, riqueza y valor
Cachanosky atribuye a Marx esta idea. Pero Marx sostiene que la ganancia no es un robo, sino trabajo impago del que se apropia el capitalista debido a que se cumple la ley del valor trabajo.



Mm, la diferencia entre trabajo impago y robo es muy sutil……………..




 La crítica de Marx no pasa por afirmar que el capitalista es “inmoral” (o un ladrón, etc.), sino por demostrar que la explotación es un producto lógico de las relaciones sociales subyacentes (presento una discusión sobre el tema de la ética en Marx que puede consultarse aquí).


Ok en eso.




 Por otra parte, es necesario precisar que Marx no afirma que “el trabajador produce riqueza por el total de horas trabajadas, pero recibe como  paga sólo una parte del valor producido”. Aquí Cachanosky ha confundido riqueza con valor. En Marx, la riqueza atañe a los valores de uso, y es generada por el trabajo en su carácter de trabajo concreto; el valor, en cambio, es generado por el trabajo, en su carácter de gasto humano de energía, o trabajo abstracto. Debería decir entonces que el trabajador produce valor por el total de las horas trabajadas, pero recibe como paga sólo una parte del mismo.
9) El problema del valor y la igualación de las tasas de ganancia
La última parte de la crítica de Cachanosky está dedicada a destacar que Marx no pudo solucionar el problema con que ya se había enfrentado Ricardo (véase el primer capítulo de los Principios…), a saber, que si las mercancías se venden según precios proporcionales a los valores, las tasas de ganancia deben ser distintas, según varíen las composiciones medias de capital o los tiempos de rotación de los capitales entre las ramas. Esta crítica ya la había planteado Achille Loria (criticado por Engels en el prólogo del tercer tomo de El Capital), y sería repetida por Böhm Bawerk, y otros. Al pasar, señalo que la crítica más común que se le ha dirigido a Marx no es la que hace Cachanosky (véase aquí para una discusión).
Cachanosky, además de sostener que en el primer tomo de El Capital los precios son determinados por los tiempos de trabajo, y en el tercero por el mercado y la competencia, concluye que por esta razón Marx abandona la tesis de que los tiempos de trabajo determinan los precios. La primera objeción ya la he respondido: desde el primer capítulo de El Capital se afirma que para que haya valor debe haber mercado y competencia. Analicemos entonces la segunda objeción de Cachanosky, a saber, que en el tomo 3 los precios no están determinados por los tiempos de trabajo. Pero antes de abordar la cuestión, es necesario precisar la estructura de precios que Marx presenta en el tercer tomo de El Capital.
10) Precios de producción y precios de mercado
Cachanosky termina su examen de la teoría del valor de Marx con los precios de producción. Sin embargo, Marx explicó que los precios que aparecen en la vida cotidiana son los “precios de mercado”, que oscilan en torno a los precios de producción, y están afectados por las oscilaciones de la oferta y la demanda. Lo cual remite, de nuevo, a la relación entre precios y valores, y a la incidencia que tienen las dos determinaciones de tiempo de trabajo social, a las que nos hemos referido antes. Es un error dejar de lado este aspecto de la teoría del valor y precio de Marx, porque de nuevo pasa por alto la relación compleja que se establece entre valor, precios de producción y mercado.
11) Determinación y teoría del valor
Vayamos ahora a la cuestión de la determinación. Si por determinación sólo se entiende que los precios deben corresponderse directamente con los tiempos de trabajo socialmente necesarios de cada mercancía, es evidente que no puede decirse que los tiempos de trabajo determinan los precios. Y si se afirma, además, que la teoría del valor trabajo sostiene que los precios son determinados por los tiempos de trabajo invertido, es claro que la ley del valor trabajo se cae. Sin embargo, si los marxistas explican que los precios de mercado no son directamente proporcionales a los tiempos de trabajo socialmente necesarios, y al mismo tiempo afirman que la ley del valor trabajo determina los precios, habrá que preguntarse entonces si no hay algún problema con el significado del término “determinación”. Pues bien, sí, hay un problema, y tiene que ver con la noción de determinación (sigo a Bunge, 1961).
En primer lugar, es conveniente aclarar que existen muchas formas de determinación. Está la determinación mecánica, la estadística, la estructural y la teleológica, por lo menos. En segundo término, existen conexiones entre diferentes tipos de determinación, ya que ningún tipo de determinación actúa en forma pura, con exclusión de las otras. Por ejemplo, si al analizar la caída de un cuerpo digo que su movimiento está determinado por la ley de gravedad, no por ello puedo estar significando que es la única determinación que explica la velocidad con que cae ese cuerpo.

OK.




 Lo cual, y en tercer lugar, nos lleva a la idea de determinación “en sentido amplio”, como la llama Bunge, que alude a la teoría que muestra el principio genético, o de productividad, y que además dice que todo hecho particular ocurre, o se desarrolla, según leyes. Así, cuando Marx explica cómo se forman los precios de producción, está mostrando el principio de generación conforme a la teoría del valor trabajo que ha discutido en el tomo 1: el valor agregado es generado por trabajo humano, y por  lo tanto el “recargo” (o tasa de ganancia) que el capitalista aplica sobre los costos, está regido por una ley social.


Muy pertinentes aclaraciones sobre lo que Marx dice, pero no significan que lo que diga sea verdadero: el precio NO es generado por trabajo humano………………..




 De esta manera, lo que en los libros de “Economics” aparece como arbitrario (jamás se discute el mark-up, qué lo determina y cuál es su naturaleza), en la teoría del valor de Marx está determinado. Lo cual, insisto, no significa que se trate de una determinación mecánica. Pero es científica, ya que muestra cómo la generación del valor agregado, y de la ganancia, ocurre legalmente. Por eso, como explica Bunge, es un error confundir la ley científica con la ley mecánica. En términos más modernos, digamos que el determinismo matemático tiene fisuras, y no siempre es aplicable a todos los fenómenos, incluso físicos (véase Stewart, 2007).


Ok, si………. ¿Y?




 Pero el que no haya determinismo matemático, o mecánico, no significa que debamos renunciar a encontrar la determinación, esto es, a la ciencia.


Obvio, si no, no habría física cuántica……… Pero esa aclaración se la debemos a Popper, no a Bunge…………….



Antes de terminar este punto, observemos que es curioso que los partidarios de la teoría subjetiva del valor critiquen la teoría del valor de Marx por la supuesta falta de determinación de los precios, cuando el hecho es que nunca establecen el vínculo entre lo que se estudia sobre utilidad en los cursos de micro, y lo que se explica en macroeconomía sobre formación de precios


No, claro, porque la distinción entre micro y macro es falsa……………….




. Esto es, entre la teoría de la utilidad ordinal, las curvas de indiferencia y sus tasas marginales de sustitución, por un lado, y la formación de precios como costo + mark up, por el otro, existe un abismo, que nadie se preocupa de llenar.


Ese es un problema de los economistas neoclásicos NO austríacos posteriores al Austrial Revival de 1974. NO es un problema de la teoría del proceso de mercado post-1974.




 Lo cual parece no ser obstáculo para considerar a la teoría del valor utilidad “científica”. Pero cuando la teoría de Marx establece la conexión entre la generación de valor y la formación de precios con igualación de la tasa de ganancia, los partidarios de la teoría del valor-utilidad dicen que aquí no hay transición científica posible. No parece tener sentido.


Nadie dice que Marx no haya sido científico. Sí lo fue, igual que Ptolomeo.



12) Precios que son centros de gravitación y evidencia empírica
Los precios de producción serán entonces los precios hacia los cuáles tienden los precios de mercado. Sin embargo, no deben considerarse puntos fijos, sino también móviles, dadas las variaciones de productividades relativas, así como los cambios que ocurren en la demanda, que dan lugar a cambios en las distribuciones de los tiempos de trabajo social. Se trata de una visión muy distinta de la que tenía la economía clásica (y el mainstream de hoy), que imaginaba un mundo newtoniano, en el cual el conocimiento inicial de un sistema (cerrado) es suficiente para la predicción de su estado en cualquier momento posterior.


Ese NO es un problema de los austríacos…………….




 Esta univocidad no se verifica en la teoría del valor de Marx (y en general en ninguna teoría social científica). Los cambios en los tiempos de trabajo social determinan, en el mediano o largo plazo, las variaciones de los precios de producción, pero no existe correspondencia 1:1. Por eso también, se trata de leyes que adquieren rasgos estadísticos cuando se las formula en términos de observación (Bunge). “Cualquier regularidad en el comportamiento de los grandes conjuntos de partículas o personas ha de ser estadística…” (citado por Stewart, 2007).


Bueno, esa proposición positivista de Bunge es TAN falsa que es un claro diagnóstico de lo que está sucediendo aquí………..



 Esto se aplica a los precios que analiza la teoría de Marx.
En este sentido, es importante decir que utilizando las matrices de insumo producto, y mediante lo que se conoce como los vectores de trabajo verticalmente integrado (representan las cantidades de trabajo directo e indirecto empleado para producir un bien; véase Pasinetti, 1977 y 1984), se han calculado precios valores promedios y se los ha comparado con los precios de producción, y con los precios de mercado. Puede consultarse Shaikh (1984) y Ochoa (1989) para EEUU y por Petrovic (1987) para la ex Yugoslavia. Estos trabajos demostraron que existía una estrecha vinculación, en los casos estudiados, entre la evolución de los precios de producción y la evolución de los valores, esto es, los tiempos de trabajo socialmente necesario.



Idem…………………





 Por ejemplo, Ochoa analizó la evolución de los valores trabajo, los precios de producción y los precios de mercado para 7 años del período comprendido entre 1947 y 1972, en EEUU, utilizando un modelo de 71 industrias. El objetivo fue medir las desviaciones de los precios de producción con respecto a los valores y a los precios reales de mercado. Para calcular la medida en que los valores individuales determinaban el comportamiento de los precios de producción a lo largo del tiempo, Ochoa hizo regresiones lineales de los valores sobre los precios de producción, utilizando precios de mercado en dólares constantes como un proxy a cantidades. Los resultados mostraron que la correlación promedio a lo largo del tiempo entre los valores trabajo y los precios de producción indicaba que aproximadamente el 93% de la variación de los precios de producción individualesse debía a cambios en los valores trabajo subyacentes. Además, las variaciones entre precios y valores, ya fueran ponderadas o no ponderadas, eran pequeñas, de aproximadamente el 17%. La razón teórica de esto es que en el esquema de transformación de Marx las diferencias importantes entre valores y precios se originan en las diferencias también amplias de las composiciones orgánicas entre ramas. Sin embargo, cuando se tienen en cuanta los requerimientos de trabajo indirecto que entran como insumos en las ramas, las diferencias se achican notablemente, debido al carácter altamente integrado de la industria moderna. Esto es, las diferencias de composición orgánica se compensan, y por esta razón los precios proporcionales a los valores no difieren mucho de los precios de producción. También, y esto es relevante, Ochoa encontró que las diferencias entre los precios de mercado observados y los precios de producción eran pequeñas; así como las desviaciones entre precios de mercado y valores. Por ejemplo, aproximadamente el 76% de la variación de los precios de mercado se explicaba por variaciones de los precios de producción; y el 75,4% por variaciones de los valores.
Por supuesto, en estos cálculos han debido hacerse muchas simplificaciones; se trata entonces de aproximaciones.



Bueno, toda la epistemología de las ciencias sociales de Mises y Hayek refuta este modo positivista de proceder pero no creo que eso le interese a Astarita………………



 Con métodos más sofisticados, podrían mejorarse las mediciones. Pero las correlaciones obtenidas se corresponden con lo que la teoría de Marx dice que debía suceder, a causa del proceso de generación de valor.
13) Determinación, precios de la tierra, renta, activos financieros
El concepto de determinación que hemos explicado en el punto anterior se aplica a muchos precios de bienes que se compran y venden en los mercados, y no son reproducibles con trabajo. Por ejemplo, el precio de la tierra virgen no puede estar gobernado por los tiempos de trabajo invertidos en producirla. Sin embargo, la teoría del valor trabajo explica el precio de la tierra a partir de las nociones de plusvalía, plusvalía extraordinaria (y trabajo potenciado) y renta agraria e interés (renta e interés son partes de la plusvalía). De la misma forma, puede explicar el precio de activos financieros, que muchas veces están relacionados con formas de capital ficticio. Por supuesto, se trata de relaciones complejas, esto es, que necesitan muchas mediaciones (en El Capital son analizadas luego de los precios de producción). Pero no por ello pueden dejar de explicarse por las leyes de generación de valor, y de valorización del capital. Presento un ejemplo: muchas veces se ha afirmado que la teoría del valor-utilidad es más abarcativa que la teoría del valor trabajo, debido a que la primera puede explicar el precio de las obras de arte, la tierra y otros bienes no reproducibles con trabajo humano. Así, según la teoría del valor-utilidad, el precio de un cuadro de Picasso, por ejemplo, estaría expresando la utilidad (placer, disfrute, etc.) que experimenta la persona que lo adquiere o conserva. “La teoría del valor trabajo, en cambio, no puede”, se dice. Pues bien, ¿cómo se explica que alguien adquiera un cuadro de Picasso en 30 o 40 millones de dólares, para guardarlo en una caja de seguridad?


Es que no es necesario explicarlo!!!!! Porque se le canta, así de simple…….. Eso es la valoración subjetiva……… La economía NO es psicología……………..



Parece difícil de explicar desde el principio del hedonismo. Pero es posible dar una explicación coherente desde el punto de la valorización de los activos financieros, abordando la cuestión desde la teoría del capital de Marx. Naturalmente, los precios de los activos financieros no están determinados de manera mecánica ni directa por la ley del valor trabajo (y en particular, no lo está la tasa de interés), pero los fundamentos de su valorización obedecen a las leyes de la plusvalía y la acumulación. Por ejemplo, se puede explicar por qué, cuando los precios de los activos financieros no están sustentados en la generación de plusvalía, estallan las burbujas especulativas y ocurren desvalorizaciones masivas.


Bueno, habría que comenzar a explicar la teoría del ciclo de Mises, pero creo que Astarita la conoce……. ¿Por qué no la cita?



14) Individualismo y concepción histórico-social
Por último, cuando se habla de la teoría del valor de Marx, nunca se insistirá lo suficiente en que se trata de una teoría que tiene como punto de partida lo social, más precisamente, el hecho de que los seres humanos siempre trabajaron asociados. Esta visión es incomprensible desde el individualismo metodológico,


What? Eso NO es entender qué es el individualismo metodológico…………..



 que subyace en la teoría del valor utilidad; pero por esto no puede atribuirse a Marx una concepción subjetiva, ni individualista del valor.
Aclaremos que el rechazo del individualismo metodológico no significa necesariamente sostener que el individuo no cuenta (como se afirma a veces, equivocadamente). Marx critica el individualismo metodológico, sin caer por ello en la anulación del individuo. Lo que sostiene Marx es que lo social tiene prioridad explicativa; no dice que lo singular no cuente. En términos más modernos, Marx defendía un “colectivismo moderado”. Siguiendo a Westhpall (2003), el “colectivismo moderado” sostiene que: a) los individuos son fundamentalmente practicantes sociales; todo lo que una persona hace, dice o piensa se forma en el contexto de prácticas sociales que le proveen los recursos materiales y conceptuales, los objetos de deseo, habilidades y procedimientos, técnicas y ocasiones para la acción; b) lo que hacen los individuos depende de sus respuestas a sus entornos naturales y sociales; c) no hay individuos sin prácticas sociales, ni hay prácticas sociales sin individuos que aprenden, leen, participan y modifican las prácticas sociales.

Todo eso es obvio………………..




Por eso, y en el mismo sentido, Marx jamás dejó de lado el rol del individuo (véase, por ejemplo, su carta a Kugelmann del 17/04/1871). Sin embargo, se opuso a la visión burguesa que dice que el análisis económico debe comenzar por el individuo aislado, sus gustos y preferencias. Por eso rechazó la tesis individualista que dice (versión J. S. Mill y los utilitaristas) que “las leyes de los fenómenos de la sociedad no son, ni pueden ser… otra cosa que las leyes de la naturaleza humana individual”, y por lo tanto el agregado no es más que la suma de las partes.


Eso NO es el individualismo metodológico…………..



En este punto, la diferencia entre la teoría del valor de Marx y la teoría del valor basado en la utilidad, no puede ser más acusada. El enfoque individualista es constitutivo de la teoría del valor basada en la utilidad, ya que en ésta lo que importa es la relación entre las mercancías y los estados individuales de conciencia. Aquí el punto de partida es el individuo y su relación con los objetos, y las variables económicas se conciben dependientes de la conciencia humana. Esta visión es la que lleva a los subjetivistas a sostener que su teoría es más general que la teoría del valor de Marx, ya que podría ser extendida a cualquier tipo de sociedad. En Marx, en cambio, la ley del valor solo se aplica a la sociedad productora de mercancías. No tiene validez para Robinson, ni para las poblaciones que se organizaban según principios comunistas espontáneos, por ejemplo. En este enfoque, los individuos establecen las relaciones con las cosas a partir de relaciones sociales históricamente determinadas.


Justamente, eso es lo falso: no hay determinaciones históricas………….



 Pero esto es imposible de entender si se atribuye a Marx una teoría subjetiva del valor, como hace Cachanosky en su primera parte del escrito.

Hasta aquí las principales objeciones que me suscita la lectura de la crítica de Juan Carlos Cachanosky a la teoría del valor trabajo de Marx. Lógicamente, con esto solo he precisado problemas e inexactitudes que advierto en la crítica que se ha hecho a la teoría del valor trabajo de Marx. El análisis de por qué los marxistas pensamos que la teoría del valor-utilidad es lógicamente incoherente e irrealista, exigiría un escrito específico.

lunes, 27 de noviembre de 2017

MARX, LOS MAPUCHES Y EL ESTADO DE DERECHO





La ideología marxista siempre ha sido incompatible con el Estado de Derecho. Por supuesto, algunos pueden interpretar a Marx como un filósofo y un sociólogo de la alienación, y librarlo de culpa y cargo de las revoluciones violentas que en nombre del comunismo han azotado al s. XX. No me convence esa interpretación pero es lo que hizo la escuela de Frankfurt y me parece respetable. Sin embargo, la interpretación leninista de Marx –la que me parece correcta- no tiene salvación, en ningún sentido del término.

A veces el marxismo leninismo adopta la estrategia de Gramsci y de Hitler y, además de influenciar culturalmente, se presenta a elecciones para ganarlas y terminar con todo lo que signifique la democracia constitucional. Otras veces el marxismo leninismo es más fiel a sí mismo y se presenta como un grupo armado dispuesto a terminar con todo lo que sea democracia e instalar otra Cuba donde fuere. Fue el camino del ERP, de Montoneros, de Sendero Luminoso y ahora de RAM, el grupo mapuche armado que reclama sus antiguos territorios.

Hay que reconocer a los marxistas su capacidad de re-convertir la plusvalía según las circunstancias lo demanden. Los ahora explotados por el capitalismo opresor y agresor, del cual el Estado de Derecho no es más que su super-estructura burguesa de poder, son los pueblos originarios. Desde su horizonte, es coherente lo que han hecho. Pero, obviamente, totalmente errado. Porque como ya dijimos en otra oportunidad (http://gzanotti.blogspot.com.ar/2017/04/de-los-pueblos-originarios-al-origen-de.html) nunca se puede saber quién era el “originario”, sino que se debe comenzar de un punto presenta para adelante (Hume) como única alternativa para superar el insoluble problema de una “adquisición originaria” siempre imposible de probar. Por lo demás, los pueblos no tienen derechos, sino las personas, y por ende, si los miembros de los autoproclamados pueblos originarios se aceptaran como ciudadanos de un Estado Liberal de Derecho, gozarían de sus libertades individuales como cualquier otra persona, originaria, marciana o venusina, y su problema sería el de todos nosotros: que el Estado no avance sobre los derechos individuales, que son los nuestros, los de ellos y los de todo ser humano que nazca en este valle de lágrimas. Por último, cabe reconocer qué poder de dominio mental ejercen estos nuevos marxistas leninistas sobre pueblos, originarios o no, cuya historia nada tiene que ver con los occidentales Hegel y Marx.

Nuevamente, con todo esto, se ve la imposibilidad de convivencia del marxismo leninismo, en cualquier de sus formas, con el Estado de Derecho. Ellos quieren sus guerras, sus luchas, sus muertos, eso es para ellos el sentido de la vida. El Estado de Derecho no es para ellos sino una agresión contra la cual ejercen su legítima defensa. Es como si en un sistema de co-propietarios, los dueños de dos o tres departamentos reclamara la propiedad –qué sentido de la propiedad, por cierto- del edificio entero, entraran por la fuerza a los demás departamentos, y los dueños que intentaran defenderse, reaccionando como pudieran, fueran entonces los reales atacantes insensibles y crueles respecto de los derechos humanos de los atacantes, los únicos que tienen derechos, por supuesto.

Esto ha pasado siempre en todo el mundo con el marxismo, y también con los socialistas que eran tan comunistas como Marx, o sea Hitler y Mussolini. Pero en Latinoamérica esto es constante, en variadas formas y variantes. Han atacado de mil maneras, y especialmente allí donde un Estado de Derecho intenta consolidarse, porque mientras Cristina Kirchner nos conducía, bajo la indolencia de casi todos los argentinos, hacia otra provincia cubana como Venezuela, esto, oh casualidad, no pasaba.


Desde luego, lo que un Estado de Derecho no puede hacer es violar el debido proceso para defenderse a sí mismo, porque ello es como suicidarse. Con el Estado de Derecho ha combatido la moderna Italia a las Brigadas Rojas y con el Estado de Derecho ha combatido España a la Eta, admirada por Hebe de Bonafini. SIN el Estado de Derecho combatió el Proceso a ERP y Montoneros y sólo se terminó en una banda contra otra. Ahora Macri tiene la posibilidad de revertir esa triste historia. Pero debe tener liderazgo, debe tener claro todo esto, debe explicarlo convencido y con autoridad moral, ante una sociedad que aún no ha salido del marxismo cultural donde es, vive y existe. 



domingo, 26 de noviembre de 2017

DE MISES A HAYEK Y DE HAYEK A MISES: UNA INFLUENCIA MUTUA EN ALGO ESENCIAL.



Innumerables han sido las veces que se ha intentado presentar a Mises y Hayek como dos autores contrapuestos. Claro, si ello implica que eran dos autores diferentes, cabe reconocer que los que se han empeñado en marcar sus diferencias han logrado demostrar su obviedad.

Un caso que ha quedado habitualmente desatendido, y que sin embargo es esencial, es la primera elaboración clara de Mises del mercado como proceso, que no fue en su juventud, sino a sus 60 años, cuando se puso a escribir la segunda versión de lo que sería luego Human Action. Como muchos saben, en los caps. 15 y 16 queda claramente escrito que el mercado es un proceso que tiende a la construcción imaginaria de estado final de reposo, sin alcanzarla nunca. Y que ese dinamismo tiene que ver con la figura del empresario que busca ganancias en el mercado, que, contrariamente a lo supuesto por Shumpeter, es un factor equilibrante en el proceso. Todo ello fue fundamental para que luego Israel Kirzner desarrollara su teoría de la alertness empresarial y distinguiera claramente al mercado como proceso de las escuelas neoclásicas de equilibrio.

Lo que habitualmente queda en el silencio es la referencia decisiva de Mises a Hayek en el desarrollo de la teoría del mercado tal cual la presenta en Human Action. Desde luego, y todos conocemos la historia, que Hayek “se convierte” al mercado libre luego de que Mises desarrollara la imposibilidad de cálculo económico en el socialismo, pero todos debemos recordar que el Mises y Hayek de aquellas épocas no diferenciaban entre la Escuela Austríaca y las demás escuelas neoclásicas como luego lo hace el Austrial revival a partir de 1974. De hecho, Hayek comienza a desarrollar su teoría de mercado en conocimiento disperso, como señala Caldwell, cuando desarrolla su teoría del ciclo en 1931, donde el des-equilibrio entre ahorro e inversión era una especie de excepción a la teoría del equilibrio general[1]. NO es casualidad que luego de ello, Hayek escribiera sus tres seminales artículos para el desarrollo del mercado como proceso: Economics and Knowledge en 1936, The Use of Knowledge in Society en 1945 y The Meaning of Competition en 1946, donde por primera vez un austríaco señala con claridad las diferencias esenciales con los modelos de competencia perfecta.

Ahora bien, la primera edición de Individualism and Economic Order, donde esos tres artículos aparecen sistemáticamente publicados, es de 1948, y Human Action es publicada en 1949. Y no es casualidad que cuando Mises está desarrollando su teoría del mercado, cite precisamente a Individualism and Economic Order[2], especialmente a The Meaning of Competition. O sea, claramente Mises cita a Hayek en algo esencial para su propia teoría de los precios.

Por lo tanto: autores diferentes, sí. Pero formaron parte de un mismo programa de investigación: la teoría del mercado como proceso, sistematizada luego por Israel M. Kirzner.




[1] ESA era “la teoría”, para Hayek, en esa época, y por POR ESO dice que el cálculo económico era posible “en teoría” pero imposible en la práctica. Porque “la praxis” del mercado es precisamente el factor aprendizaje, que no formaba parte, en su tiempo, de “la teoría” del mercado. El proceso de mercado como teoría será desarrollado unos 45 años después a partir del seminal libro de Kirzner Competencia y función empresarial (1973), donde sus discípulos comenzaron a distinguir claramente entre “la teoría austríaca” del mercado como proceso y la diversas teorías neoclásicas.
[2] La cita de Mises es la 13, del cap. 15, y dice así: “… For a refutation of the fashionable doctrines of imperfect and of monopolistic competition, F. A. von Hayek,  Individualism and Economic Order (Chicago, 1948), pp. 92-118”