domingo, 19 de diciembre de 2010

SOBRE EL DISCURSO DE BENEDICTO XVI EN EL PARLAMENTO BRITÁNICO (Primera parte).

(Publicado en Instituto Acton, en http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti77.pdf)



Dice Winston Churchill, en el prefacio a su Historia de Inglaterra (1): “…A diferencia del resto de Europa occidental, que retiene aún la impronta y tradición del derecho y sistema del gobierno romanos, los pueblos de habla inglesa ya han formado, al terminar el período a que se refiere este volumen, un cuerpo de principios legales y casi diríamos democráticos que sobrevivieron al surgimiento y acometidas de los imperios francés y español. El Parlamento, el juicio por jurados, el gobierno local por ciudadanos locales y hasta los comienzos de una prensa libre se divisan ya, siquiera en forma primitiva, en los tiempos en que Cristóbal Colón se hace a la vela rumo al continente americano”.

En ese sentido, cabe destacar de vuelta que el liberalismo político, que muchos siguen ubicando en la Revolución Francesa y en un supuesto espíritu protestante contra el catolicismo (esto, repetido hasta el agotamiento por católicos que prácticamente se definen por su anti-liberalismo y siguen ubicados mentalmente en los tiempos de la Quanta cura) es en realidad un sedimento institucional evolutivo, de origen esencialmente británico, previo a la Reforma y a la Revolución Francesa, que alimentó el espíritu de las 13 colonias norteamericanas antes de su unificación en 1787.

Benedicto XVI nunca ignoró esto. Su comprensión sobre las instituciones anglosajonas se evidenció como pontífice sobre todo en su visita a los EEUU y lo comentamos en su momento (2); véase también de Diego Serrano Redonet, Tocqueville, Benedicto XVI y los EEUU (3).

No resulta extraño entonces que el 17 de Septiembre, en el histórico Westminster Hall del palacio del Parlamento Británico (4), el papa dijera resueltamente estas palabras: “…Permítanme expresar igualmente mi estima por el Parlamento, presente en este lugar desde hace siglos y que ha tenido una profunda influencia en el desarrollo de los gobiernos democráticos entre las naciones, especialmente en la Commonwealth y en el mundo de habla inglesa en general. Vuestra tradición jurídica —“common law”— sirve de base a los sistemas legales de muchos lugares del mundo, y vuestra visión particular de los respectivos derechos y deberes del Estado y de las personas, así como de la separación de poderes, siguen inspirando a muchos en todo el mundo”. Y más adelante: “…Gran Bretaña se ha configurado como una democracia pluralista que valora enormemente la libertad de expresión, la libertad de afiliación política y el respeto por el papel de la ley, con un profundo sentido de los derechos y deberes individuales, y de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Si bien con otro lenguaje, la Doctrina Social de la Iglesia tiene mucho en común con dicha perspectiva, en su preocupación primordial por la protección de la dignidad única de toda persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, y en su énfasis en los deberes de la autoridad civil para la promoción del bien común”.

Desde luego, las palabras del Pontífice no sacralizan ninguna evolución institucional concreta, pero sí permiten discernir una vez más el tema del liberalismo político, esencial a los fines del Instituto Acton. Los católicos que siguen afirmando la incompatibilidad entre toda forma de liberalismo y el catolicismo, una vez hechas todas las aclaraciones terminológicas posibles, nos acusan de hablar de un liberalismo in abstracto, que no existió nunca, porque no sólo identifican totalmente al liberalismo con la tradición roussoniana continental, sino que además identifican a las tradiciones inglesas con el anglicanismo, con el colonialismo, etc., cuando hemos visto que el conjunto de sus instituciones parlamentarias, que evolucionan hacia lo concreto del liberalismo político en la historia, son anteriores y esencialmente diferentes a la Reforma y al Iluminismo. Esto fue aclarado una y otra vez por Hayek, en sus estudios sobre la historia del liberalismo político, con su distinción entre la línea anglosajona y continental sobre la división de poderes y las libertades individuales.

Por supuesto, todo esto es para las nuevas generaciones. Para la Argentina, donde muchos católicos siguen identificando catolicismo con “nacionalismo católico”, identificado a su vez con la primera etapa del gobierno peronista, con Mussolini, Franco y el antisemitismo, todo esto es inútil, no pretendemos que nos escuchen, y año tras año seguirán organizando cursos sobre “El liberalismo es pecado”, con importantes apoyos de algunos grupos eclesiales, mientras murmuran por lo bajo contra la rehabilitación de Rosmini, la beatificación de Newmann y todo el Vaticano II. El Papa, gracias a Dios, tiene otras cosas in mente: el rescate de una razón en común donde todas las culturas puedan entenderse y donde el catolicismo tenga carta de ciudadanía en la razón pública universal. A ese tema dedicaremos la segunda parte de este artículo.
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Notas:
1) Churchill, W. S.; Historia de Inglaterra y de los pueblos de habla inglesa; Peuser, Buenos Aires, 1958, tomo I, p. 23.
2) http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti36.doc
3) http://www.institutoacton.com.ar/articulos/dserranoredonet/artserrano2.pdf
4) En L´Osservatore Romano, nro. 39, del 26-9-2010, p. 3, en Internet en http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2010/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20100917_societa-civile_sp.html

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A Benedicto no lo quieren . Llega demasiado grande al poder y es un intelectual puro , no un político . Es antipático , aburrido y tradicionalista . No dice lo que quiere oir la gente y carga con dignidad la cruz por los escándalos con menores que tapó Juan Pablo , aunque él ya tenía en ese tiempo su propia responsabilidad . Su ideología tiende al liberalismo de corte anglosajón . Entonces se gana el desprecio de la izquierda , que considera a la Revolución Francesa como la gran bisagra histórica en la búsqueda de la igualdad ( con anticlericalismo incluido ) y también el desprecio de los nacionalismos ( que por ser alemán conoce muy bien ) .
Pero pensar es discernir , separar los tantos , no sumar peras y manzanas . Aquel que diga la verdad , sólo la verdad y nada más que la verdad , nunca será simpático . La clave en este tema es recordar el párrafo de Churchill : el liberalismo existía antes de la Revolución Francesa . Como se recuerda aquí con frecuencia , la interpretación actual de la historia está hace muchos años bajo la lupa marxista . Ganaron los medios de comunicación , desde los que pueden insistir a discreción con temas que antes sólo se reservaban al ámbito académico . Así que para las nuevas generaciones hay que recordar simplemente que hay otra historia . Lo que nunca se debe decir es que es la verdadera historia ( quien quiera oir que oiga ) , como la canción .
Aquel que pueda discernir que elija la interpretación que más lo convenza . Abrazo . M.S

Anónimo dijo...

la historia a la que se refiere MS es la del joven actual Papa en las filas de la juventud hitleriana?

Anónimo dijo...

El otro día le decía jocosamente a Gabriel que la gente se pone a discutir conmigo en lugar de opinar del tema en cuestión . Yo no tengo problema en contestar , pero es bastante cómodo entrar en un blog , tirar un petardito e irse para ver luego el efecto , en lugar de exponer una opinión fundada sobre lo que dice el autor .
El papa efectivamente perteneció a las juventudes hitlerianas como gran parte de la juventud de su época . Eso no significa absolutamente NADA . El nazismo fue un asunto que involucró a TODA la población alemana e influenció para bien o mal en el pensamiento de todos los intelectuales de esa época . Pero repito , sería mejor que opine primero sobre lo que dijo Zanotti . M.S

Gabriel Zanotti dijo...

Realmente gracias Marcelo por puntualizar el asunto. Además señalar a Ratzinger como de las juventudes hitleristas es una buena muestra de ensañamiento ideológico y falta total de comprensión histórica y personal. El papa actual en 1945 tenía 15 años. O sea que si el régimen lo obligó a alistarse, fue entre sus 12 y sus 17. La verdad quisiera ver a nuestro anónimo comentarista en la Alemania nazi, a sus 13, 15, etc., haciendo un piquete kirchnerista contra Hitler. En fin. Yo a las 18 hice el servicio militar, fue en 1978. Seguramente dentro de algunas décadas algún kirchnerista me acusará de haber formado parte de las "juventudes videlistas"............. Sin comentarios. Pocas veces intervengo en los debates y pocas veces en estos términos, pero es hora de señalar a los que están llenos de odio e idología barata contra Benedicto XVI que dejen de mostrarse como obsesivos, intolerantes, incapaces absolutos de comprensión histórica y llenos de falacias e ignorancia.

Carlos A. Stella dijo...

De acuerdo con MS.
Es mucha la gente que desde el ANONIMATO tira un petardo y se va. Lo menos que podrían hacer es contribuir con algún argumento sobre la base del texto del blog.
Parecería que tirar petardos es una forma de distraer la atención en lugar de mejorar el debate.

rojobilbao dijo...

Rosmini no tiene lugar para tantos que no entienden de qué hablaba San Pío X,cuando defendía a la Iglesia de algo que llamándose liberalismo no era sino endiosamiento del ser humano y del Estado no confesional.

Creo que Benedicto XVI pasará a la historia como un Papa clave, es el inicio de un claro cambio, un viraje de la Iglesia que retorna a lo espiritual, hacia lo verdadero guste a quien guste y pese a quien pese, poniendo el acento en la razón.¡Cuantos intelectuales (de los de verdad) siendo ateos le respetan por su integridad y su sabiduría!