sábado, 8 de noviembre de 2008

TIEMPO

Otro cuentito. De muy dudosa calidad literaria, y con pretensiones filosóficas, ya no sé de qué calidad o cantidad. Pero que es más polémico que el anterior, seguro. Desafía ciertos presupuestos intocables de nuestras “creencias” actuales. ¿Qué mejor lugar para hacerlo que un re-sistente blog? Un abrazo…….
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TIEMPO
Por Gabriel J. Zanotti
Marzo de 1999.

Fue hace mucho tiempo. Me encontraba en medio de una ruta, en medio de la nada, como es habitual en el interior de nuestro país. Había cometido la imprudencia de levantar a alguien por el camino. Había algo en su aspecto que me llamaba la atención. Era amable y, a la vez, de pocas palabras.
- ¿No se ve un solo auto, no? -comenté.
- Este sí.
Nada contesté. No sabía cómo interpretar ese tipo de respuestas. El tono seguía siendo muy cordial.
Pero me quedé pensando, preocupado, en otras posibles significaciones de la respuesta. De todos modos, no ganaba nada con preocuparme. Además, no debía distraerme. Estaba manejando, y a mucha velocidad, dejándome llevar por la nada y la lejanía.
De repente, una de esas viejas camionetas que salen de un oculto camino transversal. Recuerdo haber cerrado los ojos y aferrarme al volante. Eso es todo lo que recuerdo antes de que mi extraño amigo tocara algo en su reloj.
Lentamente me relajé de la fuerte contractura que ya tenía en todo mi cuerpo, preparado para el impacto. Fue difícil, al principio, interpretar lo que sucedía. Un silencio absoluto nos rodeaba. Pero no era eso lo más impresionante. Lo insólito e increíble era que todo estaba quieto, detenido. Los dos autos, a milímetros de la colisión, no se movían. Dentro de la cabina de la vieja camioneta se podía observar a dos personas inmóviles, como estatuas, como muñecos, con gesto de pánico en sus rostros.
Un pequeño pájaro estaba suspendido en el aire. No había viento. Nada. Todo inmóvil. Absolutamente inmóvil.
Excepto mi reloj.
Y mi singular companero de viaje.
- Bien, comprendo tu estupor. No voy a poder explicarte todo. Simplemente, como ves, ha sido detenido el tiempo.
Al principio nada contesté. Tuve durante unos segundos la misma sensación que percibí aquella vez que me asaltaban: no, no, esto no puede estar pasando.
- Está sucediendo.
El estupor se convirtió en una mezcla de irresistible curiosidad y enojo.
- Oiga, ¿quién es usted? ¿Dios? ¿El mago de Oz? ¿A qué está jugando conmigo? ¿Cree que soy imbécil? ¿Qué truco está haciendo? ¿Qué fenómeno de alucinación es este?
Otra vez, una amable sonrisa. Esta vez fue casi paternal.
- No soy Dios, aunque, podríamos decir, lo conozco un poquito. Pero no vale la pena discutir. Hay que salir del auto y sacar a esos dos viejitos de la camioneta.
Sin decir más, bajó. Me miró, como preguntándome si lo iba a acompañar. Bajé también.
- Ayúdame -ordenó.
Y los sacamos de la camioneta y los tendimos a la vera del camino, lejos del accidente que aún no se había producido. Todo lo que tenía que ver con nosotros dos tenía el sentido habitual: sonidos, viento, etc. Metros más allá, nada.
- Basta -protesté, casi-. Esto es imposible. El tiempo no se puede detener.
- Sí. Dios puede.
- Dios mío -exclamé, paradójicamente-. Usted está loco y yo también. Esto supera a la holocubierta del Enterprise!!
- ¿Eso hubiera sido más creíble, no? -Contestó mi enigmático interlocutor-. Mi buen amigo, en tu época las leyes de la física parecen haber tomado el lugar de las metafísicas. Pero esto no es tu ciencia ficción. Simplemente, Dios detuvo el tiempo en todo el universo, excepto en nuestro ser.
Yo seguía sin decir nada. Era demasiado. Había esperado una explicación racional, pero esto...
- ¿A qué llamas racional?
- Ah!! ¿Ahora lee los pensamientos, también?
- ¿Por qué estás tan enojado? Dios me envió a hacer esto porque esta vez no permitió que vos y esos dos viejitos murieran.
- ¿Esta vez?
- Sí, esta vez. Como muchas otras veces. Y como muchas otras veces que permite el mal.
- Basta. No quiero escucharlo más. No soy creyente, ni en Dios ni en su historia. Termine con esta ilusión. Basta. Le ruego que la termine.
- ¿Me ruegas a mí?
Fue lo último que dijo. Al instante hubo un ruido espantoso: mi auto y la camioneta chocaron. Me tiré al suelo y me cubrí. Cuando pude recuperarme del susto, advertí que todo era normal otra vez.
Excepto los dos viejitos sentados a la vera del camino.
- ¡Hijo, Santo Dios! -Exclamó uno de ellos, dirigiéndose hacia mí-. ¿Qué pasó?
Buena pregunta.
- ¿Qué hora es? -Pregunté, sin muchos modales de mi parte.
- Hijo, no sé... ¡¡Por Dios!! ¿Qué pasó?
¿Qué pasó!! ¡¡Ese era el punto!! ¿Qué quería que le dijera? ¿Que Dios había detenido el movimiento?
Hasta hoy, no he hallado respuesta a la pregunta.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejame ser malvado . Y por qué Dios directamente no evitó el choque y los daños materiales . Será por aquello (que no entiendo) de que los milagros no hacen falta , pero si trascienden mejor ? Excelente cuento para que todos opinen .

Otro tema . No puedo omitir ya que introduje en su momento el tema , que Cachanosky hizo una predicción la semana pasada en La Nación acerca de la inmediata crisis argentina ( 2008-2009 supuestamente ) . Ojalá se equivoque .

Abrazos . M.S

Anónimo dijo...

Interesante el relato Gabriel especialmente en lo que hace a la confianza más extendida entre nosotros de las leyes físicas que las metafísica. Una pregunta, ¿Las intervenciones divinas para suspender las leyes metafísicas (si es que las hay) son más habituales de lo que creemos? Por que a mí me parecen que son, en este mundo, escasas o nulas.

Saludos y gracias, Hugo

Sebas dijo...

Aquí va mi modesta reflexión sobre los "milagros": Hace unos años viajé a EEUU, en la estación de trenes en Washington, despues de sacar el ticket para viajar a Filadelfia decido ir a tomar un desayuno al bar, cuando me escucha hablar una persona que estaba cerca mío me pregunta ¿sos argentino?, se entabla un dialogo, me da su dirección de e-mail y luego sigue una relación amistosa que se prolonga unos meses mas. Cuáles eran las probabilidades de ese encuentro? yo podría haber estado en cualquier otro lugar del mundo y la otra persona también, además el tiempo..., yo podría haber llegado un minuto mas tarde a ese lugar y el encuentro jamas se hubiese producido. Desde esta perspectiva, nuestra vida cotidiana, está llena de "milagros". Nuestra vida es un milagro, pensemos en los millones de seres que "NO fueron" cuando fuimos concebidos, por cada uno de nosostros que andamos por este mundo, hay millones de "otros" que no pudieron "andar"..., creo que este solo hecho nos debería bastar para tomarnos las cosas en serio, con responsabilidad...

nacho dijo...

Gabriel:
Qué interesante este último giro del blog.
Llegué tarde a las respuestas de las frases de Russell. La primera (políticos y bolsa), no será (subsidiariamente: no podemos hacer de cuenta que es)sarcástica?

Anónimo dijo...

Santas coincidencias, Batman!! hoy justo estaba leyendo una poesía mía en donde decía "las horas secretas que se esconden entre los minutos", hablando de ese tema.

Además, no sé si conocés el cuento EL MILAGRO SECRETO de Borges. Es la misma metáfora, precioso. Acá lo podés leer.

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/borges/milagro.htm

Juani R

Anónimo dijo...

Y sí, lo que dice Sebas es cierto: creo que todo es un milagro, entendiendo a milagro en un sentido amplio (amplísimo) de que todo lo que existe y sucede es una expresión de una voluntad divina.

La perfección del cosmos es un milagro, en mi humilde opinión.

Ahora, en el sentido estricto (digamos, trastocar las leyes de la física que conocemos) creo que hay más milagros de los que nos enteramos, inclusive, de los que nos damos cuenta cuando nos suceden.

Finalmente -acá ya entra la fe o no- me llaman la atención esas posturas de gente que se dice creyente pero que no acepta milagros, como por ejemplo, la concepción virginal de María. Es medio raro: si uno cree que Dios hizo todo de la nada, ¿no podría hacer un simple embarazo de forma virginal? ¿O eso se le complicaría?

Es como si aceptáramos que Bill Gates ideara y programara todo un gigantesco sistema operativo y dudáramos que pudiera escribir una simple línea de código...

humilde opinión.

Anónimo dijo...

hola MS! Por ahí Dios quiso dar una enseñanza con el choque. O por ahí -por ahí, no, seguro- hay una cadena infinita de eventos buenos a partir de ese choque, que si no lo hubiera permitido, no se darían.

En definitiva, si Dios permite algo malo, es por algo bueno mucho mayor. Sí, paradoja.

Por eso es todopoderoso: puede todo lo que quiere. Y si permite un mal, es para sacar un bien mayor.

Ya decían que nosotros vemos al mundo como un tapiz al revés: nudos, hilos entrelazados, uniones sin lógica aparente, cosas feas (mal, sinsentido, etc) Pero el reverso de ese tapiz es una obra maestra y perfecta, que entenderemos cabalmente cuando estemos del otro lado.

Y finalmente (corríjame Zanotti si rebuzno) hay 2 tipos de males: el mal físico y el mal moral. El mal físico -el choque- es nada comparado con el mal moral, que para un creyente, te lleva a la condenación. Ponele que el conductor y los viejitos no estuvieran listos para visitar a Victor Sueyro, el choque -mal físico- los salvó del mal moral -la condenación-.

abrazos!

Gabriel Zanotti dijo...

Estoy sorprendido y entusiasmado con el debate que se está produciendo. Prometo un comentario general hacia el fin de semana. Un abrazo a todos!!!

Anónimo dijo...

Juan Ravaioli :
Los creyentes ponen con total buena onda opiniones de lo que haría o no haría Dios . Pero la verdad es que sólo sabe Dios lo que hubiera hecho . Simplemente di la opción de evitar el accidente porque me pareció la más lógica . Usamos la lógica humana para entender las cosas pero cuando se llega a lo inexplicable algunos dicen "no sé" y otros dicen "son las Razones Divinas" . Entonces parecería ser que los creyentes están "más cerca" de estas poco comprensibles razones y comienzan a interpretar lo que Dios quiso decir ( que el mal se permite por un futuro bien , por ejemplo ) Prefiero decir no sé .
En cuanto a los "milagros cotidianos" , de acuerdo totalmente . Mire , una paloma en la ventana de mi baño perdió sus crías hará diez días . Hoy está anidando de nuevo . Se que es la misma por su plumaje . La vida es un contínuo milagro y una continua lucha .
Una aclaración respecto a Bill Gates :
Hace unos años vi un documental en A&E excelente , donde describe los primeros pasos del atrevido comerciante Gates en su negociación con la IBM de un software para las PC que no tenía y que compró a último momento por 50000 dólares a Seattle Computer Products , que a su vez lo clonó de Digital Research Inc. : el MS-DOS , todavía base de Windows . Busquen en Google "Gary Kildall " .
Gates es un hábil y visionario comerciante ( para sus enemigos un ladrón ) , muy cuestionado éticamente por los creadores de software , y querellado en EEUU y varios paises por prácticas monopólicas en juicios que todavía no acaban . Hay que desterrar el mito probablemente auto-creado de que es un genial programador y que su único problema es la envidia de la competencia .

Y Gabriel ? Como fue la reunión anual ?

Saludos . M.S

Juan Manuel Bulacio dijo...

Ché gabriel, otra vez se perdió un comentario que te envié!!!
Espero mañana escribir algo parecido, pero ya sabés repetirme concientemente es algo que me cuesta mucho. Un abrazo y aguante el literato!

Anónimo dijo...

Hola MS, gracias por la respuesta.
Respecto a Gates, entiéndase el ejemplo nomás.

Respecto a las razones de Dios, creo que es inexacto afirmar que los creyentes se sienten más cerca de saberlas. Eso no es real, porque la realidad es que nadie las puede saber y -creyente o no creyente- deberíamos decir "no sé".

Si se muere un bebé inocente ¿qué sentido puede haber en eso? ¿Cuál es la razón de Dios para permitir eso? Arriesgar opciones es medio temerario. Seguro hay un sentido, pero si me preguntás, te tengo que decir "no sé cuál es".

La diferencia (quizá) entre un no creyente y un creyente podría ser que el primero te diría "no tiene sentido, es un absurdo" o más "si existiera bueno un Dios no permitiría eso". Y el creyente, debería decir "no sé cuál es el sentido, y quizá nunca lo sepa en esta vida, pero seguro que lo tiene".

Y esta última postura no es una forma facilista de estar en paz, es una consecuencia lógica de aceptar -si se tiene fe- que hay un Dios que sabe infinitamente más y tiene mejores planes, sueños más grandes y tiempos más oportunos (por no decir una perspectiva de eternidad que nosotros no tenemos)

bueno, me alegro que las palomitas estén renaciendo. En Jurassic Park usaron la frase "la vida se abre camino" y es copadísima.

abrazos, MS

Anónimo dijo...

JR , las conversaciones entre agnósticos y creyentes me evocan otra película : La historia sin fin . En una entrada anterior de hace varios meses , se debatió el sentido de la vida tanto en los creyentes como en los no creyentes . Le hago el resúmen para ahorrarle tiempo .
Es para mi un prejuicio de muchos creyentes pensar que los agnósticos en general creen que la vida , sobre todo en sus aspectos más crueles , es absurda y carece de sentido . Para mi la vida es demasiado corta y no hay espacio ni para el tedio , ni para el sin-sentido , ni para bajar los brazos . El sentido hay que construírselo día a día . Aquí entra el libre albedrío que cada cual aprende a ejercer desde la casa de sus padres . El cristiano-católico ya tiene la estructura de la Iglesia que si bien no le resuelve la existencia , le facilita las cosas ( ZC lo expresó con más lucidez hace unos meses ) .
Aclaro que fui católico antes de ser agnóstico y que entre los no creyentes convencidos hallé más comprensión , mente abierta y sobretodo tolerancia , que entre los creyentes convencidos . El agnóstico que viene del catolicismo lo es también a fuerza de ver la hipocresía en vastos sectores de su religión de origen . Esta decepción es el punto de partida para una vida que busca , ni más ni menos , que lo que buscarán los creyentes honestos , la verdad , pero ahora en el contexto de un sentido de la realidad mucho más complejo que el que tuvo en su orígen de católico no agnóstico .
Veo una luz !!!!!
Puede ser un camión .
Saludos . M.S

Anónimo dijo...

hola MS, muy claro tu punto. Es una lástima que la luz atraiga y el humo repela. Me refiero al bien, a la verdad, (a Dios, si querés) como luz; y al no-testimonio de muchas personas de la Iglesia, como humo.

Es así, lamentablemente. No sé quién dijo "la corrupción de lo mejor es la peor" y eso se aplica claramente a la Iglesia y a los que la formamos –todos los bautizados y especialmente, la jerarquía-. El no-testimonio de los miembros, provoca que muchísima gente buena se desilusione y se vaya. Y no me refiero a irse como de un club, sino que se vaya de las enseñanzas y toda la sabiduría simple que atesora. Pero es así, el no-testimonio hace daño. Un amigo mío dice “es mejor que buen ateo que un mal cristiano”.

Si te tengo que confesar algo personal, es que más tarde que temprano aprendí que los cristianos no siguen a hombres, sino que siguen a Cristo. Si fuera por los hombres –humanamente hablando- la Iglesia empezó como fracaso: un líder y 12 apóstoles: líder muerto, un apóstol traidor, uno cobarde y los otros diez, desbandados.

Hoy la Iglesia sigue llena de luces y sombras, traidores y cobardes, como los primeros apóstoles. ¿Y por qué Cristo fundó esta institución tan falible, humanamente? No lo sé. Supongo que él sí lo sabe.

Abrazos grandes!!

JR

Anónimo dijo...

¿Puedo volver a debatir con quien duda de su calidad literaria?;-)
En nombre de cierto consorcio, debo decir que Tiempo se recapitula en diversas situaciones enigmáticas. ¿Milagros?, ¿metafisica y algo más?, no sé; por acá algunos disfrutamos de aquello que la razón deja como sabrosas interrogantes; ya mi abuela decía “eso y la cara de Dios”…
No sé porqué pero me dieron ganas de salir corriendo a buscar un libro de Paul Auster…

¡¡¡Besos desde La Paz!!!!

Gabriel Zanotti dijo...

Mi querida Sil!!!!!
Qué alegría saber de tí!!!
Un abrazo a Diego, espero que estén bien!!!