domingo, 28 de junio de 2009

DIÁLOGO: AUN ES POSIBLE

Ayer nos reunimos un grupo de amigos para hablar de ciertas cuestiones no explícitamente escritas en "Existencia humana y misterio de Dios". Había creyentes y no creyentes, y dentro de ambos grupos, diversos grados de certezas, dudas, expectativas y cuestionamientos. Hablamos de temas tales como Dios, el sentido de la vida, la filosofía y la vida, la fe, los milagros, la Iglesia, el diálogo interreligioso, el tomismo, Santo Tomás, etc...... ¿Pero qué es lo más importante de todo esto? Que se pudo hablar en paz, con cordialidad, en respeto mutuo, tratando de entender al otro, aunque no fuera fácil. Esto es: el diálogo es posible. Y, precisamente, sobre los temas más delicados. Es posible. Es difícil, por supuesto, pero posible. Y "posible" con incentivos humanos normales: la amistad, un ambiente familiar, una casa que sea hogar, una comida rica y sencilla que, al estilo de "La fiesta de Babette" represente el encuentro espiritual/corpóreo de la amistad.

Aún es posible. Hay vida en marte. Sigamos cultivando ese semillita.

domingo, 21 de junio de 2009

HOMENAJE EN EL DÍA DEL PADRE

Hoy, día del padre, quisiera recordar algo que escribí sobre Luis J. Zanotti, hace ya algunos años. No voy a hacer mayores aclaraciones (he entrado en una etapa de silencios sobre los cuales también hago silencio). He aquí los no-silencios:

“….El supo diferenciar, siempre, entre autoridad y autoritarismo. Maestro de grado y profesor universitario de política educacional, la dicotomía habitual entre autoridad/libertad no lo tomó por sorpresa. Siempre vio en ella una dialéctica sin sentido. Sabía que autoridad y libertad eran las dos caras de una misma moneda”.

“…Pero yo escuché, sin darme cuenta, el lenguaje silente de la actitud de papá. El decía lo suyo. Con el señorío habitual. Sin levantar la voz, escuchándome, y, a veces, mirándome, sin decir nada. Más tarde coincidí, o no, con su pensamiento, pero eso es secundario. Lo importante es que, sin que yo me diera cuenta, papá me enseñaba a enseñar. Aprendí pedagogía no sólo de sus libros, sino fundamentalmente de su mirada. Aprendí el lenguaje del respeto, de la tolerancia, del esperar la madurez del otro, del dar lo mejor de sí para que el otro sea quien es, de la ausencia total de engaño. Me mostró la vieja pedagogía del diálogo socrático, perenne y silente ganadora ante modas educativas momentáneas”.

(Extractos de “Vivirás en mi”, en Fragmentos, Nro. 11. Diciembre de 1998).

domingo, 14 de junio de 2009

RAZON Y FE: ADIVINA ADIVINADOR

Un nuevo planteo entre razón y fe. ¿O al revés, más antiguo? Bien, el juego es quién lo adivina. Esa es la respuesta afirmada pero NO afirmada :-)) en mi libro “Existencia humana y misterio de Dios”. Les paso el comienzo de la parte II:
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“…II. MISTERIO DE DIOS.

4. La vocación universal: Dios

Dice Santo Tomás: Hanc autem sublimem veritatem Moyses a domino est edoctus, qui cum quaereret a domino, (y esta suprema verdad le fue enseñada a Moisés, cuando le preguntó al Señor) Exod. 3 dicens: (en Exodo 3,14, diciendo) si dixerint ad me filii Israel, quod nomen eius? (Si los hijos de Israel me preguntan por tu nombre…) Quid dicam eis? (¿Qué les diré?) Dominus respondit: (respondió el Señor): ego sum qui sum. (Yo soy el que soy). Sic dices filiis Israel: qui est misit me ad vos, (así dirás a los hijos de Israel: el que es, me envía a vosotros) ostendens suum proprium nomen esse qui est (mostrando que su nombre propio es “el que es”). Quodlibet autem nomen est institutum ad significandum naturam seu essentiam alicuius rei. (Pero los nombres se dicen para significar la naturaleza o esencia de algo). Unde relinquitur quod ipsum divinum esse est sua essentia vel natura (de donde resulta que el mismo ser de Dios es su esencia).

O sea: “…y esta suprema verdad le fue enseñada a Moisés, cuando le preguntó al Señor, en Exodo 3,14, diciendo: Si los hijos de Israel me preguntan por tu nombre, ¿Qué les diré? Respondió el Señor: Yo soy el que soy. Así dirás a los hijos de Israel: el que es, me envía a vosotros, mostrando que su nombre propio es “el que es”. Pero los nombres se dicen para significar la naturaleza o esencia de algo, de donde resulta que el mismo ser de Dios es su esencia”.

Esto es: Moisés le pregunta a Dios por su nombre, y Dios responde: yo soy el que soy.

Antes de seguir, me podrías decir: ¿pero no presupone esto la fe? ¿No estás hablando allí como un creyente?

Mi respuesta es: si.

Entonces, ¿cómo seguir hablando para un no creyente? ¿Qué pasa si alguien no cree en Dios?

Nada. En ese caso el creyente debe explicar al no creyente, si el no creyente quiere escucharlo, por qué su fe en Dios tiene un acompañamiento racional. Una razón en la cual creyente y no creyente puedan encontrar un terreno en común.
Y eso es lo que vamos a hacer a partir de aquí.”...

domingo, 7 de junio de 2009

EXISTENCIA HUMANA Y MISTERIO DE DIOS

Es el título de un nuevo librito que publiqué hace poco. Lo terminé de escribir en el 2007 pero salió publicado ahora en la UNSTA (Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino). El prólogo es de Horacio Muñoz Larreta, a quien estoy muy agradecido por su apoyo en esta nueva etapa, donde filosofía y psicología van de la mano.

El índice es el siguiente:

I. EXISTENCIA HUMANA.
1.El olvido del yo.
2.La situación límite inevitable.
3.Una primera recorrida por el centro de nuestro yo.
4. La actitud teorética sobre el yo.
4.1. La conciencia de sí.
4.2. La libertad del yo.
4.3. La corporeidad del yo.
5.La vocación individual.
5.1.El re-conocimiento de sí mismo en el rostro del otro.
5.2.La esencia de tu yo.
5.3.Las no vividas vidas.

II. MISTERIO DE DIOS.
1. La vocación universal: Dios
2. Dios como el sentido último de toda existencia humana.
3. Dios, creador de toda existencia.
4. Dios, la libertad.
5. Dios, la esperanza.
6. Dios, el hogar.
7. Dios, la providencia.

El libro tiene mensajes implícitos, que son tal vez más importantes que lo explícitamente escrito.

Ellos son:

1.Se parte del yo y de la intersubjetividad como punto humano de apoyo para la reflexión sobre Dios. En ese sentido el libro se ubica en una tradición que se inicia en San Agustín, sigue por Descartes, por Husserl y por Edith Stein. Claro que hay profundas distinciones entre ellos, pero algo en común, muy importante: de la persona humana a Dios.

2.Se trabaja la noción de existencia auténtica, pero como punto antropológico, no ontológico. Se afirma que la persona, eje central del libro, ES ontoteológica, y hay una advertencia contra el “olvido del yo”, contraponiéndolo con el “olvido del ser”. Se niega a su vez que el análisis de la finitud del ser sea una etapa circunscripta a la historia de la ontoteología y se afirma la posibilidad de la comunicación inter-cultural de la experiencia humana de la finitud, en juegos de lenguaje análogos, nunca iguales, nunca totalmente diferentes. Esto es, se asume decididamente para la metafísica y la antropología todo lo afirmado en mi anterior libro sobre la hermenéutica realista.

3.Se intenta una combinación de dos juegos de lenguaje: uno más analítico, donde se asume la “actitud teorética” de Husserl, y otro más hermenéutico, con más analogías, imágenes, ejemplos, para expresar lo cercano a lo inefable de la experiencia humana de la existencia limitada y el asombro ante el misterio de Dios. Se intentan también nuevas fórmulas de expresión para viejos problemas: relación entre ser y modo de ser (“soy y puedo no ser”) y la expresión vía negación de Dios como “lo otro de lo finito”. Se afirma una “metafísica de la esencia individual” para el tema del yo, siguiendo con ello las preocupaciones de Edith Stein.

4.Se trata de sistematizar un existencialismo cristiano como una existencia que no se sostiene a sí misma y cuyo sentido es Dios.

5.Se habla todo el tiempo de Dios como el Dios de Israel, tratando con ello de responder a la vieja dialéctica de oposición entre el Dios de la fe y el Dios de los filósofos, pero, sobre todo, tratando de insistir en la unidad judeo-cristiana de la Fe en el Dios monoteísta.

6.Las relaciones entre razón y fe están re-planteadas. No hay distinción, en el juego del lenguaje del libro, entre filosofía, teología y mística (se asume además el mensaje esencial de Santa Teresa, San Juan de la Cruz y Edith Stein) y cuando se habla del misterio de Dios, se parte directamente de la fe en el Dios de Israel y se asume el llamado discurso filosófico como un diálogo amigable del creyente con el no-creyente donde el primero expresa las razones de su fe, llegando con ello a puntos en común que puedan compartir.

7.El libro es decididamente corto. Evidentemente predomina en mí una herencia del modo cartesiano de escribir y la aceptación de una metafísica minimalista.

8.Pero nada de esto esta dicho en el libro. ¿Por qué? Tal vez ya lo dije en la entrada sobre “Los límites del lenguaje y el diálogo”; tal vez me he agotado de los debates bajo ciertos usos académicos, tal vez tenemos que hacer filosofía (mejor dicho: teoría) de otro modo. Lo estoy buscando.