domingo, 30 de junio de 2013

ANTE LA ULTIMA FRASE DEL GRAN FILÓSOFO GUILLERMO MORENO, ("“Ni en pedo te dejo importar trigo”) REITERAMOS LA SIGUIENTE REFLEXIÓN:

(http://fortunaweb.com.ar/2013-06-28-124069-moreno-a-un-molinero-ni-en-pedo-te-dejo-importar-trigo/)

LIBERTAD DE OPCIÓN (http://gzanotti.blogspot.com.ar/2011/07/libertad-de-opcion.html

Hace ya mucho tiempo, cuando se tratan temas como el aborto, la eutanasia o el matrimonio homosexual, el argumento es la libertad de opción. “Es mi vida”, derecho a decidir sobre mi cuerpo y mi sexualidad, “no obligar a otros”, etc., esas son las argumentaciones.

Curioso: finalmente, el liberalismo parece haberse reducido al aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual. Porque la libertad de opción es el argumento central del liberalismo para no solamente el tan denostado liberalismo económico, sino para cuestiones claves como libertad de educación, libertad a elegir el seguro médico, la no imposición del seguro social obligatorio, la libre inmigración y emigración, la eliminación de la casi todos los impuestos, etc. O sea, que el gobierno NO intervenga en materia de salud, educación, seguridad social, que no haya aduanas, visas, pasaportes, que no haya declaraciones juradas, impuestos a las ganancias, que haya libertad de empresa en todos (todos) los ámbitos, todo ello se basa precisamente en la libertad de opción del individuo. Pero no, entonces casi todos dicen: eso no. ¿Cómo el gobierno no va a controlar la salud, la educación y todas esas áreas? La respuesta es: el individuo tiene derecho a decidir. Pero no. Toda la libertad de opción que se afirma para el aborto, eutanasia, sexualidad, ya no rige para todo lo demás, y es totalmente negada.

Pregunto, ¿CUÁL ES LA COHERENCIA DE ELLO?

Por supuesto la pregunta va para casi todos, esto es, los que promueven el aborto y etc., pero luego son los primeros y más grandes estatistas, defensores de la intervención del gobierno y ciegos ante la libertad individual en los otros terrenos.

La pregunta no va obviamente a los libertarios coherentes partidarios de la libertad individual en todas las áreas.

Es más, ellos me podrían decir a mí que yo también soy incoherente, al defender al liberalismo clásico pero luego mostrarme “conservador” en esos tres issues tan sensibles de la opinión pública actual.

Pero a ellos respondo: son precisamente tres temas en los cuales la libertad individual también está en juego. Obviamente la libertad individual ha tenido fundamentos diversos, pero todos saben que para mí, su fundamento es el derecho a la intimidad personal, esto es, el derecho a la ausencia de coacción sobre la propia conciencia en la medida que no afecte a derechos de terceros.

Saben entonces que ese es el debate. Dejemos de lado el tema del matrimonio homosexual, porque claramente me he jugado por pedir la abolición del matrimonio civil y por ende eso corta de cuajo el problema, posición que obviamente no comparten los heterosexuales que quieren que el gobierno case y los homosexuales que también quieren que el gobierno “case”.

Pero la cuestión del aborto, como saben, es diferente. Sé que muchos no estarán de acuerdo en que el embrión, desde sus primeras etapas, es un ser humano, pero saben que yo sí pienso eso, que lo puedo fundamentar, y por ende soy totalmente coherente en considerar al embrión como una persona humana con derechos ante lo cual el argumento de la libertad de opción ya no se aplica.

Y el tema de la eutanasia, igual. Habiendo hecho todas las aclaraciones pertinentes, la cuestión se está focalizando en el tema del suicidio asistido. Efectivamente, creo que las aclaraciones, por parte de quienes se oponen a la eutanasia, han sido suficientes. No sostenemos que sea necesario recurrir a tratamientos extraordinarios, y en mi caso todos saben que he defendido al máximo la libertad individual del paciente: el derecho (fundado en la intimidad personal) a NO recibir un tratamiento médico, el derecho al rechazo informado, el derecho a NO ser llevado a un hospital coactivamente, etc., son todas aclaraciones que han llevado el tema de la eutanasia al “detalle” del suicidio asistido. Obviamente no podemos ahora tratar todas las implicaciones del tema. Sólo preguntamos, en torno de la libertad de opción: quien decida terminar con su vida, sólo puede ser juzgado por Dios, ningún ser humano puede juzgar o “coaccionar” al que intentó suicidarse. Pero, ¿hay derecho en obligar a otro (repetimos: obligar a otro) a que mate a alguien que no puede matarse a sí mismo? ¿Existe ese “derecho”? Prácticamente algunos proponen que el médico que se niegue es un delincuente, que ni siquiera puede invocar la objeción de conciencia. Nuevamente, ¿qué “libertad de opción” es eso para el médico, enfermera o quien fuere que se encuentre en esa terrible situación?

Pero, volvemos a decir, esas preguntas están dirigidas a esa minoría absoluta de libertarios que me preguntarían sobre mi propia coherencia. A todos los demás, a la pléyade de estatistas que quieren controlar, obligatoriamente, desde el gobierno, sencillamente todo, les señalamos su risible incoherencia cuando además invocan la “libertad de opción” como argumentos para el aborto y la eutanasia y luego para colmo quieren poner en la cárcel a quienes invoquen la objeción de conciencia en esos casos.

Triste destino de la “libertad individual”.

domingo, 23 de junio de 2013

LA HERMENÉUTICA COMO UNA NUEVA ETAPA EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

LA HERMENÉUTICA COMO UNA NUEVA ETAPA EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA*.

Por Gabriel J. Zanotti


Es mi intención presentar la siguiente tesis: la hermenéutica, desde cierto punto de vista, no sólo no es un paradigma agotado, sino que puede llegar a ser una nueva etapa en la historia de la filosofía.
Para ello nos limitaremos sólo a presentar los lineamientos generales de un programa de investigación propio, al modo intentio lectoris, sobre la base de ciertos aportes de Husserl y Gadamer, sin intentar confundir nuestro propio programa con dichos autores. Es nuestra intención mostrar, también, que los aportes que estamos tomando de tan grandes pensadores no constituyen una decodificación aberrante de su pensamiento.

  1. Husserl y su noción de mundo de la vida.
No nos introduciremos en el debate histórico sobre si la noción de mundo en Husserl es un aspecto esencial de su pensamiento, tan importante como sus aportes de Investigaciones Lógicas[1] o Ideas I[2], o si es un tema adicional y-o tardío que sobresale sobre todo en La Crisis de las Ciencias Europeas[3]. Sólo nos limitaremos de decir que su noción de mundo de la vida[4] tiene que ver sobre todo con su noción de inter-subjetividad. No es el momento tampoco para ver si la intersubjetividad juega en Husserl el papel que Dios jugaba en Descartes para “recuperar” al mundo externo[5], pero sí diremos que, precisamente, la intersubjetividad permite superar la dualidad sujeto-objeto que se produce precisamente desde el paradigma cartesiano. La intersubjetividad no es un sujeto solipsista ni el objeto independiente del sujeto, sino la relación sujeto-sujeto “en” la cual ambos “están en” y “viven”. La relación intersubjetiva no es un objeto al cual el sujeto tiene que de algún modo llegar, sino la realidad que los dos sujetos han constituído con su relación y en la cual “ya” están. En ese sentido, creo que la noción de mundo de Husserl cambia la perspectiva tradicional del problema gnoseológico desde Descartes en adelante, donde está por un lado el sujeto y por el otro un “objeto” que se identifica con las cosas físicas, donde “mundo” se identifica con “mundo externo” como sinónimo de “mundo físico". Por el contrario, ahora se trata de un mundo esencialmente humano. Ese mundo humano, en tanto intersubjetivo, es aquello que constituye la primaria cotidianeidad de la vida humana (su encuadre cultural) y por eso el término “vida” tampoco es aquí la vida biológica. Tampoco este mundo humano en cuanto intersubjetivo se contrapone con las cosas no humanas, sino que éstas, tanto los artefactos como las naturales, no fruto de la acción humana, son conocidas, y tienen un sentido, desde las relaciones intersubjetivas[6].

  1. Gadamer y la historicidad de los horizontes.
La temporalidad y la historicidad no eran ajenas al mundo intersubjetivo[7], pero hay que reconocer que a Husserl no le es fácil conciliar esa historicidad con el “sentido” de sus primeras obras, colocado como “objetivo”. En Gadamer, en cambio, la historicidad constituye uno de los aspectos más destacados de sus horizontes[8], y él mismo reconoce la influencia de Husserl en la noción de “mundo”[9]. Cabe reconocer una tensión entre el “sentido” del primer Husserl con el dinamismo e historicidad de los horizontes en Gadamer. En nuestro programa de investigación, una fenomenología del mundo de la vida implicaría ir, actitud teorética mediante, al sentido más profundo de cada relación intersubjetiva en cuestión. Ello es compatible no sólo con una analogía del sentido, donde éste se va dando como en “capas” (lo cual es en principio compatible con Ideas I[10]) sino sobre todo con lo que podría ser llamado intersección de horizontes de precomprensión, donde los horizontes se encuentran precisamente en lo más profundo de “lo humano”. El “sentido” de cada realidad intersbjetiva es así análogo: no se reduce a tal o cual situación histórica sino que “está en” todas y cada una de las plurales formas históricas donde ese sentido se puede desplegar. De ese modo la historicidad de la comprensión no abandona la actitud teorética que capta el sentido, que tanto había sido enfatizada por el primer Husserl.


  1. Interpretación como estar en el mundo, mundo como horizonte.
En ese sentido, la interpretación ya no es algo sobreañadido a algo que “no” esté interpretado, sea un texto, una situación histórica, una norma jurídica, una obra de arte, la conducta de una persona, etc. O sea, no hay “hechos” como igual a “objetivo”, e “interpretación” como igual a subjetivo. Toda realidad humana es intersubjetiva y en ese sentido ni subjetiva (sin objeto) ni objetiva (sin sujeto). Y por ello todo ser humano, al “estar en” un mundo, ya interpreta su mundo por “vivir en”. Comprender, como comprender horizontes que son precisamente los mundos de la vida, es ya interpretar. La interpretación es el acto primario y radical de conocimiento, dado por un modo específicamente humano de ser, que es ser en el mundo.
En ese sentido se impone un cambio de lenguaje, y no sólo filosófico, sino en nuestra cotidianeidad. No hay hechos, ni objetos, hay mundo. No hay información, hay conocimiento, y conocimiento es igual a “vivir en”, “comprender”, “interpretar”. Ya no hay sujeto, hay persona. Ya no hay “objetivo”, sino real. En última instancia, ya no hay sujeto y objeto, sino persona y mundo. Y la interpretación es el acto radical de comprensión que hace la persona al estar en el mundo.
La compatibilidad de lo anterior con elementos básicos del pensamiento de Santo Tomás de Aquino, tales como la persona, la analogía en el conocimiento y la analogía del ente, la corporeidad del conocimiento humano y otro temas similares, la hemos tratado extensamente en otra oportunidad[11]. A ella remitimos.


  1. La hermenéutica como la base de los otros “giros” del s. XX.
El “giro hermenéutico”[12], por lo tanto, así analizado, puede ser visto como la base de otros dos importantes giros del s. XX, independientemente de la intentio auctoris de sus autores. En primer lugar, el giro lingüístico, donde, como ya sabemos, el lenguaje deja de ser especular para pasar a ser juegos de lenguaje[13], es un resultado del contexto pragmático del lenguaje como eje central del sentido, y ese contexto, a su vez, es un obvio resultado del lenguaje como concomitante a un horizonte de precomprensión. En segundo lugar, el giro epistemológico también puede ser visto desde esa perspectiva. A. Koyré sostuvo que un cambio de concepción del mundo de tipo filosófico es necesariamente previo a un cambio en la concepción del mundo físico. Aunque desde otras fuentes, Popper continuó esa perspectiva introduciendo la fundamental tesis anti-inductivista de que la conjetura es previa a la observación, y que la base empírica está interpretada necesariamente desde una carga de teoría. Kuhn recogió sobre todo las enseñanzas de Koyré con sus famosos paradigmas, e insistió en el carácter esencialmente subjetivo de toda elección de teoría. En Lakatos la teoría previa es el núcleo central de todo programa de investigación, y Feyerabend escandaliza a los físicos al hablar del proceder contra-inductivo y el ppio. de proliferación de teorías[14]. No en vano al debate que va de Kuhn a Feyerabend se lo llama el “historical turn[15].
Lo que queremos decir es que el abandono del paradigma sujeto-objeto por el de persona-mundo (ser en el mundo), el abandono del paradigma de la “información” por el de conocimiento como igual a interpretación, es un paradigma integrador de la filosofía del lenguaje y de la filosofía de las ciencias.


  1. La hermenéutica como “el tema de nuestro tiempo”.
Pero entonces, la hermenéutica queda, basada en la intersubjetividad, como el mejor fundamento de la “vida” de la cual habla Ortega[16], que se ve también en los últimos capítulos del famoso libro de lecciones de filosofía de García Morente[17]. Ortega intenta superar la dialéctica sujeto-objeto por el “yo y las cosas”, pero en realidad la “circunstancia” de la que hablaba es el mundo de la vida husserliano y los horizontes gadamerianos. O sea que la cuestión no era “el yo y las cosas” sino “el yo y los otros yo”, y de allí a las “cosas no sujetos”. Y si “el tema de nuestro tiempo” es la re-unión entre filosofía y vida, ello se logra precisamente con la actitud teorética sobre el mundo de la vida como fenomenología de mundo de la vida. Y por ello, la hermenéutica, así vista, con base fenomenológica, no sólo no es un paradigma superado, sino que es como esa tercera etapa de la filosofía que preludia Ortega[18]. Si hubo un tiempo donde la filosofía estuvo del lado del objeto, y otro tiempo donde se puso del lado del sujeto, ahora, dice el gran autor español, ha llegado un momento donde la filosofía ha re-descubierto algo que no es objeto ni sujeto, que es la “vida”, también como “tema de nuestro tiempo”: pues bien, ese es el mundo de la vida, que deriva en hermenéutica. Hermenéutica fenomenológica, porque no abandona la actitud teorética sobre la actitud natural, re-uniendo así razón y vida, y hermenéutica integradora de varias piezas de la filosofía del s. XX, como hemos visto con la filosofía del lenguaje y la filosofía de las ciencias naturales, descontando que ello incluye también a la filosofía de las ciencias sociales. La hermenéutica, por lo tanto, así vista, no ha agotado su camino. Apenas si lo ha comenzado.




        * Ponencia presentada en  las  I Jornadas Internacionales de Hermenéutica, en Buenos Aires, Mayo de 2009, auspiciado por la UBA/Conicet. 

[1] Investigaciones lógicas [1900]; Alianza, Madrid, 1982, tomos I y II

[2] Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica [1913];   
    Fondo de Cultura, México, 1986

[3] The Crisis of European Sciences [1934-1937 aprox.]; Northwestern University Press, 1970

[4] Sobre la noción del mundo de la vida en Husserl, una interpretación importante la tenemos en las obras de Leocata, F.: “Idealismo y personalismo en Husserl”, Sapientia, (2000) Vol LV, fasc. 207; “El hombre en Husserl”, Sapientia (1987), y Persona, Lenguaje, Realidad, Educa, Buenos Aires, 2003.
[5] Ver Leocata, “El hombre en Husserl”, op.cit., p. 359.
[6] Ver Husserl, E.: Ideas… Second book [1928 aprox.], Kluwer Academic Publishers, 1989, sup. V.

[7] Ver Experiencia y juicio [1919-20 aprox.]; Universidad Nacional Autónoma de
    México, 1980, p. 48.

[8] Ver sus clásicos Verdad y método, I, y II [1960/1986]; Sígueme, Salamanca, 1991/1992.

[9] Op. cit., p. 311.
[10] Op.cit., p. 217.
[11] En nuestro libro Hacia una hermenéutica realista, Universidad Austral, Buenos Aires, 2005.
[12] Véase Gadamer, H.G.: El giro hermenéutico, Cátedra, Madrid, 1998
[13] Wittgenstein, L.:Investigaciones filosóficas, Crítica, Barcelona, 1988

-          [14] De Koyré, Popper, Kuhn, Lakatos y Feyerabend, ver: Koyré, A.: Estudios de historia del pensamiento científico; Siglo XXI Editores, 1988,  Pensar la ciencia; Piados, 1994,    Del mundo cerrado al universo infinito; Siglo XXI, 1979, Estudios galileanos; Siglo XXI, 1980; Popper, K.: Conjeturas y refutaciones; Paidós, Barcelona, 1983, Conocimiento objetivo; Tecnos,Madrid, 1988,  La lógica de la investigación cientifica,Tecnos, Madrid, 1985, Sociedad abierta; universo abierto; Tecnos, Madrid, 1984, Replies To My Critics; in The Philosophy of Karl Popper, Part II; Edited by P. Arthur Schilpp Lasalle; Illinois, 1974, The Myth of the Framework; Routledge, Londond and New York, 1994; Lakatos, I.: La metodología de los programas de investigación científica; Alianza Ed., Madrid, 1989,  Matemáticas, ciencia y epistemología; Alianza Ed., Madrid, 1987; Kuhn, T.: La estructura de las revoluciones científicas; FCE, 1971, La tensión esencial; FCE, 1996, The Road Since Structure; University of Chicado Press, 2000;  Feyerabend, P.: Tratado contra el método; Tecnos, Madrid, 1981; Adiós a la razón; [versión inglesa]; Tecnos, Madrid, 1992; y Philposophical Papers, vol 1 y 2; Cambridge University Press, 1981.

[15] Ver Bird, A.: “The Historical Turn in the Philosophy of Science”, en The Routhledge Companion to Philosophy of Science, Routledge, 2008.
[16] Ver Ortega y Gasset, J.: ¿Qué es filosofía?, Espasa-Calpe, Madrid, 1973; El tema de nuestro tiempo, Austral, Buenos Aires, 1947; En torno a Galileo, Rev. De Occidente, Madrid, 1976.
[17] Nos referimos a Lecciones preliminares de filosofía, Losada, Buenos Aires, 1943.
[18] En ¿Qué es filosofía?, op.cit., lecciones VIII, IX, X y XI.

domingo, 16 de junio de 2013

TIENEN RAZÓN: EL A PRIORI DE MISES ES UNA ESTUPIDEZ


Señores epistemólogos empiristas, tenían razón. La pretensión de Mises de fundamentar a la economía en una teoría a priori de la experiencia empírica es una barbaridad.

Me convencí de ello leyendo un texto de Física I, que seguramente ha influido en el disparate misiano. El texto enuncia el Principio de inercia y a continuación lo explica de este modo:


“….Sin embargo, un análisis más profundo de los hechos nos permite comprender que las experiencias que parecen contradecirlo, no cumplen estrictamente la condición que impone el final del enunciado. Es decir: todo cuerpo se conserva en reposo o continúa moviéndose con movimiento rectilíneo y uniforme si no actúa ninguna fuerza sobre él, y es precisamente ésta la condición de difícil realización experimental.
Imaginemos una esfera lanzada a rodar sobre un plano horizontal. Aparentemente no actúan fuerzas sobre ella o por lo menos las que actúan parecen estar en equilibrio: el peso por una parte y la reacción del plano, igual y de sentido contrario, por la otra. Sin embargo, otras experiencias nos dicen que, en este caso, actúa además una fuerza que se opone al movimiento, debida al “rozamiento” de la esfera contra el plano. Este no es nulo aunque la esfera ruede sin deslizarse ya que si no tuviera “rozamiento” (adherencia entre la esfera y el plano) tampoco aquélla podría rodar. Y sucede lo que ya imaginamos: el movimiento es rectilíneo pero no uniforme, y después de recorrer un cierto espacio la esfera se detiene. Repitamos la experiencia puliendo cada vez mejor las superficies en contacto (las de la esfera y el plano) y observaremos que, a igualdad de velocidad inicial, va aumentando el alcance, es decir, nos acercamos más al movimiento uniforme.
Deducimos así que mejorando indefinidamente las condiciones experimentales, cuando pueda considerarse nulo el rozamiento, la esfera continuará moviéndose, y ya no rodando sino trasladándose con velocidad constante y en línea recta.
Recíprocamente diremos: cuando un cuerpo se traslada con movimiento rectilíneo y uniforme, todas las fuerzas que actúan sobre él están en equilibrio. Es decir, si un vehículo, por la acción de su motor, se mueve en línea recta y con velocidad constante, podemos afirmar que, en esas condiciones, la fuerza motriz equilibra exactamente a las causas que se oponen al movimiento (resistencia del aire, rozamientos, etc.).

Las condiciones ideales de ausencia total de fuerza no son experimentalmente realizables”.




Analicemos este disparate. Así que hay experiencias que “parecen” contradecielo pero, claro, ¡se salvan con el famoso ceteris paribus!!! O sea, el ppio. es verdadero “si no actúa ninguna fuerza sobre él”. Claro, ¿y cómo sabemos empíricamente si está actuando o no una fuerza sobre él? Qué truco impresionante, se construye cualquier teoría o enunciado y se lo protege con la famosa formalidad de las “condiciones ideales”. Claro, entonces cualquier cosa es verdadera!!!!! Desde la competencia perfecta de Friedman hasta la teoría del proceso de mercado de Mises. Y de igual modo que en la inercia, la realidad no importa!!! Esto es un horror. ¡La Física miente!!! Tiene razón Nancy Cartwright!!!! Y este método a priori ha sido copiado por la economía y sobre todo por Mises. Así estamos.

Lo peor viene después. Se hace un experimento mental (los experimentos reales brillan por su ausencia) donde, claro, ante la evidencia empírica de que todo cuerpo NO sigue rodando indefinidamente, se pre-supone un principio a priori sacado de quién sabe dónde. Claro, si NO actuara el rozamiento, entonces……….. Que es como decir, todo cuerpo tiende indefinidamente hacia arriba si no fuera porque hay reales causas que lo impulsan hacia abajo!!!!!! ¿Pero qué modo de razonar es ese????

“Deducimos entonces que….”, sigue el texto. ¿Cómo que deducimos? ¿Qué es esto, una simple cuestión de lógica? ¿Dónde han quedado los hechos y su observación? ¿Dónde ha quedado la enseñanza de lo empírico, de los hechos objetivos, la base de la ciencia?

Y a confesión de parte, relevo de prueba: “…Las condiciones ideales de ausencia total de fuerza no son experimentalmente realizables”. ¡Ah claro!!!! ¿Y entonces? ¿Dónde está el testeo empírico? Y si NO está, ¿cuál es la diferencia con la ciencia ficción o como mucho la buena literatura?


Este modo de pensar, este desprecio por el testeo empírico como lo primero conocido, como el primer dato objetivo, independiente de subjetividades humanas, es lo que seguramente, desde la Física, ha influido en la epistemología de Mises. Delenda est la Física actual y todas sus perversas derivaciones en ciencias sociales.



domingo, 9 de junio de 2013

ANÁLISIS PSICOLÓGICO DE EL SECRETO DE SUS OJOS



Que la historia personal forma parte del propio presente es indudable. Pero hay modos diversos de asumirla.
Que ese pasado a veces no nos gusta, también es indudable. Por eso hay modos de asumirlo.

En este sentido cabe recordar a Freud, quien en Duelo y melancolía caracteriza a esta última como una forma de no sustitución del objeto perdido. Por diversas razones –sobre todo, ambivalencias afectivas que producen inconscientes deseos culpógenos de autodestrucción- nos quedamos aferrados al dolor del objeto perdido y entramos en melancolía, lo que hoy muchos llaman depresión.

Ese aferramiento al objeto perdido puede ser precisamente ese pasado en el cual hemos tomado una opción que abrió un universo ante cuya realidad aún nos resistimos. Mañana, por ejemplo, tenemos dos opciones. Las dos son universos posibles. Tomada una opción, una se convierte en un “futurible”, esto es, en el mundo paralelo (cuasi-imposible) de “qué hubiera sucedido si no hubiera sucedido lo que pasó”, y la otra es nuestra nueva situación presente.

El aferramiento al futurible, al mundo posible perdido, al universo paralelo ya imposible, ese “no duelar” el pasado, produce una melancolía permanente, un no vivir el mundo real, el mundo posible que se hizo nuestro mundo, y vivirlo con angustia, arrastrando la carga de ese pasado anhelado y nunca asumido.

La salida a esa situación es una terapia filosófica/psicológica donde ese pasado culpógeno, angustiante, que ha inundado a nuestro presenta al punto de convertirlo en nada, sea un pasado redentor. Para ello es necesario:

 Perdonarse a sí mismo. Comprender el conjunto de circunstancias que nos llevaron a tomar una decisión, asumir los propios límites, tomar la mayor cantidad y calidad posible de conciencia de todo ello. Ello puede implicar un descenso a las profundidades de nosotros mismos que muchas veces es un gran esfuerzo; es necesario para ello un buen proceso de transferencia.
-     Realizada esa comprensión de nosotros mismos, que implica siempre un mayor auto-conocimiento, convertirla entonces en una oportunidad para el aprendizaje sobre nosotros mismos y sobre la naturaleza humana. O sea, convertirla en un viaje hacia una mayor madurez personal, donde el pasado es visto entonces como un don para una vida presente más sabia con notros mismos y con los demás. Es por ende un pasado que deja de ser culpógeno/enfermante para convertirse en un pasado redentor que reconduce el presente.

Mi diagnóstico es que los personajes de El secreto de sus ojos han quedado atrapados en un pasado enfermante. Benjamín es quien tiene tal vez mayor capital simbólico al decirlo: “…cómo se hace para vivir una vida llena…. De nada”, o sea, el presente que le quedó después de su anclaje en su pasado. “Cómo se hace para vivir una vida vacía”, o sea, inundada por la melancolía que le impidió tener una vida, desde el 74 en adelante, que hubiera podido superar los terribles episodios vividos.





Irene está más aferrada a su negación. “El pasado no es mi jurisdicción”. Pero ese pasado irrumpe en una mirada donde la tristeza es profunda como el océano y finalmente emerge en un suavísimo reproche: “…y si fue así, ¿por qué no me llevaste con vos?”.




Morales, obviamente, es quien más hubiera debido recibir una urgente terapia por stress post traumático. Pero no, como muchos de nosotros, en medidas diferentes, no la recibió, y es quien casi deriva en una psicopatía donde toda su vida se convierte en una venganza terrible, una auto-cadena perpetua tan perpetua como la que infringe a su otrora victimario convertido ahora en la víctima de la más terrible tortura perpetua.





Irene y Benjamín incurren en la típica omnipotencia de todos nosotros, los neuróticos –quien niegue que sea un neurótico, que lo des-cubra- de no aceptar los límites de su existencia. Intentan un viaje en el tiempo, intentan lo imposible, precisamente porque definitivamente no han podido superar el pasado (o sea, no negarlo, sino curarlo). Deciden finalmente volver al pasado. Pero ello es imposible. No pueden volver al 74. Si lo intentan, volverán a un 99 lleno de otros conflictos que ni imaginan. Su única salida es aceptar, curar, redimir su pasado, y convertirlo en enseñanza, esto es, abandonar su omnipotencia y aceptar los límites que sus vidas han tenido.

Pero no. Cuidado, espectadores, porque casi todos, proyectando tal vez nuestras secretas frustraciones, hemos idealizado ese final.







domingo, 2 de junio de 2013

Reflexiones sobre mi NO originalidad (dedicado a todos los que odian a Mises – Hayek – Husserl – Gadamer – Feyerabend – Popper – Kuhn – etc etc etc……………..)



Una de los aspectos más curiosos de mi vida académica es cierto tipo de elogios que recibo: son muy interesantes. En general recibo críticas, si, a veces muy duras, otras veces elogios muy cálidos, y hay que tener cuidado: ambos casos despiertan sentimientos de los cuales hay que estar cubierto y no siempre lo estoy.

Pero, como decía, hay cierto tipo de elogios que siempre me han llamado la atención. Yo en general trabajo con autores. Les veo su eje central, su núcleo central, y luego les doy una interpretación adicional donde muestro su no contradicción con Santo Tomás de Aquino, o muestro que sus inconsistencias son aparentes, etc. Entonces viene una respuesta típica, sea cual fuere el autor: no, Zanotti, ese NO es… (el que fuere: Mises, Husserl, Alien el 8vo. pasajero, etc.). No, ese NO es fulanito: ese sos vos (hasta me ha pasado con heideggerianos cuando les explico Santo Tomás). Sos VOS el que piensa así, ¿por qué no lo decís directamente y no se lo hacés decir a otro que te trae innumerables problemas? ¿Por qué no defendés tu propia originalidad, por qué te “atás” a ese, en el fondo, reverendo tarado?

O sea: los que me elogian de ese modo tan curioso, tentando, obviamente, a mi vanidad, en realidad ODIAN a mis “protegidos”. Están convencidos for ever and ever de que (ejemplos) Mises es un irremediable escéptico neokantiano, que su praxeología es mero materialismo; que el orden espontáneo de Hayek es una total contradicción e imposibilidad, que Husserl es un idealista irredimible, que Gadamer es un heideggeriano relativista, que Feyerabend fue un mal bicho irrespetuoso, que Popper es un relativista total, que Kuhn es un escéptico post-moderno, etc., etc., o –finalmente- que Santo Tomás no fue más que un inteligente aristotélico que ya no puede decir nada al mundo actual.

Cuando les demuestro, con todas las distinciones necesarias, con todo el trabajo hermenéutico necesario, que NO es así, cuando les muestro que, en el fondo, están leyendo mal, me dicen: no, esa es TU lectura. Eso es “tuyo” (¡gracias!!!), NO del autor.

Pero, ¿acaso soy yo tan original? ¿Soy YO el inventor de la praxeología de Mises, del orden espontáneo de Hayek, del mundo de la vida de Husserl, de los horizontes de Gadamer, de los paradigmas de Kuhn, de las conjeturas de Popper, del proceder contra-inductivo de Feyerabend, de los juegos del lenguaje de Wittgenstein? Porque ESOS son los EJES CENTRALES que YO defiendo, y NO son una proyección de categorías zanottianas sobre unos pobres imbéciles: son mi humilde identificación del núcleo central de GRANDES GENIOS y mi consiguiente demostración de que eos núcleos centrales son en última instancia VERDADEROS, aunque con los límites epocales y filosóficos del autor.


Por ende, enemigos for ever and ever de esos autores, gracias por defender mi originalidad, pero lamento desilusionarlos. Soy nada más que un comentarista, que identifica, en todos esos autores, perlas preciosas que ustedes no ven. Mi trabajo hermenéutico es descender a las profundidades del océano, identificar a los titanics hundidos en un océano profundo de incomprensiones y volverlos a la luz del sol, sin deformarlos, pero mostrando lo que realmente eran y son. No soy más que un buceador que nada (y cuando yo nado, no nadeo J) en infinitos océanos buscando luces olvidadas. Yo simplemente he construido un mundo donde cada una puede volver a brillar, de vuelta, en su lugar.