domingo, 6 de octubre de 2013

EL SABE (reflexiones sobre la francisco/lío/logía).

La verdad, todo este “lío” impresionante alrededor del Papa Francisco me tiene……. No sé, tal vez perplejo.

Entiendo los enojos de católicos de tendencia más conservadora. Soy consciente de que muchos de sus dichos y famosos “gestos” se pueden interpretar para cualquier lado. Eso es hermenéutica elemental: intención del hablante, horizonte de los destinatarios del mensaje, etc. Pero, ¿acaso Francisco no lo sabe? ¿Acaso NO sabe él que si dice “quien soy yo para juzgar…”, en un avión, a los periodistas, ipso facto, en segundos, saldrá en todos los medios y redes sociales interpretado de todos los millones de modos posibles? ¿NO lo sabe?

Claro que lo sabe. ¿Y entonces? Pues está “haciendo lío”. ¿Y qué es hacer lío? ¡Ah, eso sí que es un lío! Como vemos la mathesis universalis de Leibniz está lejos de poder ayudarnos….. J

Creo que, sencillamente, él sabe por qué, él sabe a dónde va, qué quiere hacer. Y, ¿por qué no confiar en él? Claro que un papa es falible en cuanto a estrategias y prudencias humanas. Pero, ¿por qué no hacer un acto Fe en la Iglesia, en el Espíritu, sabiendo que Dios guía misteriosamente a la Santa Iglesia lastrada por pecadores?

Por lo demás, interpretado desde el Catecismo y todos los documentos del Magisterio eclesiástico, nada de lo que dijo es nuevo y menos aún atenta contra nada de la moral y la fe fundamental de la Iglesia. El lo sabe perfectamente, pero sabe perfectamente que no todos pueden hacer esa interpretación. Aún así, “se larga”, desafía, remueve el árbol, sorprende, se “entrega” a los medios, a la gente, se manda indirectas y juegos de lenguaje que evidentemente están muy lejos de ser los textos en latín finamente pensados y nada azarosos de los discursos de los pontífices de 60 años atrás. Pero, de vuelta, él lo sabe. Tiene 76 años y el guiño de ojo que le da su edad.

Los católicos de diversas corrientes, por lo demás, presentan más o menos 4 reacciones típicas. Primero están los conservadores enojados, desde los lefebvrianos y sedevacantistas que lo quieren quemar como a Giornado Bruno, hasta los que sencillamente siguen fielmente todo el Magisterio y se quedan perplejos cuando Francisco NO aclara lo que “debería” aclarar. Luego están los fieles al Magisterio que no habrían dicho ni hecho nada de lo que él hizo y dijo PERO lo quieren. Estos últimos se dividen sobre todo en dos grupos: los que ingenuamente piensan que todo debería interpretarse como la Iglesia lo interpreta, y están todo el tiempo aclarando lo que Francisco quiso decir, como asombrados ante el malentendido, y los pícaros que piensan para su interior que Francisco NO debería haber dicho tal o cual cosa pero lo explican como si todo estuviera bien y atribuyen el malentendido a los medios, salvando a Francisco de toda responsabilidad. Luego están los católicos fieles al Magisterio que sencillamente siempre han interpretado todo como Francisco y se sienten sencillamente felices y fascinados por él. Y están finalmente aquellos que siempre quieren que la Iglesia cruce el Rubricón, abandone sus doctrinas tradicionales en moral y dogma y ven en Francisco su gran oportunidad.


Yo, la verdad, que me he pasado la vida (la que tengo: si es larga o corta sólo Dios sabe) “aclarando” cosas en otras materias, he decidido jubilarme. No voy a ser parte de la legión de católicos que se pasan la vida aclarando lo que Francisco quiso o quiere decir. Una manera enojosa de hacerlo sería decir “él sabrá”, con lo que ello significa en nuestro juego de lenguaje castellano/argentino. Pero no, no estoy realmente así. Creo, en cambio, que “él sabe”, lo cual es diferente. Es un acto de Fe en la Iglesia. Mientras tanto, seguiré ocupándome de mis tonterías de siempre sin pretender que Francisco las conozca, bendiga o comprenda, esperando sólo que no me queme él como los ultra quieren quemarlo a él, y esperando en el tiempo de la Iglesia, que va más allá de Francisco y de todos nosotros.

2 comentarios:

rojobilbao dijo...

Comparto que probablemente él sepa hacia dónde se dirige. Y más por un acto de inevitabilidad que por confianza debemos dejarle hacer.

Pero algunas cosas son reseñables y criticables. La frase que afirma que hacer proselitismo es una tontería, tendrá su justificación en el judaísmo actual, pero no en el catolicismo. No es interpretable, es una frase desafortunada, equivocada y además producto sobre todo de su ligereza al responder las preguntas.

Y su actitud, tanto oral como el tema Franciscanos de la Inmaculada, muestra un sorprendente desapego a los tradicionalistas de dentro. Él, que tiene que ser unión de todas las sensibilidades internas,castigando e insultando a un sector legítimo de la Iglesia. Eso no es armar lío, es algo peor.

Anónimo dijo...

Quien verdaderamente sabe prefiere la crítica en lugar de que le digan que sabe . Entiendo que es el caso , además lo ha expresado más de una vez . El problema es ser consecuente con lo que se dice . "Él sabe" no es más que la afirmación del viejo y acrítico principio de autoridad . Cuando no hay argumentos convincentes , ahora como en la edad media , se acude a este principio . "El misterio de Dios" es el comodín que ocupa el espacio que deja el vacío existencial del "no sé" o "hay que esperar" . Diría que el abuso de este principio fue el principal motivo para el surgimiento del racionalismo . Este principio debe evolucionar si la Iglesia pretende seguir adelante . Se sobrevive escuchando a todos , no descartando opciones , es decir en rioplatense "no creyéndosela" , una de las primeras cosas que los familiares de Bergoglio le dijeron al nuevo papa cuando fue electo .
Meister Eckhart decía en cambio "Nadie sabe" y fue procesado por herejía . En lenguaje poético-metafísico "Nadie" es la experiencia de Dios devastando al yo . Sabía lo que decía . Lamentablemente no lo entendieron sino varios siglos después . Especulo que si la Iglesia hubiera profundizado esta vía , tal vez se hubiera ahorrado la Reforma y el Racionalismo de un plumazo . En cambio , con un Dios "externo" y la necesaria autoridad para interpretarlo , el papa se convirtió en un rey y el Vaticano en su estado .
También es hermenéutica elemental saber que "hacer lío" no "suena" igual en todas las culturas . En nuestra cultura , cuyo horizonte de precomprensión es peronista , hacer lío es la contracara del paternalismo autoritario que nos caracteriza . Los nenes hacen lío . Los padres condescendientes no quieren más represión . Los nenes hacen más lío , los padres culpan a las autoridades o a Colón , sin percatarse que generación tras generación se repiten calcadamente conductas ... El círculo vicioso del que hablé la otra semana ¿ Qué tan consciente es Francisco de esto ? No sé . M.S