domingo, 26 de diciembre de 2010

SOBRE EL DISCURSO DE BENEDICTO XVI EN EL PARLAMENTO BRITÁNICO (Segunda parte)

(Publicado en www.institutoacton.com.ar, Diciembre de 2010).

Habíamos reseñado la vez pasada el elogio de Benedicto XVI a las instituciones políticas y jurídicas británicas, analizando su contexto histórico y su importancia en la Doctrina Social de la Iglesia, sobre todo después del clásico enfrentamiento con el liberalismo roussoniano de origen continental.

El tema que analizamos hoy es más actual, y tiene que ver con el discurso (escrito, no pronunciado) a La Sapienza, el 17 de Enero de 2008. Allí Benedicto XVI se refirió al papel de la Fe en la vida pública. Totalmente consciente a los debates actuales sobre ese tema, sobre todo los provenientes de Rawls y Habermas, el Papa elaboró entonces una nueva noción de razón pública desde el cristianismo, que analizamos y comentamos en su momento (1). En esta ocasión, el Papa sigue por el mismo camino. Sin vueltas, formula una pregunta clave: “¿Dónde se encuentra la fundamentación ética de las deliberaciones políticas?” Y contesta: “…La tradición católica mantiene que las normas objetivas para una acción justa de gobierno son accesibles a la razón, prescindiendo del contenido de la revelación. En este sentido, el papel de la religión en el debate político no es tanto proporcionar dichas normas, como si no pudieran conocerlas los no creyentes”. Esto es: primero afirma que la razón humana puede conocer la justicia en la vida política, sea razón creyente o no creyente, pero sabe que la tradición católica, a través de la armonía razón fe (clave de todo su pontificado (2)) ha facilitado, después del pecado original, el conocimiento de la ley natural, tradición de pensamiento que se encuentra en un nivel meta-físico que para el mundo de hoy es muy difícil de comprender. Por eso afirma con mucha sutileza: el papel de la religión en al vida pública no es proporcionar dichas normas como si fueran en sí inaccesibles de la razón de los no creyentes. Menos aún –y en esto hemos insistido todo el tiempo desde el Instituto Acton, descartando clericalismos de izquierda y derecha- “…proponer soluciones políticas concretas, algo que está totalmente fuera de la competencia de la religión”. ¿Entonces? “Su papel consiste –continúa- más bien en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos”. Esto es, combinando esta noción con lo afirmado el 17-1-2008, la Fe proporciona una “sensibilidad intelectual” para temas que son relevantes para la vida social, especialmente aquellas cuestiones que tocan al derecho natural “primario”. El creyente puede intervenir en la razón pública sin ocultar su condición de creyente, sino dando razones, desde esa condición, que puedan ser compartidas por el no creyente. En ese sentido la Fe cumple un doble papel corrector: protege a la razón de combatir a la religión como una enemiga en el ámbito social (laicismo) a la vez que protege a la religión de convertirse en fundamentalismo intolerante (y esa protección es la sana laicidad). En palabras de Benedicto XVI, “…Este papel “corrector” de la religión respecto a la razón no siempre ha sido bienvenido, en parte debido a expresiones deformadas de la religión, tales como el sectarismo y el fundamentalismo, que pueden ser percibidas como generadoras de serios problemas sociales. Y a su vez, dichas distorsiones de la religión surgen cuando se presta una atención insuficiente al papel purificador y vertebrador de la razón respecto a la religión. Se trata de un proceso en doble sentido. Sin la ayuda correctora de la religión, la razón puede ser también presa de distorsiones, como cuando es manipulada por las ideologías o se aplica de forma parcial en detrimento de la consideración plena de la dignidad de la persona humana. Después de todo, dicho abuso de la razón fue lo que provocó la trata de esclavos en primer lugar y otros muchos males sociales, en particular la difusión de las ideologías totalitarias del siglo XX. Por eso deseo indicar que el mundo de la razón y el mundo de la fe —el mundo de la racionalidad secular y el mundo de las creencias religiosas— necesitan uno de otro y no deberían tener miedo de entablar un diálogo profundo y continuo, por el bien de nuestra civilización”. Particularmente interesante es este párrafo: “…Después de todo, dicho abuso de la razón fue lo que provocó la trata de esclavos en primer lugar y otros muchos males sociales, en particular la difusión de las ideologías totalitarias del siglo XX”, cuando Hayek mismo denunció toda su vida el “abuso de la razón” (3) como causante de las ideologías totalitarias que fueron la principal fuente de abandono de los sanos ideales de la tradición liberal clásica, en la cual se encuentra esa sana laicidad de la cual habla Benedicto XVI. Entre esas ideologías se encuentran también los autoritarismos integristas de derecha de origen católico, que han intentado siempre derivar directamente una dictadura corporativista del depositum fidei, acusando de herejía a los católicos que no concordaban con su peculiar sentido de la “tradición”. Y también se encuentran los autoritarismos de izquierda de algunas teologías de la liberación, que absorbieron los socialismos marxistas, igualmente, como identificados con el catolicismo, denunciando como “iglesia institución” a todo lo que se les oponía, y que hoy subsiste de manera light en todos los católicos que identifican sus ideologías de izquierda con el pensamiento mismo de la Iglesia.

Pero la conclusión más importante, derivada de este Pontífice que conoce a Rawls y Habermas, es: el creyente puede entrar en la razón pública y en una democracia deliberativa, sin problemas. No de modo fundamentalista o clerical, sino recordando, desde su propia sensibilidad cristiana –en diálogo con otras religiones- cuestiones de ética social que los creyentes puedan compartir. Claro, para ello deberá tratar de hacer un esfuerzo comunicativo. No se trata de “combatir” a un no creyente supuestamente ubicado en una “cultura de la muerte” con un discurso sobre la ley natural que no entiende quien lo escucha y a veces tampoco quien lo repite de memoria. Se trata de encontrar un camino de diálogo con personas de buena voluntad, que piensen diferente en cuestiones fundamentales pero preocupadas por la vida igual que nosotros. El Catolicismo se encuentra hoy atacado por ideologías cerradas al diálogo, pero ello no implica que haya personas no ideologizadas que detrás de ciertas posiciones defienden valores, tales como la igualdad, la no discriminación, la libertad de opción, que son valores en sí mismos cristianos aunque deformados por creencias que más que ideologías son horizontes de pre-comprensión en los cuales hoy nacen y viven todos, católicos inclusive. Nuestro papel es estar muy bien formados, muy tranquilos y muy dispuestos a intervenir con argumentos inteligentes en la vida pública, pensando precisamente en que habitamos un mundo donde ha dejado de ser evidente lo que siglos atrás sí lo era, pero también al revés, y de manera muy positiva. Comprendemos al creyente tan escandalizado que renuncia a la vida pública y vive en nuevas catacumbas. Pero la Fe, y especialmente la Fe Católica, “es en el mundo”, incluso para los “no laicos”, porque Jesucristo ha venido a salvar al mundo y no a condenarlo. No ha fundado un rito iniciático esotérico, sino una vida exotérica de anuncio y predicación. Para esa vida del cristiano, para esa vida que es “ir y bautizar”, para esa vida que es “ser y predicar” está hablando Benedicto XVI.

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(1) Ver http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti34.doc y http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti33.doc
(2) Ver http://www.institutoacton.com.ar/editoriales/editorial16.doc
(3) Ver Hayek, F. A. von: The Counter-Revolution of Science, Liberty Press, 1952.

viernes, 24 de diciembre de 2010

domingo, 19 de diciembre de 2010

SOBRE EL DISCURSO DE BENEDICTO XVI EN EL PARLAMENTO BRITÁNICO (Primera parte).

(Publicado en Instituto Acton, en http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti77.pdf)



Dice Winston Churchill, en el prefacio a su Historia de Inglaterra (1): “…A diferencia del resto de Europa occidental, que retiene aún la impronta y tradición del derecho y sistema del gobierno romanos, los pueblos de habla inglesa ya han formado, al terminar el período a que se refiere este volumen, un cuerpo de principios legales y casi diríamos democráticos que sobrevivieron al surgimiento y acometidas de los imperios francés y español. El Parlamento, el juicio por jurados, el gobierno local por ciudadanos locales y hasta los comienzos de una prensa libre se divisan ya, siquiera en forma primitiva, en los tiempos en que Cristóbal Colón se hace a la vela rumo al continente americano”.

En ese sentido, cabe destacar de vuelta que el liberalismo político, que muchos siguen ubicando en la Revolución Francesa y en un supuesto espíritu protestante contra el catolicismo (esto, repetido hasta el agotamiento por católicos que prácticamente se definen por su anti-liberalismo y siguen ubicados mentalmente en los tiempos de la Quanta cura) es en realidad un sedimento institucional evolutivo, de origen esencialmente británico, previo a la Reforma y a la Revolución Francesa, que alimentó el espíritu de las 13 colonias norteamericanas antes de su unificación en 1787.

Benedicto XVI nunca ignoró esto. Su comprensión sobre las instituciones anglosajonas se evidenció como pontífice sobre todo en su visita a los EEUU y lo comentamos en su momento (2); véase también de Diego Serrano Redonet, Tocqueville, Benedicto XVI y los EEUU (3).

No resulta extraño entonces que el 17 de Septiembre, en el histórico Westminster Hall del palacio del Parlamento Británico (4), el papa dijera resueltamente estas palabras: “…Permítanme expresar igualmente mi estima por el Parlamento, presente en este lugar desde hace siglos y que ha tenido una profunda influencia en el desarrollo de los gobiernos democráticos entre las naciones, especialmente en la Commonwealth y en el mundo de habla inglesa en general. Vuestra tradición jurídica —“common law”— sirve de base a los sistemas legales de muchos lugares del mundo, y vuestra visión particular de los respectivos derechos y deberes del Estado y de las personas, así como de la separación de poderes, siguen inspirando a muchos en todo el mundo”. Y más adelante: “…Gran Bretaña se ha configurado como una democracia pluralista que valora enormemente la libertad de expresión, la libertad de afiliación política y el respeto por el papel de la ley, con un profundo sentido de los derechos y deberes individuales, y de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Si bien con otro lenguaje, la Doctrina Social de la Iglesia tiene mucho en común con dicha perspectiva, en su preocupación primordial por la protección de la dignidad única de toda persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, y en su énfasis en los deberes de la autoridad civil para la promoción del bien común”.

Desde luego, las palabras del Pontífice no sacralizan ninguna evolución institucional concreta, pero sí permiten discernir una vez más el tema del liberalismo político, esencial a los fines del Instituto Acton. Los católicos que siguen afirmando la incompatibilidad entre toda forma de liberalismo y el catolicismo, una vez hechas todas las aclaraciones terminológicas posibles, nos acusan de hablar de un liberalismo in abstracto, que no existió nunca, porque no sólo identifican totalmente al liberalismo con la tradición roussoniana continental, sino que además identifican a las tradiciones inglesas con el anglicanismo, con el colonialismo, etc., cuando hemos visto que el conjunto de sus instituciones parlamentarias, que evolucionan hacia lo concreto del liberalismo político en la historia, son anteriores y esencialmente diferentes a la Reforma y al Iluminismo. Esto fue aclarado una y otra vez por Hayek, en sus estudios sobre la historia del liberalismo político, con su distinción entre la línea anglosajona y continental sobre la división de poderes y las libertades individuales.

Por supuesto, todo esto es para las nuevas generaciones. Para la Argentina, donde muchos católicos siguen identificando catolicismo con “nacionalismo católico”, identificado a su vez con la primera etapa del gobierno peronista, con Mussolini, Franco y el antisemitismo, todo esto es inútil, no pretendemos que nos escuchen, y año tras año seguirán organizando cursos sobre “El liberalismo es pecado”, con importantes apoyos de algunos grupos eclesiales, mientras murmuran por lo bajo contra la rehabilitación de Rosmini, la beatificación de Newmann y todo el Vaticano II. El Papa, gracias a Dios, tiene otras cosas in mente: el rescate de una razón en común donde todas las culturas puedan entenderse y donde el catolicismo tenga carta de ciudadanía en la razón pública universal. A ese tema dedicaremos la segunda parte de este artículo.
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Notas:
1) Churchill, W. S.; Historia de Inglaterra y de los pueblos de habla inglesa; Peuser, Buenos Aires, 1958, tomo I, p. 23.
2) http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti36.doc
3) http://www.institutoacton.com.ar/articulos/dserranoredonet/artserrano2.pdf
4) En L´Osservatore Romano, nro. 39, del 26-9-2010, p. 3, en Internet en http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2010/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20100917_societa-civile_sp.html

domingo, 12 de diciembre de 2010

INMIGRACIÓN, LIBRE MERCADO Y CARIDAD

Hace poco (el 21 de Noviembre) participé en España en el XII Congreso de Católicos y Vida Pública, de la Universidad de San Pablo, Madrid. Mi ponencia fue “La caridad social”. En una parte de mi ponencia dije lo siguiente. He subrayado especialmente algunas frases.

“….la crisis internacional del 2008 ha implicado en los EEUU una casi estatización masiva del mercado de capitales, cuando es la propia Reserva Federal la que causó y causa las crisis (1), y han recrudecido en Latinoamérica, antes y después de la crisis, los llamados socialismos del s. XXI. Ante estas circunstancias, no sólo basta recordar la necesidad de las inversiones para la disminución de la pobreza, sino también las condiciones de libertad de entrada al mercado, sobre todo en un mundo supuestamente globalizado pero sin embargo cerrado. Hablamos de solidaridad internacional focalizando nuestra atención en organismos tales como Fondo Monetario y Banco Mundial, pero dichos organismos, al trabajar directamente con los gobiernos, son parte del problema. La cuestión es la libre entrada de personas y de capitales. Ello sí se corresponde coherentemente –aunque no decimos sea la única solución- con la sensibilidad cristiana al emigrante, al refugiado, a los terribles sufrimientos de millones y millones de personas que huyen desplazados por espantosas guerras, genocidios y condiciones infrahumanas de vida. La atención de esas personas, ¿no tiene que ver con la caridad social? Entonces hagamos propuestas posibles y realistas. No parece realista que proclamemos nuestra caridad para con el inmigrante y al mismo tiempo cerremos nuestras fronteras. Pero la libre entrada y salida de capitales y de personas no es una autoinmolación de la propia región. El libre comercio internacional no es un juego de suma cero o negativo, es un sistema donde cada persona, aportando libremente su trabajo al mercado, en igualdad ante la ley y sin los privilegios del estado asistencial, aumenta el nivel de vida de todos, porque toda acción en el mercado, en esas condiciones, es una inversión. Vengo de un país que es prácticamente un desierto de aproximadamente unos 3.700.000 km cuadrados. ¿No sería un acto de verdadera caridad que millones de seres sufrientes encuentren refugio en esa tierra? Pero no, permanece cerrada incluso para sus propios habitantes, porque la opinión pública de gobernantes y gobernados cree que la economía es como una torta fija de recursos que si aumenta para uno disminuye para otro. Pero ello no es así en un mercado abierto a la creatividad de las inversiones en igualdad ante la ley. Por ende, una magnífica oportunidad de conjugar la caridad con la escasez, el don con el mercado, sería decir: vengan, esta es su tierra con sólo pisarla y trabajar, sin privilegios, sin subsidios, en igualdad de condiciones con los demás. ¿No resuena en nuestros oídos que “…no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (2)? Pues bien, ¿no sería una traslación, aunque opinable, de ese espíritu a nuestro orden social, abrir las fronteras en un libre mercado? Hago estas preguntas porque si hablamos de caridad, y la queremos aplicar al orden social, los laicos debemos ser críticos de las estructuras existentes y valientes en nuestras propuestas concretas, aunque conscientes, por supuesto, que nada de lo que propongamos se deriva directamente del depositum fidei. Pero sí de nuestra sensibilidad cristiana. Millones y millones de seres humanos luchan por sobrevivir en condiciones infrahumanas en regiones destruidas por guerras y autoritarismos de diversas especies. Sabemos de ello pero parece que nada podemos hacer, excepto recurrir a complicados esquemas de ayuda internacional a través de organismos estatistas como los nombrados que parecen eximirnos de nuestra responsabilidad personal para caer en nuevas formas de racionalidad instrumental, mientras se siguen fomentando las ideas de estado-nación y odio al extranjero. Pero no, ya no debe haber extranjero. La mirada al otro en tanto otro, la mirada al otro desde el buen samaritano, implica que el otro es ante todo un ser humano que requiere nuestra mirada de igual a igual. “Para el cristiano –dice Edith Stein- no hay personas extrañas” (3). Pues bien, aunque la intensidad de la caridad de esas palabras no se pueda plasmar en las limitaciones de la ley humana (4), al menos sí podemos hacer que esta última borre las diferencias de fronteras y borre también las nuevas marginaciones y esclavitudes que producen un papel con el sello de “extranjero” colocado por la racionalidad instrumental de los estados-nación.
He dicho todas estas cuestiones consciente de que tal vez produzcan alguna polémica pero consciente, a la vez, de que temas como la caridad pueden ser tan amplios que finalmente no terminamos diciendo nada, y especialmente nada para el mundo no cristiano. Soy laico, y corresponde a mi estado laical criticar, proponer y sugerir, a título personal, consciente de mi falibilidad, de lo opinable frente al depositum fidei y así salir al ruedo del mundo contemporáneo al mismo tiempo que protejo de mí mismo a mi santa e inmaculada Iglesia”.

Notas:

1) Ver la teoría austríaca del ciclo económico, fundamentalmente en Mises, L. von: The Theory of Money and Credit (1912), Liberty Fund, 1981, y La Acción Humana, (1949), Sopec, Madrid, 1968, caps. XX y XXXI.
2) Ga 3, 28.
3) Citado por Theresa a Matre Dei en su libro Edith Stein, En busca de Dios, Verbo Divino, Pamplona, 1994, p. 224.
4) Nos referimos a estas palabras de Santo Tomás: “. . . la ley humana se establece para una multitud de hombres, en la cual la mayor parte no son hombres perfectos en la virtud. Y así, la ley humana no prohíbe todos los vicios, de los que se abstiene un hombre virtuoso; sino sólo se prohíben los más graves, de los cuales es más posible abstenerse a la mayor parte de los hombres, especialmente aquellas cosas que son para el perjuicio de los demás, sin cuya prohibición la sociedad no se podría conservar como son los homicidios, hurtos, y otros vicios semejantes” (I-II, Q. 96, a. 2).

domingo, 5 de diciembre de 2010

MISES Y POPPER

Pregunta un lector: “…En este punto no sé como Gabriel puede conciliar a Mises con Popper o Feyerabend”.

Answering:



MISES Y POPPER (En “NOMOI”, Febrero de 2009, https://www.ufm.edu/uploads/NOMOI_01_09.pdf)




1. Introducción y metodología a usar.
Ultimamente se han escrito interesantes propuestas de acercamiento entre el pensamiento de dos grandes pensadores que, “a priori”, no parecerían tener nada que ver: Mises y Popper. Al menos, de lo que he podido ver recientemente, así lo testimonian las reflexiones de Ivo Sarjanovic, Francesco Di Iorio, y Rafe Champion. Dado que Mises y Popper son dos autores a los cuales he dedicado gran parte de mis estudios epistemológicos, quisiera, como intentio auctoris, poner mi granito de arena en la cuestión, que espero que no sea, en la intentio lectoris, un granito de confusión.
Pero precisamente, de intentio auctoris (lo que el autor quiso decir) y de intentio lectoris (lo que el lector lee) se trata la metodología que vamos a utilizar en ese breve artículo. Muy influenciados por gran parte de la hermenéutica actual (Eco, Gadamer) confesamos nuestro gran escepticismo sobre lograr la certeza de lo que un autor quiso decir, o al menos como habitualmente se lo intenta (no nos estamos refiriendo a ninguno de los autores citados), esto es, con citas textuales que estarían ellas mismas libres de interpretación, como si la historia del pensamiento lograra aquella “base empírica” que el primer inductivismo pretendía, libre de teoría. Imposible. Pero ello no es una mala noticia: conduce simplemente a otro tipo de intentio, la intentio lectoris, donde el lector es, por un lado, conciente de que nunca sale de conjeturas interpretativas, y, por el otro, la lectura de un autor se realiza para solucionar algún problema real más que cuestiones nominales. Y que si podemos inclinarnos de la conjetura a la certeza, en algún autor, es porque hemos habitado su casa (Heidegger) cosa que poco tiene que ver, otra vez, con un positivismo de textos de su pensamiento. Si con esto estamos rompiendo normas habitualmente practicadas (Feyerabend) es porque pensamos que ello es clave para el progreso; asumimos el riesgo de un programa de investigación regresivo (Lakatos) y agradecemos a las autoridades de NOMOI que nos permitan tan insólito procedimiento. Por lo tanto, de aquí para el final el lector no verá ninguna cita textual ni de ningún otro tipo.

2. Situación histórica de ambos autores.
Si los autores que intentan reconciliar las diferencias entre ambos autores tienen que trabajar tanto es que son, efectivamente, muy diferentes.
Mises no salió nunca de su formación básica en las “ciencias del espíritu” al estilo Weber –autor clave para entender históricamente a Mises-. Su paso por Menger no sólo enfatizó su metodología de trabajar los conceptos básicos de la teoría como eje central de cualquier ciencia social, sino que además corroboró para siempre sus dos “enemigos” básicos: el positivismo, por un lado, y el historicismo, por el otro, contra el cual siguió luchando hasta su penúltimo libro en 1957, cuando ya la batalla contra el historicismo alemán formaba parte de la historia del pensamiento. Siempre consideró que el inductivismo era posible en el ámbito de las ciencias naturales y heredó del neokantismo weberiano el rechazo a toda metafísica.
Popper, nacido 21 años después en Viena, habitaba otro mundo (“mundo” en el sentido Husserl/Gadamer). Su marco de referencia, en sus primeros 40 años más o menos, fueron las ciencias naturales, la matemática, el positivismo del Círculo de Viena, y sus primeros enfrentamientos con una de sus tesis centrales, a saber, la inducción. Los temas sociales aparecen en su horizonte, al menos en cuanto a lo académico (no en cuanto a lo vital) entre 1942 y 1944, cuando escribe La Miseria de Historicismo y la famosa Sociedad Abierta. El lugar que sigue ocupando allí lo conjetural no parece tener mucho que ver con las fuertes certezas misianas tanto en lo económico como en lo político, y las preocupaciones posteriores de Popper son, sobre todo, el afianzamiento de su propio método, por un lado, sus preocupaciones respecto al evolucionismo, la teoría cuántica, el mundo 3, el universo abierto y, por el otro, sus debates con Kuhn, Lakatos y Adorno.
Es relativamente obvio, al menos a primera vista, que los horizontes de ambos autores no se cruzan y que una mínima noticia que tuvieran el uno del otro iba a generar obvios malentendidos.

3. La interpretación habitual de ambos.
Pero, para colmo, ambos autores han generado discípulos que enfatizan aspectos de sus pensamientos que son demasiado contrapuestos. De Popper es habitual enfatizar la conjeturalidad del conocimiento humano, por un lado (como base tanto de su epistemología como de su filosofía política) como la importancia del testeo empírico, no como inducción pero sí como falsación. El Popper de la ética del diálogo casi no se menciona (Artigas y Boland podrían ser excepciones) y varios de sus discípulos consideran a Kuhn, Lakatos y Feyerabend más o menos como símbolos de la degeneración epistemológica. En el caso de Mises, creo que la “interpretación Rothbard” es lo habitual. La certeza del conocimiento humano, tanto en su punto de partida como en su punto de llegada, no admite ninguna hipótesis auxiliar en el medio, el testeo empírico no tiene nada que hacer en ciencias sociales y si de ciencias naturales se trata, la inducción logra la certeza dado que hay constantes. Método axiomático-deductivo en ciencias sociales, método inductivo en ciencias naturales, certeza en ambos. Por el lado de Popper, método hipotético-deductivo en todas las ciencias, conjeturas en ambos. Obviamente, ambos grupos de discípulos han formado dos iglesias, como diría Feyerabend (la iglesia popperiana y la iglesia misiana) donde la excomunión mutua es obvia y donde varios discípulos claman por el legítimo derecho al pontificado y las auténticas interpretaciones de las auténticas enseñanzas del mesías.

4. La ambivalencia de sus escritos.
Pero para colmo de problemas, los “extremistas” de ambos autores pueden encontrar en ambos citas textuales que aparentemente corroboran su interpretación. Sería muy interesante, y digno del método que no estamos siguiendo, la lista completa de citas donde Mises entroniza la certeza de los puntos de partida, de la deducción y de las conclusiones en economía, y la compara con las matemáticas. Y los textos más fuertes al respecto no son en obras marginales; son en La Acción Humana y en las dos específicamente dedicadas a la epistemología de la economía: Epistemological Problems y The Ultimate Foundation. Por el lado de Popper, los textos que enfatizan la conjeturalidad como eje central del conocimiento humano –no sólo de la física- son incontables; de igual modo sucede con los textos que hablan de la importancia de la falsación empírica.
Por supuesto, lo interesante es que al lado de esos textos tenemos otros textos que parecen o moderar, o poner en tensión, o enriquecer, o hacer inconsistente, (allí cada lector dirá…..) al pensamiento del autor. En el caso de Mises, sus referencias a las “condiciones del mundo real” han sido la cruz de sus intérpretes, sobre todo porque él mismo las coloca como condición para seguir deduciendo…. Su referencia a las tendencias (no necesarias) de los empresarios para explicar el proceso de mercado, a los factores psicológicos (no praxeológicos) en el caso de los sistemas bancarios; al manejo de las expectativas para la teoría del ciclo…. Y eso para hablar de la parte teórica: en sus escritos de coyuntura, los “lost papers”, como asesor de la Cámara de Comercio Vienés, sus referencias a la realidad concreta, incluso con números, son permanentes, de igual modo que en su seminal libro La Teoría de la moneda y el crédito, sin aclarar, por parte de Mises, si ese “enroque” con las circunstancias concretas son condición necesaria para la elaboración y-o corroboración de la teoría. De igual modo sucede en sus propuestas específicas de política económica, como en su propuesta de reforma monetaria del 52 o en su propuesta de reforma para México, del 43. Claro que cualquier “misiano practicante” nos puede decir que…. Pero el asunto es que el texto no lo decía….
En el caso de Popper, idem. Sus referencias a sus propios programas metafísicos de investigación, la no falsabilidad empírica de los mismos y la certeza de los mismos (me refiero a la certeza y no falsabilidad empírica del realismo, del libre albedrío, del mundo 3, del indeterminismo, de la lógica…); su famoso principio de racionalidad en ciencias sociales; su ética del diálogo, su actitud racional como mandamiento moral, su importantísima referencia a la interpretación como carga de teoría de toda base empírica (tema al cual volveremos)…. Son todos temas que parecen alejarse del Popper unívoco de conjeturas y refutaciones, que parecía casi sólo a Hempel excepto en la falsabilidad. De vuelta: ¿riqueza de pensamiento o mera inconsistencia? ¿Qué “texto” puede responder la pregunta?

5. Motivos de la ambivalencia.
¿Pero por qué, en ambos casos, esa “doble personalidad”, que tanto desconcierto puede llegar a causar? Creemos que, en ambos casos, los autores visualizaron una interacción entre “teoría y mundo” mucho más profunda que lo que sus herramientas linguísticas (heredadas a su vez de sus horizontes históricos, punto 2) les permitían explicar y expresar. En el caso de Mises, había un manejo de la realidad concreta al estilo Menger, donde la definición del concepto en cuestión era condición necesaria para poder manejarse en el mundo real de fenómenos complejos (“fenómenos complejos” es expresión de Mises, en La Acción Humana). Por eso se maneja después con tanta comodidad como economista de coyuntura. En el caso de Popper, la afirmación de que toda experiencia “empírica” (sea ello lo que fuere) está cargada de teoría lo lleva a una concepción de las ciencias donde éstas siempre deben manejarse con una teoría “a priori”. Esta es la coincidencia fundamental, no intentada, entre ambos autores, y que Sarjanovic, Di Iorio y Champion no se cansan de resaltar. O sea, ambos autores sostienen que toda teoría es “de algún modo” a priori. Pero, al defender esa posición, no advirtieron (ambos) que se estaban introduciendo en el eje central de una fenomenología y una hermenéutica que, si la conocían, lo era desde los preconceptos negativos que las metafísicas continentales les inspiraban. Vayamos entonces al siguiente punto.

6. El salto hermenéutico en ambos autores.
Comencemos por lo más sencillo. Mises dice que el testeo empírico es imposible en ciencias sociales. Obvio, porque se estaba refiriendo al testeo empírico tal cual el inductivismo lo entiende, que es imposible comenzando por las ciencias naturales. Boettke y Ebeling habían visto esto con claridad, cuando tiempo atrás se dedicaron a estas cosas llevados de la mano hermenéutica por Lachmann y Don Lavoie. Y Popper, desde luego, hubiera coincidido. Si por testeo empírico se entiende que una inducción hará posible la “prueba” de la hipótesis, ello es imposible en todas las ciencias. Hayek recoge explícitamente esta enseñanza en su prefacio a Studies de 1967.
Pero, se me dirá, Popper sostiene el testeo empírico como falsación. Si, claro, pero ese testeo empírico: a) tiene una base empírica que ya está interpretada por la teoría que se quiere falsar (círculo vicioso o…. Círculo hermenéutico?), b) no es necesario desde un punto de vista lógico. Cuando Popper se defiende de las acusaciones de falsacionismo ingenuo (lanzadas sobre todo por los niñitos malos Kuhn, Lakatos y Feyerabend) afirma la misma tesis Duhem que nada simpática le resultaba en sus primeros tiempos. La falsación no es necesaria porque es la negación de un conjunto n de n conjeturas + n condiciones iniciales. Entonces, ¿qué pasa con el testeo empírico? Popper no pudo llegar más allá. Lakatos intentó distinguir un programa empíricamente progresivo de otro regresivo, pero ante las incisivas críticas de su amigo Feyerabend tuvo que reconocer que uno podía permanecer en un programa de investigación regresivo “siempre que reconociera el riesgo”, con lo cual Feyerabend tuvo más argumentos para lo suyo: no se trata de testeo empírico, sino de proceder contra-inductivamente, de re-interpretar el mundo según una teoría que “nos parece” correcta. Pero ello no es muy diferente de la hermenéutica continental: el horizonte de precomprensión constituye al mundo; no podría ser “refutado” por él. Que toda teoría es a priori es, en ese sentido, como decir que no hay hechos desnudos de interpretación. Siempre “vemos” a través de una teoría (Husserl); “mundo” (Husserl); “horizonte” (Gadamer), que Popper llamó “conjetura”, Kuhn “paradigma”, Lakatos “programa” y Feyerabend “proceder contrainductivo”. Si no, estamos ciegos. Toda teoría, claro, se puede “criticar”, “contradecir”, desde otra teoría. Pero, ¿no es acaso ello algo que Mises hubiera aceptado respecto de los axiomas y-o de la cadena deductiva? ¿No fue acaso esa la defensa que Machlup hace de Mises cuando Hutchison acusa al apriorismo de dogmático e ideológico? ¿Y no es acaso lo que el último Popper afirmó permanentemente de la racionalidad crítica y de la actitud dialógica?
Esto último es importante, porque toda visión del mundo puede ser criticada pero no necesariamente. Los horizontes, los mundos, los paradigmas, las creencias (Ortega) no se critican a sí mismos. Ello no es mala noticia desde el punto de vista de que por eso entran en crisis (Kuhn). Pero desde un punto de vista ético, entonces sí son importantes estas distinciones: actitud natural y actitud teorética (Husserl); comunicación, comprensión, de horizontes (Gadamer), actitud dialógica (Popper). Ese es el legado perenne de Popper: incorporar la crítica en nuestras concepciones del mundo. Y en ese sentido tiene razón Boland: es más importante el Popper socrático que el Popper metodólogo.
Pero, retomando, no hay testeo empírico como hechos vs. teorías, incluso en el sentido de aquella falsabilidad empírica del primer Popper, ya afortunadamente “advertida” por el mismo Popper de ser “theory-laden”. Lo que hay es teoría y crítica de la teoría desde la propia teoría o desde otra. Eso es lo que hizo Copérnico con Ptolomeo. No hay “hechos” que verifiquen o refuten teorías. La ilusión óptica de lo contrario se produce porque no advertimos la interpretación del mundo social y físico que permanentemente hacemos a partir de nuestros horizontes teoréticos. Pero ello era obvio para la hermenéutica continental, con la cual Mises y Popper estaban lamentablemente incomunicados (y viceversa), y es lo que Koyré y Kuhn se pasaron explicando toda su vida para las ciencias naturales.
Por lo tanto, lo que une totalmente a ambos autores es que ambos vieron, con las limitaciones de su propio paradigma, un tema hermenéutico central, y no tuvieron ningún problema en dar ese “salto hermenéutico” que los colocó a ambos muy por afuera y por delante de su propio tiempo. Lo mejor que podrían hacer sus seguidores es continuar ese camino, más que convertirse en pontífices de nuevas religiones académicas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

CURSO DE FILOSOFÍA PARA PROFESIONALES (filósofos incluidos*): ABIERTA LA INSCRIPCIÓN AL CICLO 2011.

ELEFE SE RENUEVA
Filosofía para profesionales (filósofos incluídos *)
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IMPORTANTE: la inscripción y preguntas es sólo escribiendo a gabrielmises@yahoo.com . NO por facebook o blog.

* Si bien este es un curso de filosofía para profesionales de diversas carreras, quienes hayan estudiado filosofía (profesores, licenciados y doctores) se podrán beneficiar ampliamente del mismo dado que se abordan temas filosóficos que usualmente se encuentran ajenos a los contenidos curriculares de las carreras universitarias y terciarias en filosofía.

http://gzanotti.blogspot.com/2010/12/curso-de-filosofia-para-profesionales.html

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Desde el 2006 hasta la fecha, ELEFE ha sido una alternativa al sistema formal de enseñanza. Sin pretender sustituirlo, sencillamente porque por ahora es jurídicamente imposible, sin embargo hemos hecho lo posible por crear un ambiente familiar, amistoso, serio y desacartonado a la vez, donde todos han podido expresarse, aprender y estar libres de los temores y presiones del sistema formal.
Sin dejar de lado estas reuniones, daremos un nuevo paso. Siempre he tratado, dentro del sistema formal, de abrir la filosofía para todos, tratando de programar post-grados en filosofía para profesionales de diversas carreras. Las tres veces fue imposible: el sistema formal es demasiado rígido y no quiero entrar en detalles que atentarían contra la caridad . Sólo quiero volver a decir que, en una sociedad abierta, respetuosa de las libertades individuales, cada uno estudia lo que quiere con quien quiere, tiene los títulos que su esfuerzo y libertad le otorgan, corre los riesgos respectivos y nadie impide a otros recorrer ningún camino. Menos aún con la filosofía: todos los seres humanos son filósofos; mi vida entera ha sido un llamado a despertar a los filósofos dormidos, a tomar la pastillita roja…

Ahora, sencillamente, en la paz y en la libertad de mi hogar, en la amistad del diálogo, en la calidez de la comprensión y estímulo al que quiere despertar al filósofo que lleva dentro, voy a ofrecer cursos de filosofía sistemáticos, una vez por semana, para profesionales y para cualquiera que quiera aprender. Sin pila, sin cable, sin temores, sin exámenes más que la existencia auténtica, sin títulos más que la propia seriedad de la vida y el prestigio del propio estudio. Ideal para quienes están más o menos en la mitad de la vida y miran con nostalgia la filosofía que no pudieron estudiar en su momento. Ideal para quienes ya están dentro del sistema formal, que ya tienen su título, y ahora, sencillamente, quieren volver al amor a la sabiduría que siempre llevaron consigo.

Por supuesto, me preguntarán por el contenido de los cursos. Antes que eso, y más importante, es el método, que es un meta-contenido que abarca todos los otros; es, como diría Karl Popper, una actitud más que una teoría. Ese método consiste en la siguiente paradoja: el zanottismo anti-zanottista :-)

Zanottismo porque, obviamente, yo doy clase desde mí, desde mi propia formación e ideas, que se pueden ver si abren mi CV y observan mi formación, mis escritos, etc. (ver en www.gabrielzanotti.com.ar). Por supuesto, sobre ese tema hay (¡Ay! :-) dudas. ¿Qué es Zanotti? ¿Tomista, popperiano, hermenéutico, liberal, husserliano, etc., etc., etc.? Yo tampoco tengo la respuesta, así que me pueden ayudar a descubrirla :-)

Pero anti-zanottista porque en mis cursos, aunque yo no lo pretenda, cada uno se ubica en sí mismo y en su carril. Yo lo único que hago es poner a cada tren, a cada uno, en su camino, aunque no sea el mío. A su vez, si alguien camina mi camino, lo hará libremente, por propia convicción, y entonces será su camino también.
Y ello es porque el Zanottismo es un método (nada original, pero sí muy olvidado en el sistema educativo formal) que consiste fundamentalmente en diálogo. En las clases de zanotti (sí, con minúsculas) todo el mundo puede estar en desacuerdo con cualquier cosa que diga zanotti, incluso, con esto último. En sus clases, no hay que saber para opinar, sino opinar para saber. En sus clases, las preguntas son parte indispensable de la planificación de clase. En sus clases, la libertad forma parte esencial del método. Ninguna pregunta molesta, al contrario, lo que molesta es la falta de preguntas. Y si alguien quiere atacar con alguna pregunta, zanotti hace Aikido lingüístico :-)

Por supuesto, todo esto lo saben mis ex alumnos y ahora amigos (que fueron alumnos porque siempre los traté como amigos), pero si alguien lo duda, try me.
El zanottismo antizanottista incluye otros métodos que se despliegan espontáneamente según aparezcan imprevisiblemente en las previsibles neuronas de zanotti: a) chistes ridìculos, de los cuales uno se ríe por lo ridículo, no por el chiste ; b) reflexiones sobre películas de Woody Allen, películas de Hollywood que supuestamente no dan para nada (o sea, son heideggerianas ) y diversas series de televisión; c) ejemplos con Star Trek, donde ningún ser humano ha llegado nunca, pero zanotti sí :-), d) reflexiones sobre el Aikido, e) otros imprevistos semejantes :-).

Este es el valor agregado de mis cursos, a parte de 26 años de resistir al sistema educativo formal.

El zanottismo antizanottista tampoco emite certificados de ningún tipo, coherentemente con el anarquismo libertario descripto :-). Sin embargo, si alguno quisiera que yo certificara su asistencia a mis cursos, lo acepto, en cuyo caso se pedirá un trabajo monográfico donde el asistente deba someter a crítica el material expuesto.

Pasemos ahora a describir el contenido de los cursos, que serán todos los Martes, a partir del martes 15 de Marzo a las 19 hs.
Los temas están abiertos a sugerencias de los alumnos y por ende es una propuesta abierta y modificable sobre la marcha.
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AVISO:

El curso 1 ya se dio de Agosto a Noviembre del 2010. Marzo del 2011 comienza con el curso 2 (el curso 1 se repetirá en Agosto del 2012).
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1. Introducción al sentido de la historia de la filosofía.
La filosofía NO es un conjunto inconexo de sistemas, sistemas de ideas que parecen haber sido concebidos por gente lunática que tenía los pies en cualquier lado, menos en la Tierra. La historia de la filosofía es el despliegue coherente de la búsqueda de la razón humana por el sentido, y cada período, por ende, tiene un sentido que se explica por el anterior y se proyecta al posterior. La explicación de ese sentido, más que un show erudito de nombres y fechas (para eso tienen infinidad de libros y enciclopedias) es el objetivo de este curso. Esto es, no una “historiografía”, sino el sentido de la filosofía antigua, medieval, etc.
Temas específicos:
1. La filosofía antigua y la metafísica de Aristóteles
2. Los comienzos de la filosofía medieval
3. El apogeo de la escolástica y Santo Tomás de Aquino
4. Renacimiento, modernidad y Renato Descartes
5. Hume y la crisis de la metafísica racionalista
6. Kant I
7. Kant II
8. La metafísica después de Kant
9. Diversos temas de la filosofía contemporánea
10. Un no creyente, Popper
11. Una creyente, Edith Stein.




2. Los temas siempre presentes de la filosofía.
La filosofía, si no es humana, si no es un intento de respuesta a los interrogantes más profundos de la existencia humana, es tan importante como la historia del ping pong (sin menospreciar en absoluto al ping pong ). Por eso estos temas serán dados desde una perspectiva humana y existencial y serán por ende una terapia filosófica.
Temas:
1. Filosofía de la filosofía.
2. La historia de la filosofía
3. Libre albedrío y determinismo
4. Alma y cuerpo, conciencia y objeto, mente y cerebro
5. El conocimiento
6. Conocimiento e interpretación
7. Conocimiento e interpretación II
8. Filosofía y lenguaje
9. Filosofía y lenguaje II
10. Filosofía y sentido de la existencia.
11. ¡Ay Dios!




3. Una inmersión en la filosofía de las ciencias.
Las ciencias parecen estar fuera de la filosofía e inmunes a sus debates y problemas. Por ello el objetivo de este seminario es mostrar que, en el siglo XX, los debates sobre filosofía de las ciencias han sido filosóficos y han llevado a replantear el sentido de las ciencias y re-ubicarlas en la filosofía. Al mismo tiempo, los temas resultantes de este enfoque son tan amplios que implicarán, como corresponde, un planteo global sobre las capacidades del conocimiento humano y la relación entre ciencias, filosofía, religión y política.
Temas específicos:
1. El surgimiento de la ciencia en la modernidad
2. El inductivismo: rígido, amplio, aristotélico.
3. El neopositivismo
4. Popper
5. Popper II
6. Kuhn I
7. Kuhn II
8. Lakatos
9. Feyerabend
10. Feyerabend II
11. ¿Y ahora qué?
12. De la ciencia a la filosofía.



4. Metafísica, fenomenología y hermenéutica.
No asustarse por los nombres. El seminario anterior nos dejará planteadas tres preguntas: ¿hay algo más allá de las ciencias? (metafísica). zanotti dirá: si. ¿Hay una filosofía que camine en el mundo de la vida (fenomenología) y que lo profundice? zanotti dirá: si. ¿Hay algo que esté más allá de la interpretación (hermenéutica) de ese mundo de la vida? zanotti dirá: no. ¿Nos saca ello de la verdad? zanotti dirá: ¡al contrario!
Temas específicos:
1. La metafísica “profunda” en Santo Tomás de Aquino
2. Sus posibilidades, hoy.
3. Husserl y la fenomenología.
4. Husserl y la fenomenología del mundo de la vida.
5. El diálogo con Edith Stein.
6. Heidegger el misterioso.
7. Gadamer y sus horizontes
8. Gadamer y sus horizontes II
9. Wittgenstein y sus juegos de lenguaje
10. Síntesis: el ser en el mundo
11. El ser en el mundo y la interpretación
12. El ser en el mundo y la verdad.


Como se puede ver, cada curso implica un cuatrimestre y, por ende, los cuatro cursos completos equivalen a lo que los sistemas formales llaman post grados pero habitualmente niegan al supuesto “no filósofo”.



Cuestiones “formales” adicionales:

1. Fecha de inicio: martes 15 de Marzo.
2. Hora: 19 a 21.
3. Lugar: casa de Gabriel y Marcela, en Villa del Parque (la dirección será dada después del email correspondiente).
4. Condiciones de ingreso: a) buena onda; b) sentido del humor; c) habitar el Planeta Marte; d), enviar un email a gabrielmises@yahoo.com explicando por qué quiere hacer el curso; e) no olvidar el punto d; f) no olvidar sacar el pasaje de Marte a Villa del Parque con anticipación.
5. Costo, $ 150 por mes.
6. El material de lectura será enviado por email.
7. Cualquier duda o pregunta adicional, enviar un email a gabrielmises@yahoo.com

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Acta fundacional de ELEFE en 2006:

ESCUELA LIBRE DE ESTUDIOS FILOSÒFICOS Y EPISTEMOLÒGICOS
Revoluciòn educativa en marcha.

“…Si pensaba en un futuro, soñaba con fundar una escuela, en la que los jóvenes pudiesen aprender sin hastìo y en la que fueran estimulados a plantear problemas y a discutirlos; una escuela en la que no hubiese que escuchar respuestas no deseadas a cuestiones no planteadas; en la que no hubiera que estudiar sòlo por aprobar los exàmenes”

Karl R. Popper.


La Escuela Libre de Estudios Filosòficos y Epistemològicos (ELEFE) abre sus puertas como un especio de estudio y reflexiòn, que pueda hacer frente, de modo quijotesco, a la opresión intelectual de los sistemas formales de enseñanza.
En ELEFE se aprende sin mètodo (Feyerabend), con crìtica (Popper), con teoría (Husserl), con palabra y contemplación (Santo Tomàs). ELEFE no tiene exàmenes, notas, asistencia, cuotas, ni ningún tipo de certificado o aprobación. Se mueve con total independencia de las exigencias del sistema educativo formal y del soviet adicional del sistema formal-estatal. Lo ùnico que ofrece a sus participantes es estudiar. Solamente eso J.
En breve tiempo ELEFE anunciarà sus primeros cursos, que seràn diàlogos, conversaciones, sobre diversos temas y autores. Gabriel Zanotti es el principal instigador de esta subversión educativa y portavoz de la revoluciòn autèntica. La revoluciòn tiene sòlo una proclama: cualquiera puede estar en contra de lo que diga Zanotti, incluso, con esto ùltimo.

Buenos Aires, Febrero de 2006.

domingo, 28 de noviembre de 2010

SOY MARXISTA, EXCEPTO POR UN LEVE DETALLE :-)

SOY MARXISTA, EXCEPTO POR UN LEVE DETALLE :-)

Si, por supuesto que el título –sobre todo, escrito por mí- es desafiante a propósito. Varios de mis amigos deben estar temblando. Ok ok, Gabriel, te perdonamos que ahora te estés metiendo con Freud, pero, por favor, esto no. ¡No por favor!!!!! Just a minute, repasá “El Socialismo” de Mises, date una ducha de agua fría, andá a hacer Aikido por una semana, tomate 3 rivotriles de 2 mg pero…… ¡Esto no!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Calma, calma, estoy jugando con el título :-)), no pasa nada. Simplemente, algunos a veces se han preguntado: qué raro, hay autores “impenetrables” en Gabriel. Uno de ellos es Marx. Con Marx, Gabriel combinó la magia con Heidegger: nada por aquí, nada por allá. Lo ha combatido siempre, y además últimamente habla de las dos M: Mises o Marx, decidiéndose, desde luego, por la primera.

Sin embargo, siempre digo que Marx es un filósofo clave en la historia de la filosofía occidental, profundo, de una estructura teorética fecunda y que por ello sus hipótesis ad hoc han sobrevivido al paso de la historia. Marx sigue penetrando, no sólo las creencias populares, sino las ideas de muchos intelectuales muy profundos. Es que tiene teoría, y mucha, que no es ninguna tontería.

Aunque resulte sorprendente que yo mismo tenga que recordarlo, en muchos de mis escritos ya he absorbido al Marx de la Escuela de Frankfurt. El tema de la alienación lo he absorbido sin dificultad, sobre todo a través de Habermas. La crítica a la racionalidad instrumental, la crítica a la racionalización de los mundos de la vida, las condiciones de diálogo como salida, y luego los temas más existencialistas de la alienación: alienación como existencia inauténtica (Heidegger), como ceguera ante el rostro sufriente del otro (Levinas), como neurosis noógena (Frankl) y, últimamente, como identificación regresiva con la figura paterna del líder autoritario (Freud), y el psicoanálisis como una sana deconstrucción del cógito herido para encontrarse con un cógito ahora más consciente de sí mismo (Ricoeur). Todo ello, excepto las últimas salidas nocturnas psicoanalíticas, lo he escrito ya desde 1995 en adelante, en “Intersubjetividad y comunicación”, y, sobre todo, en “Feyerabend y la dialéctica del Iluminismo”.

Así que no es verdad que yo no haya trabajado el tema de la alienación donde Marx tiene indudablemente un puesto de privilegio. El “leve detalle” :-)) es que, en Marx, su teoría de la alienación está necesariamente unida a su teoría de la plus-valía que es una explicación teoréticamente importante de por qué el sujeto se haya alienado en tanto explotado y explotador por las estructuras capitalistas. Y ese combo entre alienación y teoría marxista de la explotación es lo que muchos, y especialmente mis colegas filósofos, compran en una unidad, de modo acrítico, sin discernir. Es que les falta la otra M, y de modo comprensible. Mis colegas estudian a Marx en la historia de la filosofía, y con toda justicia. Y entonces muchos de ellos, que desdeñan la economía, han tenido contacto sólo con la economía de Marx, el último de los economistas clásicos. Y es la única economía que conocen.

Claro. ¿Por qué van a estudiar la otra M? ¿Por qué van a estudiar a Mises, un desconocido “economista”, y para colmo “liberal”?

Pero estimados colegas, la teoría marxista tiene una teoría contrapuesta, tan importante, y tan largamente expuesta como la de “El Capital” de Marx. Se encuentra en “El Socialismo” de Mises, que remite además al cap. 8 del tomo 1 de “Capital e Interés” de Eugen von Bohm Bawerk, que sale editado en 1884. No es la economía que conocen hoy, es mucho más. Es tan filosofía como filosofía es la economía de Marx. Y todo ese cap. 8 -80 páginas de las 480 del libro I, a lo cual hay que agregar 466 del libro II y 231 del libro III- está destinado a la refutación teorética de la teoría de la explotación de Marx, refutación que sigue siendo desconocida entre mis colegas en general. Resulta que Marx partió de la teoría del valor costo de Ricardo (que heredaba parte de la teoría del valor trabajo de los clásicos) y por ende para él la mercancía tiene un valor objetivo que tiene que ver con el trabajo en ella contenida, por lo cual todo otro valor adicional en la mercancía, que quede en el empresario, es un robo, una plus-valía donde radica la explotación. Marx no pudo advertir el cambio de paradigma que se produce en 1870 con la teoría subjetiva del valor y la productividad marginal decreciente, que implica que el valor de toda mercancía en el mercado depende del valor de la demanda y ello, aplicado al trabajo, implica que el valor del trabajo depende de la demanda subjetiva imputado a dicho factor de producción y que, por ende, a medida que aumenta la demanda de trabajo, el salario real tiende a aumentar precisamente por la dinámica del sistema capitalista. ¿Alguna pregunta? ¡Estudien, colegas! ¿Son capaces de estudiar a Marx pero no a Bohm Bawerk y a Mises? No les creo…

Pero el problema es que con ese error Marx no pudo concebir la escasez y por ende su economía derivó en una anti-economía, en un juego de suma cero donde lo que gana uno lo pierde el otro. Cosa perfectamente compatible con su concepción dialéctica del mundo, que fue enfrentada precisamente por otro filósofo: Mises. Para Marx, la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases; para Mises, es la historia de la evolución de la división del trabajo….¿Alguna duda, colegas? ¡Lean a Mises! Colegas, ustedes saben cómo leer. Lean.

Este “pequeño detalle” en Marx es lo que implica que muchos no terminen de entender qué son los mercados libres. Los más moderados, aunque rechacen al autoritarismo tipo bananas de un Chávez, de Correa o los kirchneristas, sin embargo tienen aún la esperanza de “hacerlo” de otro modo……… Y en el fondo terminan justificando las más atroces y ridículas dictaduras al estilo castrista porque “en la dialéctica de la historia” el resultado será positivo………………

Mientras estos temas no sean más estudiados, la interpretación de los fenómenos sociales seguirá siendo marxista, no sólo por los fenómenos de masas, sino porque en los intelectuales, Marx es una teoría profunda que incluso puede penetrar la fe cristiana de aquellos que crean en su teoría de la explotación, como ya sucedió. Es una teoría poderosa. La Escuela de Frankfurt ha tomado lo mejor de ella pero sin distinguirla de su dialéctica social. Es hora que las dos emes, Marx y Mises, dialoguen en su intento de redención laical de la humanidad, y encuentren ambas sus límites en una concepción trascendente de la vida humana.

domingo, 21 de noviembre de 2010

ADIÓS TESTEO EMPÍRICO ADIÓS.

Primero fue Karl Popper. Dijo que la observación era interpretada según la teoría.
Ok.
Por la misma época, aunque sin conocerse, Koyré estaba diciendo que toda teoría física se entendía a la luz de una teoría filosófica que hubiera detrás.
Koyré había estudiado con Husserl en 1913, quien en 1935 haría una formidable crítica al positivismo en “La crisis de las ciencias europeas”.
Koyré viajó a los EEUU en los 50 y despertó del sueño dogmático a un jovencito llamado Thomas Kuhn.
Kuhn dijo luego en 1962 que toda teoría física dependía de la carga teorética que hubiera en el paradigma que la sustentaba. Observar era interpretar según el paradigma. Por eso la caída de un cuerpo es una cosa en Ptolomeo y otra cosa en Galileo. O sea que al observar cuerpos que caen, observas galielos o ptolomeos, e interpretas qué está sucediendo.
Luego vino Lakatos y dijo que sí, que los científicos se aferran a un núcleo central, pero tiempo después, como una consecuencia no intentada, la defensa que hayan intentado afirma o debilita al núcleo central. Y que era racional, por ende, correr el riesgo de sostener un núcleo central regresivo con tal de que haya conciencia del riesgo.
Entonces Feyerabend entra en escena y, en resumidas cuentas, afirma que todo depende entonces de la creatividad del científico y de su capacidad literaria para convencer a los demás de su teoría.
Pero dijo muchas cosas más. Entre ellas, que si la metafísica se diferencia de la ciencia por el testeo empírico, pero, hemos visto, no hay testeo independiente de las teorías, entonces no hay testeo empírico como la ciencia tradicionalmente lo pretende y, so, no hay diferencia entre metafísica y ciencia.
Entonces, todo es metafísica, esto es, todo es teoría.
¿Y qué diferencia una buena teoría de una mala teoría? Para ello hay que someter la teoría a la crítica racional, que no es infalible, pero que no es otra cosa que el diálogo socrático con nuestras propias teorías. Popper tenía razón: la crítica es indispensable, pero no es hechos versus teorías, sino teorías versus teorías.
Platón, Aristóteles, Empédocles, Pitágoras, Ptolomeo, San Agustín, San Anselmo, Santo Tomás, Descartes, Hume, Kant, Newton, Darwin, Freud, Einstein, Wittgenstein. Husserl, Edith Stein, J. Ratzinger. Son sólo ejemplos, no excluyentes de otros, sólo para decir: todos son teóricos. No hay diferencia entre filosofía y ciencia. No hay testeo empírico. Hay teorías. Concepciones del mundo. Paradigmas. Horizontes. Mundos de la vida.
Asumámoslo. Todo es teoría. Todos son filósofos, todos somos filósofos; todos, por ende, debemos argumentar y tratar de sostener la teoría ante la crítica racional de otra teoría. ¿Y cuál es el problema? De ese movimiento de la razón sale la verdad y lo mejor de lo humano. Hemos abandonado a la verdad en un imposible: un “experimento” que pretenda eliminar “lo humano”. Y esa también es una teoría, y muy mala, porque ha creado un monstruo: una materialidad que no puede hablar, una mudez parlante, una psicosis, porque creemos que eso existe y que habla. Que un experimento, sin la teoría humana, pueda hablar y decirnos la verdad, es tan imposible que, ante ello, creer en los duenceditos verdes es más racional porque ellos no implican autocontradicción y al menos no hemos depositado en ellos la verdad.
Vivimos en una época donde la creencia en una supuesta ciencia experimental, en sus supuestos numeritos y mediciones, se ha convertido en una psicosis, que ha invadido los ámbitos humanos más profundos y los carcome como un virus. La razón y la verdad están mudos y esperan. Los diálogos platónicos han sido relegados al mundo de lo bonito y la humanidad espera en dioses inexistentes.

domingo, 14 de noviembre de 2010

¿CUÁL ES EL PROBLEMA CON EL PATRÓN ORO?

Ultimamente, el tema del “patrón oro” ha vuelto a estar en el tapete, con el reconocimiento de ciertas autoridades monetarias internacionales de que habría que volver “de algún modo” a él. Yo entonces reivindiqué la propuesta de Mises y algunos me dijeron que era impracticable. Tal vez la confusión radica en que la propuesta de Mises no tiene que ver con Bretton Woods. Ante todo, hay que leerla. Aquí está:

http://mises.org/books/Theory_Money_Credit/Part4_Ch23.aspx


En resumidas cuentas, Mises proponía que el oro volviera a ser usado libremente como moneda, no que los gobiernos se basaran en él para garantizar su papel moneda. Esto es, había que establecer un mercado libre de oro en el cual los ciudadanos norteamericanos pudieran volver a intercambiar sus dólares por oro y luego privatizar totalmente el sistema bancario de modo tal que éstos volvieran a ser casas de depósito de oro emitiendo los recibos de depósito correspondientes, con una reserva del 100% (cosa que algunos consideramos como una política de transición). Obviamente, si ello se hiciera ahora, los mercados libres se encargarían de ofrecer todo tipo de sustitutos monetarios: tarjetas de débito con transferencia internacional, etc.

Por lo demás, esto no es cuestión de “decidirlo”. El mercado ya ha decidido por el oro. Los órdenes espontáneos no esperan a los órdenes deliberados. En el final del gobierno de De la Rúa, los consumidores argentinos ya demandaban más dólares que pesos. La devaluación del peso ya había sido decidida por el propio mercado. De igual modo, el dólar ya se está depreciando frente al oro, mientras Bernanke y Obama se sigan encargando de llevar a los EEUU a una catástrofe monetaria nunca vista antes. El problema es que por ahora lo habitual es comprar oro como opción futura para venderlo luego por otra moneda, cuando en realidad, la privatización del sistema bancario y sobre todo la eliminación del banco central permitirían utilizar el oro y sus sustitutos como moneda habitual en el intercambio nacional e internacional, e impediría que cualquier otro gobierno se embarque en locuras tales como las que la FED está haciendo en estos momentos.

Lo impracticable no es el oro, sino los bancos centrales y su fraude legalizado permanente.

domingo, 7 de noviembre de 2010

ENOJOS KIRCHNERISTAS

Evidentemente la muerte de Kirchner ha pegado fuerte. Yo no ignoraba de ningún modo que representa el pensamiento de gran parte de los argentinos; es más, lo dije en mi blog y en otros lugares desde el primer momento. Es el peronismo de izquierda, montonero o no, que nunca dejó de existir en Argentina, ese marxismo cultural que forma parte esencial de su horizonte de precomprensión cultural y que la ha llevado a la decandencia institucional, la miseria material y la decadencia moral.

Por lo tanto era obvio que esta vez, por primera vez, mi blog iba a tener el honor de ser visitado por ilustres colaboradores.

Veamos el primero: “…Anónimo dijo: GORILA RECALCITRANTE DA ASCO TU NOTA ,TU MANERA DE QUERER ENGAÑAR AL PUEBLO,PERO ES INUTIL, EL PUEBLO ES PERONISTA Y KIRCHNERISTA ESO QUEDO BIEN CLARO
VIVA PERON !! VIVA NESTOR !! VIVA LA PATRIA”.

No additional comments. La pregunta es: esta persona, que debe haber sido un adorable niñito en el jardín de infantes, ¿dónde formó su concepción del mundo, su visión de la vida? Aquí, indudablemente. En Argentina. Puede ser el próximo ministro del interior o el próximo secretario de comercio. Y no salió de un repollo. Salió de la Argentina. Aunque nos duela, pero es así.

Otro caso más elaborado fue este: “ Filosofía perdón dijo: Muy buena nota, Sr. Bernardo Neustad. Veo que desde la tumba sigue enviando sus columnas afiladas, para que la repitan algunos, con el estomago lleno y la hipocresía de "recé por su alma" tratando de ocultar el evidente regocijo por la muerte de un enemigo ideológico.
Cuando el pueblo despide a un líder, cosa que no sucede siempre, y menos de esa manera, hay que hacer un poquito de silencio y reflexionar.
Ya se que los centenares de miles de personas que hicieron 12 horas de cola para pasar 30 segundos a 5 metros de un cajón cerrado son militantes K, o pobres diablos pagados con un chori, o juventudes pre-hitlerianas fanatizadas e irracionales, pero de cualquier manera, vale la pena reflexionar un poco antes que decir semejantes discursos. Sobre todo cuando son una copia exacta de lo que vienen repitiendo los pro-hombres de La Nación. Decir que se creo una ley de medios especialmente pensada para suprimir todo pensamiento diferente, y llamarle a eso "pensamiento" es por lo menos una canallada. Espero que sea sólo fruto del hábito de criticar algo sin haberlo leído, sin saber quienes y hace cuantos años trabajaron en ese proyecto, sin saber nada.
Saludos”

Ok, serán dados. Evidentemente oponerse a las ideas de aquellos a quienes las manifestaciones populares dan culto es un pecado mortal para el dogma de la infalibilidad de las masas alienadas por dictadores. Ahora quien es liberal clásico es un imbécil que repite a “La Nación”. Y oponerse a la ley de medios, como yo lo hice, afirmando que no debe haber NINGUNA ley de medios, es “no saber nada”. Genial.

Este caso es más interesante aún: “Anónimo dijo: creer que la nota es escrita "con total respeto" es una falta de criterio, señores. Decir que gente que "pensaba" cómo el, y no en presente, decir que fue un "cuasi-dictador" es faltar a la verdad y escribir "filosofía para mi" a este escrito es faltarle el respetoa la filosofía, entre otras barbaridades.
Claro está que hay gente que se encuentra mas cerca de Chomsky y otra como ustedes, más cerca del beneficio personal, y el imperialismo a ultranza. La pregunta que me formulo es: ustedes ¿a quien representan?”

El marxismo cultural en su apogeo. Si no piensas como Chomsky, sólo te interesa tu beneficio personal, eres un imperialista, etc., y la típica pregunta: ¿quién “les paga”?

Pero el caso que más me llamó la atención, que no lo reproduzco porque fue por facebook y no puedo sin autorización de su autor, que descuento que no me la dará, es alguien, repitiendo que es una falta de respeto hacer lo que yo hice, afirma algo singular: que no tengo “pruebas” para decir que persiguió a quienes no pensaban como él, que manipuló a la justicia, etc. O sea: como si hubiera pruebas contra lo que hace alguien que actúa precisamente entre las sombras. Y como si ese fuera argumento para callar. Pero precisamente por ello muchos callan. Me hace acordar a un cuasi-mafioso que llegó a ser vicerector de una insigne institución donde trabajé, que se pasaba por los pasillos diciendo “quien tenga problemas conmigo que me lo diga en la cara”.

Alguno podrá decir: Gabriel, ¿dónde está tu comprensión y respeto hacia el otro, lo que siempre predicás? Bien, aunque no me crean, tengo comprensión y respeto para con todos: Hebe de Bonafini, Guillermo Moreno, etc. Puedo explicar por qué piensan como piensan, y eso es comprender. El problema no es sólo si es al revés, sino que creo que su dialéctica marxista nos quiere tirar al río –igual que los aviones de la última dictadura- en cualquier momento. Hay veces que el diálogo cesa para dejar lugar a la defensa lingüística contra aquellos que quisieran destruir todo a su paso. ¿Qué otra nos queda? ¿Permanecer pasivos ante el avance de aquellos que verdaderamente quien destruir todo resto de república e instaurar la dictadura marxista por métodos de engaño institucional? Lo iban a hacer en los 70, y lo quieren hacer de vuelta, sólo han cambiado de método.

Lamento que haya amigos kirchneristas que ahora me retiren el saludo. Yo sólo estoy siendo fiel a mis ideas, considero que es un deber expresarlas y es mi colaboración al país desde mi posición de filósofo jugado por un ideal. Tal vez enoje a muchos ver a un filósofo defender al liberalismo clásico y denunciar a cuasi-dictadores como Correa, Evo Morales, Chávez o el difundo Kirchner. Porque parece que si eres filósofo y defiendes al marxismo, eres filósofo, pero si eres filósofo y defiendes al liberalismo político y económico, eres un descerebrado “o te paga La Nación”. En fin. País difícil. Pero pasa en todo el mundo. Nos toca jugar a nosotros el papel de locos y marcianos. Nosotros somos las víctimas potenciales o actuales del nazismo intelectual que nos rodea. Somos los excluidos, marginados, despreciados y desplazados. Muchos estarían contentos si nos pusieran en una cámara de gas. Pero somos. Re-sistimos. Ahí estamos. Nuestra sola existencia los llena de furia. Ellos no cesarán hasta asesinarnos como fuere, y nosotros no dejaremos de hablar y de refutarlos. Así de simple. Pueden seguir explotando en su furia. Nosotros seguiremos existiendo en lo innegociable de nuestra conciencia.

domingo, 31 de octubre de 2010

NO HA MUERTO UN ESTADISTA

Los que me conocen saben que no acostumbro contar en público las costumbres religiosas que sean privativas de mi intimidad. Pero dadas las circunstancias diré que, apenas me enteré de la muerte de Néstor Kirchner, dirigí mi mirara hacia la imagen de la Virgen de Lourdes que tengo en mi escritorio y recé una oración por su alma, como lo hago por todos los difuntos.

Por lo demás, vamos a decir algunas obviedades, que en este país nunca parecen serlo.

Acompañamos en el dolor a sus familiares, Señora Presidente incluída, por supuesto.

Entendemos el dolor sincero de todos sus seguidores y de todos los que pensaban como él.

Pero que dirigentes que, hasta el martes, lo criticaban duramente, incluso en términos personales, lo llenen ahora de elogios y hasta lo presenten como un gran estadista “a pesar de las diferencias” nos suena a la más barata hipocresía.

Tal vez el problema es que muchos han atacado personalmente al ex presidente. Y ese es el problema. Nunca los ataques deben ser personales, sino a las políticas y acciones que realicen las personas en su función pública, Y en ese sentido, en fácil posición estamos los que siempre hemos señalado la peligrosidad de sus ideas y acciones independientemente del juicio sobre su persona que sólo compete a Dios. Esto es, los que siempre hemos señalado el daño espantoso que Néstor Kirchner ha implicado, lo seguiremos haciendo; su muerte no borra en absoluto lo que hizo y ninguna muerte convierta a un cuasi dictador en un estadista. Se es estadista antes de morir, no después.

Nestor Kirchner revivió el odio y la venganza de los terroristas que en los 70 asesinaron en nombre de Marx y la liberación, y puso a varios de ellos en el gobierno. Juzgó para un solo lado, y ese doble standard borra toda autoridad moral a su política de derechos humanos. O todos son juzgados o todos son perdonados.

Nestor Kirchner incentivó el odio, y su estilo de “crispación” era la coherente expresión de aquél que piensa que de un lado están los explotados y del otro los explotadores. De ese modo, violó permanentemente el orden constitucional republicano donde esa dialéctica marxista no tiene cabida. Siempre fue coherente. Manipuló a los jueces y desobedeció a lo corte. Ignoró al poder legislativo. Persiguió a los que pensaban diferente y podían hacerle sombra. Digno discípulo de Juan Domingo Perón.

Provocó con todo ello una enorme anomia institucional.

Confiscó los fondos de las AFJP. No es que cambió el sistema: confiscó los fondos de los depositantes.

Comenzó a perseguir a la prensa libre; creó una ley de medios especialmente pensada para suprimir a todo pensamiento diferente.

Subió la carga impositiva, expandió el gasto, comenzó a emitir, liquidó al banco central independiente, intentó controlar precios, re-estatizó empresas, subsidió a las empresas de servicios públicos con más gasto público, generó clientelismo político, privó de libertad a las provincias con el control de sus fondos, llevando a la economía hacia una nueva crisis que aún no se ha desencadenado del todo.

Concentró, consiguientemente, todo el poder.

Se rodeó de las peores personas, llenas de resentimiento y enloquecidas de odio, verdaderas personalidades psicopáticas en cuyas manos puso prácticamente al país y así seguimos.

A nivel internacional, se alió con Chavez, en una alianza profunda cuya peligrosidad, en tanto a la cubanización de toda América Latina, pocos llegaron a advertir, y muchos siguen sin advertir. Sostuvo a los peores dictadorzuelos latinoamericanos y logró manipular la absurda Unasur para ese servicio, bajo la complicidad o indolencia de los demás dirigentes.

Promovió el aborto, promovió un tema grave como la ley de matrimonio homosexual por motivos políticos y al principio de su gobierno no logró entender ni convencerse de que no era el Papa y que la remoción de los obispos no estaba en sus manos.

Y, por último, siguió gobernando bajo el mandato formal de su esposa, usurpando el poder, siendo por ende presidente de facto, burlándose de todo el orden institucional y dejando a su mujer en una situación humillante.

Nada de eso se borra porque haya muerto. Quienes sepan todo esto, por favor, no sean hipócritas y en todo caso cállense por unos días, como hizo muy dignamente Elisa Carrió.

No ha muerto un estadista ni nada que se le pareciera. Ha muerto un cuasi-dictador que ha infligido un daño irreparable a la república.

domingo, 24 de octubre de 2010

LOS LOCOS LINDOS

Mi vida está rodeada de locos lindos. Un “loco lindo” es un juego de lenguaje: denota alguien que habita un mundo ajeno al nuestro; están en nuestro mundo pero no son de ese mundo, y en general no nos hacen nada: somos nosotros los que nos sentimos agredidos por ellos porque todo lo ex – traño, en general, nos agrede.

Uno de ellos, particularmente, me resulta sumamente enternecedor. Su caminar es lento respecto al nuestro, porque su mundo tiene otro ritmo, menos frenético. Saluda a todos, habla con todos, hace chistes con todos. Su discurso, su relato, coherente desde él, va por caminos diferentes al nuestro. Puede pasar de Shakespeare a Tinelli, de Kierkegaard a Maradona, en medio segundo. Recuerda poesías bellísimas, pero no sólo las recuerda: habla mediante ellas, al mismo tiempo que se pierde en un pasillo. Habla permanentemente, con una velocidad que, contrariamente a su caminata, es más rápida que la nuestra. Pasa de un tema a otro con una velocidad asombrosa: es que sencillamente su pensar, su asociar y su sentir, es hablado y expuesto. Cuando no la pierde va con una guitarra a todos lados y la toca maravillosamente cuando los demás pensamos que no corresponde. Vive del aire y de la caridad de los amigos; pide pero no insiste, toma lo que le das, pero en realidad parece no necesitarlo del todo. Sufre mucho pero nunca baja de su nube y nunca se queja de Dios. El orden de la praxis le es ajeno, o su orden de la praxis nos es ajeno. Me conmoví cuando me contó la primera vez que tuvo que ir a colgar la ropa: nadie le dijo que había que poner broches.

Hace muchos años le diagnosticaron un trastorno etc etc y desde entonces gira y gira por un mundo que no lo ve. Una medicación sería importante, sí, para proteger su estructura neuronal. ¿Pero para “adaptarlo”? ¿A ese mundo cruel que lo ignora? Ese mundo cruel es el supuestamente sano. El no. ¿No? Lo pregunto en serio.

He conocido muchos locos lindos. Todos terminan igual: solos e ignorados por el mundo de los sanos, cuando no encerrados porque recitan poesías colgados de una araña dibujada en una nube. Yo sueño con ponerlos a todos en una casa y decirles: aquí canten, escriban y vuelen, y no se preocupen en absoluto por los broches de la ropa. Cuando quieran salir salgan y cuando tengan hambre o sueño vuelvan. No quiero bajarlos de sus nubes. Sueño con curarme a mí mismo y, mientras tanto, poder penetrar el misterio de estos seres alimentados por el viento.

domingo, 17 de octubre de 2010

COMERCIO Y SANTIDAD

“Insisto” (que es una forma ya demasiado ruidosa del re-sistir) con un tema al cual le estoy dedicando mucho últimamente. Este comentario fue publicado en el Instituto Acton en Noviembre de 2007.
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Hace más de 10 años, el 24 de Junio de 1997, Juan Pablo II recordaba, en un discurso (1), a San Homobono Tucenghi, comerciante de telas de Cremona, que en 1199 fuera canonizado por Inocencio III. No era usual, y no lo es tampoco ahora, que un laico y comerciante fuera declarado santo por la Iglesia Católica.

El discurso de Juan Pablo II no fue muy comentado en su momento, y no es de extrañar. Juan Pablo II lo colocaba como un ejemplo de promoción del laicado en el s. XII, llamando, con más razón entonces, a lo mismo en el s. XX. Pero no sólo el tema del laicado y la autonomía relativa de lo temporal son temas que tardan en cobrar vida dentro de la Iglesia (después de siglos y siglos de clericalismo “práctico”) sino que, menos aun, la relación de la fe con la vida comercial es algo que tarda, al parecer, mucho más en llegar, y que sin embargo se encuentra en los objetivos centrales del Instituto Acton.

La relación del comercio con la ética no un tema que cause perplejidad y resquemor sólo dentro de la Iglesia. Toda la cultura occidental arrastra una visión negativa de lo comercial, impulsada por ciertas concepciones griegas donde lo comercial estaba unido a “lo material” (malo por lo tanto) y reservado a las esferas más “bajas” de la vida social (por eso en Platón los filósofos no podían ser comerciantes, por ejemplo). Ello se ha convertido en un horizonte cultural que inunda la literatura, el arte, el cine y, también, nuestra vida religiosa “práctica”.
Con el Cristianismo, cobra vida especial que todo lo creado por Dios es bueno. Ello, según enseñan los medievalistas católicos, fue muy importante en el aristotelismo cristiano del s. XIII, donde San Alberto y Sto Tomás de Aquino se encargaron de “recordar” a sus “colegas teólogos” la bondad intrínseca de todo lo material, dado que todo lo creado por Dios es bueno. Ciertas aclaraciones de Sto Tomás en su famosa Suma Contra Gentiles (“que la providencia divina por lo singular es inmediata…”) muestran el clima intelectual de esa época y lo “avanzado” de su pensamiento en esas cuestiones. La concepción cristiana del mundo creado chocaba en ese punto con ciertas concepciones griegas que heredaban del orfismo un desprecio intrínseco por lo material. Nada que “sea” (ya espiritual o material) puede ser malo, pues todo lo que “es”, es creado por Dios; el “mal” es una privación de bien, y la privación del bien en el cristianismo pasa por el pecado original pero no por todo lo creado por Dios.

Y esto, en el caso del ser humano, es muy importante.
Porque no es cuestión de aceptar que una piedra, un árbol, un escarabajo, son buenos porque son creados por Dios pero, al mismo tiempo, reservar para ciertas cuestiones esencialmente humanas un desprecio inherente, que se manifiesta en un juego de lenguaje donde se dice “si, pero” y a continuación una serie de advertencias sobre su peligrosidad intrínseca.

¿Y qué actividades son esencialmente humanas? Pues la familia, la ciencia, la política, el comercio. La lista no es completa desde luego.
“Esencialmente” quiere decir que son actividades que los animales no tienen ni Dios tampoco. Los animales no usan el método científico, Dios tampoco. Igual con el comercio, igual con la política, igual con la familia.
Con la familia la cuestión está más aceptada. Ningún teólogo, hoy, ante la relación entre vida familiar y santidad, dice “si…. Pero….”. No. Se presupone que el matrimonio es algo santo (es más, es un sacramento) sin desconocer en modo alguno sus problemas.

Las otras actividades mencionadas no son sacramentos pero no por ello son intrínsecamente perversas. Pero a veces parece que sí.
Y el comercio, ¿no parece ser el caso típico?
La actividad comercial parece cargar sobre sí un sobrepeso de prejuicios en contra. “Puede” ser algo bueno, claro, “pero en general” parece ser una fuente intrínseca de corrupción. Y hasta no se entiende muy bien cómo alguien que se ocupa de comprar, vender, ganar dinero, reinvertir, puede ser no sólo bueno, sino santo.
¿Por qué no? No porque la santidad cure de raíz algo intrínsecamente malo: ello es imposible porque la Gracia supone la naturaleza. Sino porque el comercio es una de las actividades humanas más típicamente humanas y necesarias. Hay comercio porque hay escasez. La escasez no es fruto de la explotación capitalista, como creen algunos, sino una condición natural de la humanidad teniendo en cuenta la naturaleza humana en tanto humana. Para minimizar la escasez evoluciona la división del trabajo; de la división del trabajo evoluciona el intercambio de mercancías entre regiones y personas, y ello da lugar a los precios, los derechos de propiedad y las más evolucionadas formas institucionales de intercambio. Todo ello es intrínsecamente humano. Dios y los ángeles no necesitan comerciar en absoluto, y las especies animales luchan a muerte unas con las otras para poder sobrevivir. En el género humano, las guerras parecen indicar que es igual, pero no: las guerras sí son fruto del pecado original; el comercio, en cambio, es fruto de nuestra creatividad y capacidad para intercambiar en paz con el otro aquello que nos sobra por aquello que nos falta.

Que ello puede tener problemas, claro. Si los puede tener la vida matrimonial, igual los puede tener el comercio. Pero de igual modo que a nadie se le ocurre cubrir al matrimonio de una capa de pecaminosidad intrínseca (y de hecho ello fue parte de herejías cristianas) de igual modo el comercio también tendría que ser alentado y bendecido, no como sacramento, pero sí como algo bueno y lugar de santificación. Un supermercado es un milagro de comunicación de conocimiento disperso entre millones de personas que se desconocen y colaboran en paz para minimizar la escasez. No es simplemente el lugar de la racionalidad instrumental o el consumismo. ¿Llegará alguna vez el día que un obispo bendiga la apertura de un supermercado de igual modo que se bendice la apertura de un colegio?

Ese día está muy lejano, pero más lejano aún si no profundizamos esta línea de pensamiento. El pensamiento, devenido en discurso, no adelanta la realidad, sino que comienza a conformarla.
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(1) Ver L´Osservatore Romano, 25-7-1997, p. 5.

domingo, 10 de octubre de 2010

LOS AUTÉNTICOS PIRATAS

La semana pasada, justo antes de que nuestra presidente, infalible en el error, manifestara por twitter una magnífica síntesis de lo más primitivo del pensamiento argentino, tuve un interesante diálogo por facebook. Ya no me acuerdo cómo, le aclaré a alguien que fue Galtieri el que invadió las Malvinas, no Thatcher. A lo cual, mi contraopinante me contestó: “¡ahora me vas a decir que Thatcher nos liberó de Galtieri!!”. A lo cual contesté, sencillamente: sí.

Los estados-nación son una de las más terribles ideas delirantes compartida por muchos. Yo prefiero creer en otras cosas extrañas, como Dios, la resurrección de Cristo, y cosas afines. La religión del estado-nación, obligatoria, casi universal, belicista, más que una religión es una superstición y un fanatismo peligroso. Yo no adhiero a ella. ¿A qué tribunal de la inquisición seré sometido?

domingo, 3 de octubre de 2010

UN VALIENTE "NO" A LA GUERRA Y A LA PREPOTENCIA....

Publiqué este artículo en el Instituto Acton, en Diciembre de 2007. Si todos pudiéramos decir estos "no"...........
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LA BEATIFICACIÓN DE FRANZ JAGERSTATTER


Por Gabriel J. Zanotti

Para el Instituto Acton
Diciembre de 2007.

Una vez más, en medio del ruido, el bien, que no hace ruido, ha pasado casi inadvertido. El 26 de Octubre de este año ha sido beatificado Franz Jagerstatter, laico, padre de familia, quien se negó a participar del ejército nazi por sus convicciones católicas y fue consiguientemente asesinado por el régimen en 1943.
La fuerza de la santidad radica en un sí absoluto a Cristo, de lo cual surge un pacífico “no” a todo lo que sea contradictorio con ello. Muchos santos, como Santo Domingo, nunca tuvieron que dar testimonio con el martirio. Pero el martirio, morir por decir “no” a los poderes humanos, es siempre una posibilidad de la santidad. Y, por supuesto, no será la primera vez en la historia de la Iglesia –desde los mártires de los primeros siglos de la Iglesia hasta la actualidad- que un católico dice sencillamente “no” a la prepotencia y soberbia de los autoritarios de todo signo y color. Qué fuerza, qué paradójica potestad, qué “auctoritas” con todo su sentido latino, tiene ese “no” de los santos, frente a la ridícula y trágica fuerza bruta de las armas y los ejércitos humanos. Un “no” que no pueden entender quienes están parados sobre su prepotencia. “Vamos a morir por nuestro pueblo” dijo Edith Stein, tomando la mano de su hermana Rosa, cuando los oficiales nazis la vinieron a buscar. Y no hubo fotos, grabadoras ni conferencias de prensa. Sólo unas monjas carmelitas espantadas y atónitas que grabaron a fuego en su santa memoria esas palabras, que hoy resuenan y hablarán para siempre ante los oídos (sordos a veces) de la conciencia occidental.

Pero este caso, el de Franz Jagerstatter, tiene algo singular. Un laico como cualquier de nosotros, preocupado en sacar adelante su familia, un honesto y sencillo ciudadano alemán, que se había tomado en serio su fe y sabía de las advertencias de Pío XI y Pío XII contra el régimen nazi. Reitero, se las había tomado en serio. Y cuando los jerarcas del ejército totalitario lo vinieron a buscar, dijo, sencillamente, no.

Reparemos un momento en esta cuestión.
¿Cuántas guerras ha habido en la historia humana? ¿Muchas, no es así?
¿Cuántas de ellas fueron “justas”?
Dejo al lector la respuesta.
¿Y cuántos hombres formaron sus ejércitos? Esa pregunta es clave, porque las guerras son decididas por unos pocos, pero los ejércitos, ese disciplinado conjunto de seres humanos que dicen “si” a la orden de matar a otros –porque de eso se trata, ¿o no?- son muchos.
¿Y cuántos de esos muchos dijeron “no”?
Seguramente muchos, pero lo que pregunto es, la historia de las guerras, ¿no sería otra si los que dicen “no” fueran más que los que dicen “si”?

¿Por qué obedecer a la orden de ir al frente de batalla? La respuesta en simple: no se puede pedir tanto a los seres humanos que formamos parte de una historicidad, de un horizonte donde es muy difícil llegar a la distancia crítica del propio territorio existencial. Conjeturo que, en plena batalla, más de uno se habrá preguntado qué hacía allí, matando a otro. Por qué era parte de eso. Pero ya era tarde. Incluso, cuando la más mínima duda implicaba la muerte.

La cuestión es el “antes”. Franz no es sólo un ejemplo para los creyentes: es un ejemplo para todos aquellos que se sientan impotentes ante las ridiculeces de los autoritarios de cualquier signo. Hay algo que sí podemos hacer: decirles, finalmente, no. Los autoritarismos viven del sí no pensado. Morirían ipso facto con millones de no pensados, comenzando con los oficiales de los ejércitos sin los cuales serían sólo el conjunto de su decadencia moral.

Un detalle final. En medio de un momento donde arrecian las críticas “a la Iglesia” Franz Jagerstatter nos muestra lo que es la Iglesia. No la diplomacia del estado del Vaticano. No las decisiones políticas de tal o cual conferencia episcopal. No el pecado de sus miembros. No el clericalismo de jerarquía y laicos. No el fariseísmo de los creyentes que odian a los que ellos dictaminan publicanos. Y, menos aún, esa sola institución humana que muchos creen que es la Iglesia. La Iglesia es Espíritu. Es el Cuerpo Místico de Cristo y vive en cada acto de la gracia de Dios. Los santos y los mártires son los cardenales espirituales de la Iglesia. Ellos son el adelanto de la Parusía, ellos nos muestran la más profunda libertad.

domingo, 26 de septiembre de 2010

BENDITO SEA SIEMPRE EL FRUTO DE TU VIENTRE

Imaginen a un niño de 3 años. Un hijo, un sobrinito…. Ténganlo en sus brazos, acarícienlo, mírenlo a sus ojos. ¿Lo asesinarían por algún motivo?
Ahora imaginen a ese mismo niño, dos años antes. Un añito. De vuelta, imagínenlo en sus brazos. ¿Lo matarían?

Ahora imagínenlo de un mes. De vuelta, imaginen esa personita enternecedora, abrazada al pecho; imaginen que besan suavemente esa cabecita cuyos huesos aún no terminaron de cerrar. Imaginen las manitos, los pies, sus llantos, su respiración, los bracitos que se mueven, ojos que buscan. ¿Lo matarían por algún motivo? ¿Algo justifica que pueda ser matado?

Ahora bien, tres meses atrás era el mismo, sólo que más chiquitito, y dentro del vientre materno. La misma personita, la más indefensa del mundo, más pequeña aún. ¿Lo matarían por algún motivo?

¿Qué cambia que esté fuera o que esté adentro?

Vayan para atrás. ¿Qué cambia? Simplemente una etapa del desarrollo del mismo ser humano, de la misma personita. Porque lo que se está desarrollando como humano, es humano, cosa que se cumple también cuando tiene 1 año, o 10….

Pensemos en todo esto. ¿Es tan difícil? ¿Qué nos pasa? Una época donde se dice NO a la pena de muerte, una época que dice NO a la matanza de animales, ¿dice SI a la matanza de personitas indefensas?

¿Did I miss something here?

domingo, 19 de septiembre de 2010

LA EVOLUCIÓN DEL PERONISMO, AGAIN

Publiqué esta entrada el 11 de Octubre de 2009. Los tiempos políticos en Argentina se aceleran y la situación es tan grave que, me parece, debo publicarlo de vuelta y llamar al debate sobre esta delicada cuestión.
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No creo ser el mejor y más anti-peronista, pero, si se abriera un concurso al respecto, me presentaría. Mi historia familiar, mis usos y costumbres, mi psicología, mi foja de servicios de casi 34 años al servicio al liberalismo clásico de orientación anglosajona y hacia la Escuela Austríaca de Economía, me pondrían el menos entre los candidatos a ganar el concurso. Por si quedara alguna duda, quiero citar simplemente esto que escribí en el 2002: “…Vuelvo a insistir en que pocas veces se repara en el drama cultural que esto significa. Es como si en Italia existiera aún un partido mussoliniano, en Alemania un partido Nazi o en España un partido franquista, y como si los demás partidos hubieran copiado sus costumbres. Europa sería hoy lo que era en el 30. Así de simple. Que en Argentina exista, con toda su fuerza política, un partido “peronista”; que muchas y cultas personas se digan peronistas, que estudien y digan practicar la “doctrina” del “líder desaparecido”, que aún canten su adulona, grotesca y promarxista cancioncita (la “marcha peronista”) es una muestra del drama al que me estoy refiriendo y parte de la explicación de la “natural” decadencia argentina” (1) (aclaremos que el “esto” se refería al peronismo). Y, finalmente, como las aclaraciones son siempre insuficientes para los no tan amigos, los amigos que me conocen no necesitan ninguna otra aclaración.

Pero la Argentina es peronista como horizonte de pre-comprensión cultural. Así de simple. No es cuestión de peronistas buenos o malos, corruptos u honestos. “Peronistas somos todos”, dijo Perón con la típica sagacidad maquiavélica del autoritario. Es cuestión de usos y costumbres, de visión del mundo, de sus concomitantes juegos de lenguaje. Y para los que han estudiado a Ortega, a Gadamer y a Wittgenstein, y a Hayek y a su evolucionismo cultural, eso es todo. No queremos reconocer la fuerza de los horizontes culturales, porque ellos son invisibles: es lo que Gadamer explicaba con “el problema” de la conciencia histórica.

Algunos liberales argentinos (casi una contradicción en términos) tuvieron ante este “problemita” las típicas negaciones iluministas del racionalista ingenuo. Yo las tuve mucho tiempo. Todo consiste en “difundir bien las ideas” y listo.

Pero cabe reconocer que en la Revolución Libertadora, liberales clásicos había 3, o 4, y estoy contando estrictamente. Lo demás fue un peronismo sin Perón porque, claro, eran todos peronistas culturales, aunque anti-peronistas personales. Los resultados fueron obvios.

Que los obreros necesiten ser protegidos contra “el capital”; que los privados tiendan al monopolio, que sin salario mínimo el trabajador es explotado, que los sindicatos son los que impiden la explotación del trabajador, que todo lo privado es culpable hasta que se demuestre lo contrario, que muchas empresas estatales son convenientes, que la sociedad es conjunto de intereses corporativos que deben armonizarse por el estado, que el estado debe tomar un rol muy activo en salud, previsión social, educación; que el ingreso debe ser re-distribuído con impuestos a la renta; que el estado debe controlar activamente las política exterior, monetaria, minera, laboral, etc etc etc…….; que el capital extranjero es seguramente representante del imperialismo y las potencias extranjeras y que atentan contra la soberanía; que la pobreza latinoamericana se debe a la explotación de los EEUU; que los liberales son malvados y están en contra de la “justicia social”, etc etc etc………. Que hay que controlar a los medios de expresión privados porque impiden el derecho a la información del pueblo…. (Perón fue un “maestro” en todo esto)….Y me quedo corto, muy corto……………… Son todas ideas compartidas por casi toda la población, y por ende por dirigentes políticos y sindicales, empresariales, ya sean justicialistas, radicales o etc. Políticos y opinión pública se retroalimentan en esas creencias culturales, que han conducido a la pobreza más aberrante de la mayoría de la población, víctima de………… Sí misma.

En ese sentido, el anti-peronista es únicamente el minoritario y marciano liberal clásico. Todos los demás son peronistas. Hay “anti-peronistas” que creen que lo son porque están en contra de la corrupción de determinados dirigentes, o porque vienen del radicalismo y algo de liberalismo político aún respiran, respiración lenta y casi moribunda que en la Argentina los hace similares a Tocqueville. Pero son peronistas culturales, como todos los demás.

Ahora bien, hay grados, como en todo. El kirchnerismo es el peronismo más ortodoxo en cuanto a su manejo del poder y buen representante del peronismo de izquierda de los años 70. Su alianza con Chávez, lo más peligroso de todo, no es un acto de corrupción, sino un acto de coherencia y pureza ideológica. Y, como dije tantas veces, esa alianza pro-chavista no parece ser advertida por gran parte de los no-kirchneristas que creen que es tiempo de sutilezas o que finalmente no pueden desprenderse de sus ambiciones personales de poder.

El peronismo no-kirchnerista no es un partido polìtico. Culturalmente, desde Duhalde, Cobos, Macri, etc., aunque se odien o peleen, todos ellos son peronistas culturales. ¿Cuál es su ventaja? Que ellos pueden, lentamente, evolucionar. La ideologización marxista del kirchnerismo, que no tiene nada que ver con la corrupción, no tiene ningún humano remedio excepto una conversión por el camino de Damasco. Los demás, en cambio, pueden mover algo de su paradigma cultural. No creo que quieran estatizar más, comprenden temas elementales como la rentabilidad el campo o cosas por el estilo; pueden estar atentos a buenos consejos macroeconómicos sobre una política monetaria no inflacionaria o no aumentar el déficit fiscal, y hasta pueden mostrarse más liberales en temas como libertad de prensa o cierto elemental respecto a normas de juego e instituciones básicas. Y, lo fundamental, pueden mostrarse más distantes de Chávez.

En ese sentido, son posibles ciertos acuerdos programáticos básicos que unifiquen de algún modo a todos los peronistas culturales no-kirchneristas:
a) alentar al sector privado con algunas bajas de impuestos o des-regulaciones específicas;
b) equilibrar las cuentas federales y dar un ordenamiento jurídico previsible a la co-participación federal;
c) concomitantemente con la disciplina fiscal, mantener una política monetaria no inflacionaria;
d) lograr (y esto sólo pueden hacerlo los peronistas “justicialistas”) un acuerdo político con las cúpulas sindicales tradicionales de tal modo que no impidan los primeros 3 puntos;
e) mantener una política exterior independiente, abiertos a convenios de cooperación económica y política con Europa, Brasil, Chile y EEUU.

Como vemos, al lado del liberalismo clásico, es muy poco o casi nada. Para la Argentina peronista, sin embargo, es demasiado. Y es lo único a lo que podríamos aspirar, culturalmente, para el 2011. Son cuestiones que apuntan a la supervivencia como país. A partir de allí, es posible que se logre evolucionar un poco más. Y son puntos que permitirían ir juntos, electoralmente, a peronistas “justicialistas”, radicales y socialistas moderados.

Obviamente, lo más probable es que la oposición “culturalmente peronista” a Kirchner se presente fragmentada por motivos de ambiciones personales o por error político de aquellos que presupongan que se puede más que eso. Si ello sucediera, es posible que Nestor Kirchner gane las elecciones del 2011. También es posible que no, claro, por su propio desgaste interno, y puede ser que pierda ante un Reutemann, Macri, o Duhalde. Pero si ello sucede, no será por la inteligencia de la “oposición”, sino por alguna extraña ineficacia política del matrimonio gobernante. Si fuera así, espero que mis amigos randianos se hagan creyentes.


(1) Ver artículo publicado ayer.

domingo, 12 de septiembre de 2010

INCOMUNICÁNDONOS

La primera sensación la tuve aquella vez que unos amigos protestaron porque en el blog los mandaba a unos libros míos para aclarar ya no sé qué punto. ¡Qué petulante que quedé!! Y además me demandaban enérgicamente, de vuelta, que volviera a resumir todo en 3 o 4 párrafos sencillitos. Intenté explicar que no podía: para qué. Intenté aclarar que no todo puede ser aclarado: para qué. No. Parecía que un texto no tiene CONtexto, pero sí lo tiene. Elemental, Watson hermenéutico, pero no tan elemental para la cultura positivista que absorbemos. Como los colegas profesores de filosofía que creen que tienen la certeza absoluta de que tal autor dice tal cosa “porque está en el texto”, claro, el texto que EL seleccionó, el texto que EL consideró fundamental, el texto que EL comenta pero, claro, EL no existe. Allí fue cuando escribí en este blog “los límites de la comunicación y del diálogo”.

Luego comencé a ver cómo debatían mis amigos de facebook. Y cómo lo siguen haciendo. ¡Cómo se dan!!! Se supone que en unos pocos renglones podemos convencer al otro de…… La existencia de Dios, que Howking es esto o aquello, que el alma existe o no existe, que la teoría austríaca del ciclo dice esto o aquello, y todo así, rapidito, ¡y que no queden dudas!! Y con el matrimonio homosexual fue apoteótico. La tienen más clara mis alumnas que en sus muros de Factbook se dicen cosas como “¡estás divina te quieroooooooooooooooo!”, manejando perfectamente sus propios códigos y entendiéndose con sus propios horizontes.

¡La utopía de lo textual!! Fascinante. Ni siquiera un libro entero, ni siquiera todos los libros del mundo, y ni siquiera, tampoco, todas las conversaciones del mundo pueden aclararlo todo, nadie puede explicar ni ver todos los contextos que rodean al texto. ¿Quién escribe? ¿Desde qué visión del mundo? ¿Para qué? ¿Para quién? ¿En qué situación personal e histórica? ¡Y las mismas preguntas respecto del que lee!!

Este Jueves les dije a mis alumnos de 1ro de comunicación social: “Hoy nos quedamos una hora más, de 14 a 15”. Hubo un silencio de unos segundos. Les pregunté: ¿es verdad? ¿Lo haremos? ¡No!, contestaron casi todos, excepto aquellos que ni con eso salieron de su propio y enternecedor mundo. ¿Y cómo saben que no? ¡Por el contexto!! ¿Cómo sabían que era un ejemplo para explicar, precisamente, el tema del contexto? El texto NO decía que era un ejemplo. El texto decía “Hoy nos quedamos una hora más…”. ¿Y con eso qué? ¿Qué decía, precisamente? ¡Esa es la cuestión!

Y ahora, twitter. ¡Qué enternecedores diálogos! ¡Qué impresionante comprensión mutua! ¡Que adorable inexistencia de malentendidos! ¿No? :-))

Ok, sí, refutémonos a nosotros mismos. Gabriel, nadie pretende entenderse en serio con esas cosas. ¿O acaso vos mismo no te mandás ironías antikirchneristas todo el tiempo en facebook?

Si, es verdad que muchos no tienen la más mínima pretensión de “entenderse”, pero esta entrada es para los que sí la tengan: sepan distinguir, y ver los límites de los textos. Si quieren entenderse con alguien, verdaderamente, pueden comenzar con papiro, carta, piedra, facebook o email pero… Luego continuar con una sonrisa, con un gesto, con una mirada, insustituible, y no para que allí terminen todos los malentendidos, sino para seguir intentando la milagrosa pero posible comunicación. Y sí, es verdad que yo me mando ironías, pero la verdad, no creo que con ellas mueva un milímetro a algún kirchnerista de su posición. Es una chicana que me festejan los amigos, ok, es un juego de lenguaje, un divertimento, pero la comprensión del otro, el llegar al otro, es… Otra cosa. Otra cosa, maravillosa, de qué color… No sé, pero seguro que no es el color de aquello físico donde volcamos los textos. No, no es cuestión de un discurso apocalíptico sobre los textos escritos, largos o cortitos. El texto escrito es una de las maravillas del espíritu humano: en él se vuelcan, con pasión y belleza, los infinitos mundos de nuestro interior, alcanzando una continuidad y autonomía que los hacen rozar con lo sagrado. Pero el texto es alguien que dice algo a alguien, y el algo tiene sentido en medio de los alguien. Y el olvido de ese alguien es el verdadero olvido del ser.